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Promesa de éxito

(Foto: Omar Fares)

Fernando Beltrán nació un 8 de mayo de 1998 en la Ciudad de México, y poco antes de cumplir los 16 años ya estaba en Chivas. Sin embargo, para cumplir el sueño de alcanzar la Primera División, el medio de contención tendría un camino de largo recorrido en el que estuvo a punto de desertar al sentir que la nostalgia por estar lejos de su familia lo vencía.

El mediocampista aspiraba a emular en la cancha las hazañas de Andrés Iniesta, su ídolo del Barcelona, pero para lograrlo debía hacerse fuerte en la parte emocional.

Antes de llegar a Chivas, sus primeros pasos los dio en las fuerzas básicas del Atlante que contaba con filiales en la Ciudad de México. Ahí, con los Potros de Hierro, Beltrán vivía tranquilo, sin sobresaltos, sin saber que en breve su vida daría un giro radical y pondría a prueba su resistencia mental.

En charla con NTR, el joven de 20 años recuerda sus inicios y su trayecto al primer equipo en busca de la consolidación.

¿Cómo tomaste el hecho de salir de tu casa?

Complicado… La decisión fue rápida, yo decidí venir cuando se me acercó Diego Martínez, no lo pensé, lo acepté de inmediato. Pero en el momento que llego y empiezo a vivir en Casa Club extrañé muchas cosas, a mi familia, a mi mamá, mi papá, mi hermano, a todos los que yo veía cuando llegaba a mi casa y que siempre piensas que van a estar ahí, y cuando no es así te sacas de onda. Me comunicaba con ellos, trataba de estar bien, pero en realidad no lo estaba, fueron seis meses muy complicados en los que ya no quería estar acá. Mis compañeros de la generación 98 me arroparon, me invitaron a sus casas, me invitaban a comer, y me sentía tranquilo, pero no era lo mismo porque no tenía a mi familia.

¿Llegaste pensar en regresar con tu familia?

Sí, llegó un momento en el que ya no podía más, aparte no jugaba, en Tercera era banca, y estaba mal. Cuando yo salí de mi casa mis papás me dijeron que fuera por mi sueño, y cuando les dije que me quería regresar ellos me dijeron que no, y se vinieron a Guadalajara, ahí cambió todo para mí. Yo no estaba a gusto, pero nadie sabía de eso.

Eres un joven que creció viendo los éxitos del Real Madrid y el Barcelona, ¿por qué ha sido tu ídolo Andrés Iniesta?

En ese entonces, cuando yo tenía 15 años, él era de los mejores mediocampistas del mundo junto con Xavi Hernández, y en ese tiempo el Barcelona era el mejor equipo del mundo. Para mí él es el mejor mediocampista que he visto, porque tenía todo, muy talentoso. Trato de ver cómo jugaba, cómo se posicionaba, cómo se paraba en el campo, cómo daba pases, y trato de hacerlo igual. Él es mi ídolo, tiene todo.

¿Cómo ha cambiado el adolescente que era Fernando Beltrán?

Yo siento que no he cambiado, que sigo siendo el mismo pese a que he cambiado muchos aspectos en la cancha, afuera he tratado de seguir siendo el mismo, esa es mi esencia, y cuando la pierda no seré yo.

¿Recuerdas cómo estaba en ese entonces el Club Guadalajara?

En ese entonces cuando llegué estaba La Volpe, y fue complicado porque estaban como que si ganaba o no el equipo, de pronto les iba bien o mal, y después el equipo que se vino abajo con Carlos Bustos, después llegó Chepo, y después el profe Mati. Yo lo veía complicado porque cuando estaba Bustos y Chepo había muchos refuerzos con mucha experiencia como Castro, Salcido, De Nigris, Ponce, Fabián, y cuando ves un equipo así dices: ‘está complicado’. Casi no subían canteranos a entrenar con Primera, y en ese tiempo que yo estaba en la Sub 17 lo veía muy complicado. Si me hubiera tocado debutar en ese momento hubiera estado más nervioso de lo que estuve en mi primer juego, y si no lo aprovechaba la oportunidad se me iba.

¿Qué sentiste la primera vez cuando te llevan a la pretemporada?

Me sorprende porque yo no creí que el profe Almeyda me fuera a subir, la verdad lo veía muy complicado porque subía a otros jugadores, de repente subía a entrenar, y la verdad yo no veía como que le fuera a gustar mi estilo al profe. Cuando termina el torneo y que el equipo queda campeón y también nosotros en la Sub 20, se acercan conmigo los auxiliares Amato y Zarif, y me dicen que me van a mandar un plan porque iba ir a la pretemporada. Me quedé en schok porque no lo creí hasta que fue el mero día y estaba con los campeones de México, con Salcido, Pizarro, los ves y no te la crees, era mucho nervio, es increíble. Subimos como siete jugadores, y a todos nos raparon, bailamos, contamos un chiste para entrar al grupo con confianza, respetando pero entras. Es un momento que no olvido, porque después de hacer todo eso me relajé, estaba muy nervioso.

¿Qué representa que desde que debutaste, sin importar el técnico en turno, eres tomado en cuenta?

Es lo que yo busco, es el trabajo que hago día a día, consolidarme en Primera División, llevo pocos partidos, y lo que siempre he buscado con Almeyda y ahora con Cardozo es tener más minutos en liga, jugar de cambio o de titular, como sea, pero siempre buscarlo, y adentro demostrar que sí puedo.

