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#10YearsChallenge Guadalajara

Haciendo el #10YearsChallenge de Guadalajara en cuanto a seguridad, advierto que el rostro de la ciudad ha adquirido algunos rasgos favorables y otros grotescos.

Lo horripilante es lo primero que salta a la vista: como sociedad nos hemos acostumbrado a homicidios atroces que en 2009 producían escándalo todavía. La práctica reiterada de los sicarios de colocar personas descuartizadas en lugares públicos es algo que ya no sorprende como antes. Las ejecuciones múltiples son un suceso que se reproduce al menos una vez al mes. Los asesinatos por arma de fuego son tan cotidianos que parecen ser todos el mismo en historias nocturnas o diurnas repetidas con variaciones de lugar y hora.

Los crímenes de entonces estaban empezando a tomar tintes de delincuencia organizada, pero todavía era común que muchos de los homicidios tuvieran un trasfondo de disputas de pandillas y de venganzas ancestrales heredadas en el linaje cholo de barrio.

El aspecto de bato a pantalón tumbado, playera holgada y múltiples tatuajes era una de las primeras prospecciones de sospechosos habituales, y era costumbre de algunos investigadores policiales agarrar parejo entre el barrio para interrogar e incluso acusar a algún sujeto por los crímenes investigados.

Hoy persiste un estigma hacia esos hombres –aunque también hay cholas– desde algunos grupos sociales y entre los policías que con frecuencia los paran meramente por portación de rostro. Y así les toca su basculeada con la justificación de la siempre polémica revisión precautoria.

Sin embargo, distintas instituciones civiles, educativas e incluso las Policías municipales han trabajado durante muchos años para transformar el concepto que de pandilla se tenía, y para trabajar con esos grupos juveniles en la integración social lejos de prácticas delictivas.

Podrían haber permanecido marginados muchos jóvenes de ese contexto si no hubiera existido la intervención de organizaciones civiles y de instancias de gobiernos locales, principalmente.

Actividades artísticas y deportivas han sido prácticas favorables para el desarrollo de esas personas en una sociedad que cada vez los reconoce más en su expresividad individual y grupal. Hay espacios públicos para impulsar la convivencia pacífica y enriquecedora de esos jóvenes.

Pero también han sido blanco de reclutadores del crimen organizado, que acapara 90 por ciento de los homicidios bajo investigación, según las estimaciones de las autoridades estatales.

El crimen organizado, centrado en la distribución de droga, usa peones de todo tipo de situaciones y grupos sociales, tanto hombres como mujeres.

Como paréntesis en cuanto a consumo de drogas, hace 10 años ser detenido con dosis mínimas de droga era pase directo a la cárcel, pero ahora la ley establece cierto gramaje para cada tipo de sustancia que lleva a calificar a una persona detenida como consumidora y no como un criminal, protegiéndola antes que castigándola.

La diversificación de negocios de la delincuencia organizada más allá del narcotráfico incluye también un fenómeno que hace 10 años era insignificante en Jalisco: el huachicol.

Los tuberos que ordeñan los ductos de Pemex por entonces eran casos aislados y casi inexistentes, lo mismo que las investigaciones al respecto. Pero las inmensas ganancias derivadas del huachicol atrajeron la atención de los grandes capos, y el asesinato de cuatro soldados en Guachinango en 2014 por interferir en el negocio de la gasolina, eran preludio de las operaciones que se acercarían cada vez más a la metrópoli hasta inscribirse en ella.

Tlajomulco se ha consolidado con los puntos de sustracción de hidrocarburos más notorios en Jalisco y ni aun los operativos conjuntos federación-estado-municipio que se han sucedido intermitentemente han podido frenar las tomas clandestinas.

Mediante el combustible y las adicciones, la mafia controla aspectos fundamentales de la vida de esta ciudad.

Las fuerzas policiales de los tres niveles de gobierno y las instancias de investigación correspondientes no pueden ya estar disociadas como lo han estado siempre, de otro modo no romperemos el cerco del crimen organizado forjado durante años.

@levario_j

JJ/I