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Gobernar es decepcionar

La frase la leí en una entrevista que dio al final de su segundo mandato al frente de Chile Michelle Bachelet, y seguramente le resultará muy adecuada al presidente López Obrador.

El fin de semana se presentó el proyecto de presupuesto para 2019 y se acabó el misterio de lo que significa en dinero, el gobierno de la cuarta transformación.

De nada sirven los discursos, es en la forma en la que se reparte el dinero la verdadera cara que muestran los quereres de Andrés Manuel.

Podemos decir que el presupuesto cumple con el compromiso básico de mantener la disciplina fiscal. Se gastará sólo el dinero que se tenga disponible, incluso se plantea que el gobierno tenga un superávit primario, es decir, ingresos mayores que los gastos antes del pago del servicio de la deuda.

Este elemento le quita presión en los mercados a la administración de López Obrador, ya que se temía que impulsara un presupuesto con mayores gastos y menos ingresos. Dicho déficit terminaría elevando el endeudamiento público y colocando en riesgo la calificación de la deuda.

Nada de eso pasó y seguramente se empezará a reflejar en menores presiones al peso y quizá hasta una ligera baja del dólar. La evaluación general es que el gobierno gastará solamente lo que tenga disponible.

Eso se celebra, por un lado, pero nos lanza a la realidad por el otro. Con tamañas restricciones presupuestales, la cobija no ha crecido y todo mundo quiere taparse con ella. Es por eso que la única manera de implementar los programas sociales favoritos del presidente y arrancar los proyectos que sueña (Tren Maya o refinería en Tabasco), había que hacer recortes en varios rubros.

Es lo que veremos ahora: mercados felices porque no se pierde la disciplina fiscal, pero numerosos grupos y dependencias quejándose o padeciendo recortes importantes a su presupuesto. Si el tamaño del pastel no creció, la única manera de financiar al Tren Maya o la refinería, era quintándole dinero a otros programas.

Incluyendo a las universidades o a los estados.

Andrés Manuel que había prometido incrementos enormes al gasto público, se enfrenta la realidad: si cuenta sólo con tres pesos, gobernar es decepcionar.

Twitter: @Israel_Macias

JJ/I