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La verdad no nos hará libres

Que la verdad nos hará libres es un mito. En los tiempos actuales, el mito es visible, acentuado y rastreable en las redes sociales. Lo que menos importa es la información fidedigna, verificable, de lo que sucede en Jalisco, el país o el mundo. Pesan más las creencias, los modos de pensar y las emociones personales que la información confiable. De ahí que circulen mensajes con los múltiples rostros de la mentira y el odio.

Poco se valora la verdad informativa, definida como los hechos y datos concretos, comprobables, validados, acerca de un asunto o acontecimiento, que caracterizan a la información de calidad y son una aproximación construida acerca de un tema de interés público. La verdad informativa es un acercamiento a lo sucedido. Sin embargo, ni la información obtenida por los cinco sentidos es aceptada como real; se le rechaza en automático a través de procesos cognitivos como la distorsión, la generalización o la mutilación.

El lingüista y científico cognitivo George Lakoff señala que el mito “la verdad nos hará libres” se basa en que “como las personas en principio son seres racionales, si nos limitamos a informarlas de los hechos, llegarán a conclusiones correctas”. No obstante, acota, la ciencia cognitiva ha demostrado que la gente no piensa así. “Las personas piensan en marcos”, que define como “estructuras mentales que moldean nuestra visión del mundo”, que no se ven ni se oyen, que son parte de lo que los científicos llaman “inconsciente cognitivo”, al que no se puede acceder de manera consciente.

Los marcos moldean los objetivos que perseguimos, los planes que trazamos, el modo en que actuamos, lo que consideramos buen o mal resultado. Modificar nuestros marcos es modificar esto. Un cambio de marco es un cambio social, estipula Lakoff. “Redefinir el marco significa cambiar el modo en que el público ve el mundo”. Es cambiar lo que se considera sentido común. El lenguaje activa marcos. Establecer nuevos marcos requiere un nuevo lenguaje. “Para pensar distinto hay que hablar distinto”.

Demasiado sintético lo que recojo de su aportación, pero Lakoff advierte que “la verdad por sí sola no nos hará libres”. Si los hechos no encajan con el marco de las personas, el marco permanece y los hechos rebotan; las personas los descalifican. La neurociencia indica que los conceptos que poseemos se originan en las sinapsis del cerebro. “Los conceptos no son cosas que puedan cambiarse sencillamente porque alguien nos informa de un hecho”. Y ojo con esto: “Aunque nos presenten datos, para cobrar sentido tendrán que encajar con lo que ya existe en las sinapsis del cerebro. De lo contrario, los hechos entran por un lado y salen por el otro. No se escuchan, no se aceptan como hechos o nos desconciertan: ¿cómo es posible que alguien diga algo así? De esta manera catalogamos como un dato irracional, un disparate o una estupidez”. ¿Suena esto a la polarización o a los oídos sordos que dañan a México?

En las redes sociales digitales y no digitales se organizan ataques, manipulaciones, debates, argumentaciones, sobre temas como la caída del helicóptero en Puebla que cortó la vida a la gobernadora, un senador y tres personas más; el aumento salarial recientemente acordado, la guardia nacional y la seguridad pública, el huachicoleo, etcétera. En sí, los temas de la agenda pública. Temas en los que hay quienes se aferran al marco desde el que percibe los hechos y deslegitima información verificada.

Lo anterior plantea un enorme reto para los periodistas y los medios de comunicación. Uno es comprender cómo percibe la realidad informativa la gente. Y otro, generar nuevos marcos que desnormalicen injusticias, proporcionen información de calidad, alienten las posturas críticas informadas, promuevan la paz, entre otras líneas editoriales. En un mundo donde “ya no se confía ni en los mismos hechos”, como advierte el lingüista Noam Chomsky; donde “cuando se cuestiona si una afirmación es mentira, el elemento menos importante para la mayoría de la gente es ¡saber si es verdad!”, como indica Lakoff, necesitamos nuevas formas de pensar y de revalorar y generar información de calidad.

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JJ/I