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¿Qué está pasando con la gasolina?

Esta semana el trending topic indiscutible es el desabasto de gasolina en estaciones de servicio en el Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y desde ayer también en la Ciudad de México.

El presidente y distintos actores del gobierno han salido a negar que haya un problema de abasto; declaraciones que contrastan con la evidencia masiva de fotos en medios de comunicación y redes sociales de gasolineras cerradas y filas anormalmente largas en aquellas que están abiertas en varios puntos del país.

¿Qué está pasando? La situación de puede resumir en tres ideas: (1) el nuevo gobierno decidió abordar un problema –el huachicoleo–, (2) con una solución de ejecución inmediata –cerrar algunos ductos de distribución– (3) que tuvo consecuencias negativas inesperadas –desabasto y compras de pánico–.

Abordo las ideas una por una.

Primero, el problema de origen. El huachicoleo es el nombre coloquial que se le da al robo de combustible a través de intervenciones clandestinas a los ductos y otras instalaciones de Pemex. Es una actividad que ha ido creciendo radicalmente en los últimos años y se ha convertido en un entramado complejo que involucra a autoridades, personal de Pemex y una amplia red de distribución. En diciembre el presidente reveló que las pérdidas por robo de combustible se han duplicado en los últimos tres años, pasando de 30 mil millones de pesos en 2016 a más de 66 mil millones en 2018.

Segundo, la solución de choque que decidió implementar el gobierno. A partir del 20 de diciembre se arrancó el Plan conjunto del gobierno de la República para combatir el robo de hidrocarburos de Pemex, que ha tenido acciones en tres frenes. Uno, se tomó el control del sistema de monitoreo de ductos de Pemex y se identificaron al menos tres funcionarios de la organización que estaba siendo cómplices del robo de combustible, mismos que fueron cesados y detenidos. Dos, se desplegaron cerca de 4 mil soldados del Ejército y la Marina para tomar el control de la seguridad de más de 50 instalaciones estratégicas de Pemex, incluyendo refinerías y terminales de abastecimiento y distribución. Tres, se cerraron varios puntos de la red de ductos de combustible en donde se sospecha la ordeña de combustible y se buscó compensar la distribución incrementando 20 por ciento la distribución por pipas.

Tercero, las consecuencias negativas del plan del gobierno. Se cometió un error de cálculo importante en la logística. No es un problema de desabasto, en el país hay gasolina suficiente. El problema es que las pipas no son suficientes para cubrir la distribución que hacían los ductos ahora cerrados. En grandes números que los expertos han estado circulando en medios estos días: en el país se consumen cerca de 200 millones de litros de gasolina diariamente y Pemex cuenta sólo con mil 485 pipas que alcanzan para cubrir apenas 12 por ciento de la demanda. Ante esta situación algunas de las más de 12 mil gasolineras del país empezaron a quedarse sin combustible y sin posibilidad de ser reabastecidas en el corto plazo porque las pipas están saturadas. El efecto además se ha multiplicado por la compra de pánico que ha hecho que más gente decida ir a cargar sus tanques de gasolina a la vez e incluso se lleve gasolina adicional en bidones por el miedo a quedarse sin combustible, incrementando el consumo normal. Y es que la falta de gasolina puede generar pérdidas económicas importantes para muchas personas y empresas que dependen de poder mover sus vehículos.

Como apunte final, pienso que es de celebrarse que el gobierno decida dar pasos firmes para terminar con una actividad criminal que genera pérdidas millonarias para Pemex y para el país. El problema es que el error de distribución y una mala comunicación de lo que se está haciendo les va a quitar puntos con la población que está siendo afectada hoy en su bolsillo; y además les puede salir más caro el caldo que las albóndigas porque el transporte por pipa es 14 veces más caro que el transporte por ductos… y si no consiguen que el corte de las pipas consiga una reducción importante del huachicoleo, el alto coste de la operación pondrá en entredicho su éxito.

@ortegarance

JJ/I