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El estado fracasó en cultura forestal

SIN CUIDADO. En los bosques jaliscienses no se hace inversión de protección, advierte Magaña Cárdenas (Foto: Alfonso Hernández)

La falta de prioridad para el gobierno federal y el estatal del tema forestal, se ha visto reflejada en el rotundo fracaso de contar con una cultura que detone la protección de los bosques y selvas y su correcto aprovechamiento productivo, advirtió Javier Magaña Cárdenas, uno de los principales silvicultores del sur de Jalisco.

“A mí me quedó clarísimo que al gobierno anterior le era totalmente indiferente, es una verdad de Perogrullo, basta con voltear a ver los presupuestos para ver que no hubo el mayor interés; cualquier sector que no se refleja en el presupuesto no tiene atención (…) yo creo que algo hizo el gobierno federal, yo seguí en la producción de planta, y se mantuvo algo de disposición para reforestación y para servicios ambientales, pero el sector forestal creo que está en total indefensión”, señaló en entrevista desde Ciudad Guzmán, por vía telefónica, con NTR.

En cuanto al gobierno del estado, aunque se mantuvo el Fiprodefo (Fideicomiso del Proyecto de Desarrollo Forestal), “su presupuesto lo bajaron al mínimo posible, mientras la dirección forestal pasó a ser de pantalla, no había recursos: nada más apagaban los incendios, pero no hubo recursos para el fomento forestal, así que la administración pasada está simplemente reprobada en materia forestal, y el gobierno federal también bajó sustancialmente el gasto, no necesitas ser experto o muy observador, simplemente si no hay dinero no hay acción”.

CON ANTECEDENTES

El productor fue uno de los primeros que tomó el reto de modernización cuando el gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez incorporó a fundación Chile en busca de un viraje en la baja productividad y el rentismo en que estaban sumidos los bosques y las selvas de Jalisco. Tuvo un polémico experimento de matarrasa (tala a ras del suelo) en sus pinares de Tecalitlán, pero asegura que, a más de 20 años, el predio es más productivo y está íntegro en términos ambientales. A su juicio, el gobierno fomenta, pero si los productores no hacen la labor, el fracaso es inmediato.

“En economía soy liberal, y eso de creer que los esquemas productivos funcionan por las inversiones gubernamentales es una fantasía; yo pienso que los gobiernos deben ser siempre facilitadores y promotores, pero hoy no están promoviendo absolutamente nada (…) cuando los gobiernos se meten a tratar de ordenar la producción, la desordenan, entonces el sector forestal tiene una doble crisis, porque tampoco hay la cultura de la reinversión para el poseedor y dueño de los recursos, es un sector extremadamente propenso y con tendencia al paternalismo, no se hace inversión de protección y de fomento, si no viene de recursos públicos, y salvo honrosas excepciones, la tendencia va a ser lo mismo”.

HAY QUE MIRAR A OTRO LADO

En ese sentido, habría que aprender del sector agropecuario: “¿Por qué no se cae el sector agroalimentario con la baja en el presupuesto? Porque simplemente no dependen de los 80 mil millones de pesos que pueda tener una dependencia federal para promover al agro, dependen de sus propios esfuerzos y reinversión, cosa que no se da en el sector forestal; eso es lo que veo más grave para el sector forestal, yo sigo viendo una mentalidad de minero en los transformadores de la materia prima, no los veo como alguien que esté visualizando el negocio con criterios de sustentabilidad  y a largo plazo, me da la impresión de improvisación y de ‘saca lo que puedas’; no es lo mismo cuando ves al sector agrícola, inversiones fuertes, con visión de largo plazo…”.

Es decir, 20 años de esfuerzos irregulares no fueron suficientes. Los aserraderos “no ven el negocio a largo plazo”. El sector papelero está al margen del negocio forestal, “todas las fábricas de papel, tarde que temprano ocupan algo de fibra virgen, y sin embargo están fuera del bosque”.

 ¿Qué debe hacerse? Magaña Cárdenas sugirió: “Lo primero es entender que es un sector estratégico para los otros sectores; se ve la parte ambiental y la parte productiva de forma separada, pero están juntas: entender que la existencia misma del hombre depende de la conservación del bosque, es regresar a las bases; simple y sencillamente, para que un gobierno sea exitoso en materia forestal, debe ponerlo en la cúspide de su  pirámide de prioridades; allí están la educación, la salud, y el medio ambiente”. No se encuentra el modo de que se vaya lograr ese objetivo: el descenso presupuestal en seis años es superior a 60 por ciento en recursos federales, y con la salvedad de la prevención de incendios, es total para el gobierno estatal.

“No se trata de regresar a los viejos esquemas conservacionistas, románticos, de lo intangible; se trata de dar valor económico al agua y a los servicios ambientales; de mejorar la educación de los habitantes de las ciudades para que no adquieran productos que significan un daño al ambiente”, y de combatir con seriedad el tema de la madera clandestina, un cáncer que carcome todas las florestas templadas del sur de Jalisco, la gran proveedora de productos forestales del estado, todavía hoy.

 

JJ/I