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México privatiza la salud

Enfermo. En el sector salud se estanca la inversión en infraestructura, falta personal, hay desabasto de medicamentos y atención deficiente. (Foto: Cuartoscuro)

La privatización de la salud en México no se ha establecido por decisión de la autoridad, sino que ha sido producto de las omisiones para fortalecer a las instituciones públicas de este sector, lo que ha llevado a  que cerca de la mitad del gasto nacional en salud salga de los bolsillos de los propios mexicanos.

Según datos del estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), del total del gasto en salud en el país, 41.4 por ciento salió del bolsillo de las familias, además de 6.5 por ciento de aseguramiento privado, para un total de 47.9 por ciento financiado directamente por los ciudadanos.

Ese porcentaje coloca a México en el segundo lugar en erogaciones privadas para cubrir los servicios de salud entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo por debajo de Estados Unidos. Además, si se toman en cuenta las aportaciones obrero-patronales en los sistemas de seguridad social, el gasto privado en salud en México alcanza 65 por ciento.

El estudio de Coneval pone al descubierto las debilidades del sector salud público con datos concretos: se estancó la inversión en infraestructura, falta de personal, desabasto de medicamentos y atención deficiente. El diagnóstico fue entregado a finales de noviembre y se espera que la próxima semana el presidente Andrés Manuel López Obrador presente el plan nacional de salud para el actual sexenio.

El acceso a la salud en un país para la mayoría de sus ciudadanos se relaciona de manera importante a la afiliación o derechohabiencia a alguna institución de salud, precisa el estudio de Coneval. El rezago en este rubro se redujo en nuestro país de 2008 a 2016 en 22.9 puntos porcentuales, al pasar de 38.4 por ciento en 2008 a 15.5 por ciento en 2016. Sin embargo, el mismo organismo precisa que “a pesar de los avances registrados en materia de derechohabiencia, la afiliación a un sistema, institución o programa no garantiza, necesariamente, que el acceso a los servicios se lleve a cabo con oportunidad y calidad”.

La dispersión geográfica es uno de los principales puntos que limitan el acceso a la salud. En México, 30.9 por ciento de las localidades tienen condiciones de aislamiento, en datos actualizados a 2018; ahí viven más de 3 millones de ciudadanos. En estas zonas se puso en marcha un programa de telemedia o telesalud, que en 2013 registró 12 mil 126 consultas médicas y que para 2017 alcanzó 2.5 millones entre población en zonas marginadas de alta dispersión y difícil acceso por su ubicación geográfica.

Sin inversión

Las deficiencias en los servicios de salud en México están relacionadas también con la falta de inversión. El país ocupa el tercer lugar entre los que menos invierten en este sector, con 5.8 por ciento del total de su presupuesto. Peor resulta si se mide el producto interno bruto (PIB) destinado a este sector, pues según datos de 2016, de los países de la OCDE fue el de menor gasto, con apenas 3 por ciento, muy lejos de naciones como Alemania, que invirtió 9.5 por ciento de su PIB.

El promedio de médicos por cada mil habitantes en la OCDE es de 3.4, mientras en México apenas alcanza 2.4, lo que coloca al país en el sexto peor lugar, y empeora cuando se trata de enfermeras, pues en la organización mundial el promedio es de 9, en tanto en México es de 2.8, siendo la cuarta peor nación, sólo superada por Sudáfrica, Turquía y China.

México también aparece entre los países con menos camas censables por cada mil habitantes, con 1.52, apenas por debajo de la India, con 0.52. La nación con más camas censables es Japón, con 13.17 por cada mil habitantes.

La inversión privada en infraestructura ha sido superior a la pública. A 2014, en México 69 por ciento de las unidades hospitalarias eran privadas y atendían a 3.2 millones de mexicanos. En el servicio público, 18.3 por ciento de las unidades eran para atención del Seguro Popular, donde acudían 55.6 millones de mexicanos, y 6.3 por ciento del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para la atención de 43.4 millones de personas.

El estudio incluye también indicadores usados para medir la calidad de los servicios. Por ejemplo, el tiempo de atención ante urgencias médicas, el cual se ha incrementado. En 2010 era de 23.4 minutos, mientras que el año pasado ya había superado los 30 minutos. Los centros de salud administrados por los gobiernos de los estados son los que tienen mayor tiempo de espera, con 56.7 minutos, seguidos del IMSS, con 51 minutos, mientras que el más bajo es el sector privado, con 12.17 minutos. 

 

Líderes en diabetes

 

Los pronósticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan a que en 2030 la diabetes será la séptima causa de mortalidad. En México no se tendrá que esperar tanto tiempo, ya que actualmente es la segunda causa por la que mueren más personas.

El dato aparece en el estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Señala que “a partir del año 2000 la incidencia por cada 100 mil habitantes de diabetes mellitus tipo II se ha encontrado por encima de 280”.

En 2015, México era el sexto lugar mundial en el número de personas de 20 a 79 años de edad con diabetes y el primero entre los países miembros del OCDE. En 2013, la carga económica por la diabetes se calculó en 362 mil 859.2 millones de pesos, que representaba 2.25 por ciento del PIB de ese año.

Las muertes relacionadas a este padecimiento casi se han duplicado en 15 años, al pasar de 42.7 muertes por cada 100 mil habitantes en 2000, a una tasa de 86 en 2016. Sonia Serrano Íñiguez

JJ/I