¿Cómo has pasado por la transición de un 2017 muy brillante a un mal año en 2018?

Sí fue diferente, porque cuando se gana el doblete todo era felicidad. En la pretemporada el profe Almeyda nos dijo que teníamos que cuidarnos como equipo porque si no Chivas iba a tener un mal periodo. Y sus palabras fueron ciertas, entonces nosotros siempre tratábamos como equipo de hacer bien las cosas, y de afuera yo veía y quería ayudar pero no podía, y veía al equipo esforzarse para ganar y no se nos daba. Fue un momento complicado porque nos eliminó Atlante en Copa, y en liga no clasificamos. Fue mucha tensión en el equipo.

¿Se aceleró tu proceso de maduración debido a todo lo sucedido?

Sí, porque me ha hecho ver qué hacer cuando el equipo va bien, o cuando va mal, sí he madurado como para ayudar al equipo y tenemos que hacer cambios nosotros, y si va bien tenemos que seguir en esa línea.

“Por los torneos en los que he estado te das cuenta la importancia de Chivas, lo importante es que el equipo esté bien por dentro, que el vestidor esté unido, porque cuando nos empezamos a decir de cosas el equipo se viene abajo, y he aprendido que el escudo de Chivas se defiende a muerte, y que debe estar en lo más alto”.

¿Por qué debe creer la afición en este nuevo Guadalajara?

Porque queremos otra vez hacer historia, ganar una liga, porque cuando quedas campeón es lo más bonito, el equipo tiene mucha ilusión, sabemos que lo podemos lograr, la afición sabe que lo podemos hacer. Todavía falta mucho, pero el equipo está convencido de que lo puede lograr.

¿Para qué está Chivas en 2019?

Para volver a hacer historia.

¿Por qué debe creer la gente en Fernando Beltrán?

Le pido a la gente que confíe en mí, que puedo hacer bien las cosas bien, y a lo mejor las puedo hacer mal, pero que confíen en los jóvenes de que podemos salir adelante. Yo espero tener una carrera como Salcido, una carrera que muchos quisieran tener, hacer lo que él hizo, él es un ídolo en Chivas, siempre fue un ejemplo en el vestidor, y espero poder hacerlo mejor, y a él lo respeto mucho.

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FRASE

“Espero tener una carrera como la de Salcido, una carrera que muchos quisieran tener, hacer lo que él hizo, él es un ídolo en Chivas, siempre fue un ejemplo en el vestidor”
Fernando Beltrán, volante de Chivas

NUMERALIA

20 años de edad tiene Beltrán

20 partidos en Primera División con Chivas

1,490 minutos jugados en el máximo circuito

Un día inolvidable

Tres años después de haber llegado a Chivas, procedente de las fuerzas básicas del Atlante, Fernando Beltrán estaba a las puertas de su aparición en el primer equipo.

El Guadalajara de Matías Almeyda que había conquistado el título de liga del Clausura 2019 debía definir ante Tigres el Campeón de Campeones, y el medio de contención estaba incluido en la banca.

Por su mente no pasaba que pudiera tener participación al encontrarse de titular en su posición un experimentado como José Juan Vázquez. Pero al minuto 26 el partido dio un giro radical cuando El Gallito se lesionó, y Almeyda volteó a su banco de suplentes y llamó a Beltrán. Había llegado el momento por el que tanto había luchado.

“Fue rápido. Aunque estaba ahí no me imaginé que pudiera entrar a jugar, de todos los que estábamos ahí no lo pensaba, y mucho menos que se fuera a lastimar Gallito. Entonces cuando me dice el profe que caliente rápido, no lo asimilé como tal, terminó el partido, y ahí sí me puse a llorar, estaba agradecido, contento por tantos mensajes de mi familia, fue increíble, lo disfruté”.

Beltrán recuerda las palabras de El Pelado de que sólo hiciera lo que sabía: tocar el balón y disfrutar su primer juego.

“Yo entré, y lo primero que quería era correr, sacar esa adrenalina, todos los nervios que tienes al principio, y jugar contra Aquino, Gignac, Vargas. Lo disfruté mucho”.

Respeto a los mayores

Si bien el plantel de Chivas tiene un promedio de edad de gente joven sin llegar a los 30 años, también hubo y hay todavía elementos experimentados.

Fernando Beltrán señala que a dichas figuras siempre los ha visto con respeto y sin menosprecio sin importar que él pueda superarlos en velocidad.

“Siempre con respeto, ellos se lo han ganado, no puedo llegar a la cancha y hablarles de igual a igual, ellos sea como sea son jugadores que han luchado por tener un lugar en México, como Carlos Salcido, quien tiene una carrera histórica, y que para mí fue un gran ejemplo por cómo hacía las cosas dentro y fuera de la cancha. Sí le decía Carlos, pero es con respeto, no lo podía hacer mi amigo de un día para otro, o hacerle una broma porque por ahí no va la cosa”.

Además, en el cuerpo técnico está otro especialista de la media cancha como Alberto Coyote, quien está en contacto con los jóvenes.

“Él habla constantemente con nosotros con Alan (Cervantes), (Alex) Zendejas, conmigo, y nos dice que como jóvenes estemos tranquilos, que no nos precipitemos en tomar decisiones porque eso nos hará tomar confianza sin importar cómo esté el partido”.

JJ/I