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Incineraciones son una impunidad persistente

SIN CLARIDAD. El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses ha dado diversas cifras de la problemática. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

El contexto de violencia generalizada en el que se encuentran inmersos Jalisco y México ha llegado a extremos como la existencia de madres que claman por comprobar que sus hijos han muerto. Una petición desesperada que las autoridades jaliscienses han negado a cientos de familias que tienen a seres queridos desaparecidos por su decisión de incinerar, en las últimas décadas, a cientos de cuerpos de personas que nunca fueron plenamente identificadas.

“Las incineraciones nos niegan la posibilidad, la esperanza que albergamos de poder recuperar aunque sea un pedacito suyo para poder descansar, para poder tener paz”, lamenta María del Refugio, madre de Osvaldo Javier Hernández Cervantes, quien desapareció el 22 de julio de 2014 en Tlaquepaque en un punto indeterminado ubicado entre su casa y el paradero del transporte público al que se dirigía.

No es, ni de cerca, el único caso.

“No está el cuerpo, pero sí es su hijo”, es la respuesta que, en múltiples ocasiones, ha recibido Ana Enamorado por parte de las autoridades estatales que han insistido en entregarle cenizas y cerrar el caso de la desaparición de su hijo Oscar Antonio López Enamorado, desaparecido en la entidad el 19 de enero de 2010.

Pero, así como no está el cuerpo, tampoco están los documentos que avalen la realización de pruebas genéticas que comprueben la supuesta filiación. En sí, no está ninguna respuesta.

Las omisiones de las autoridades forenses y de procuración de justicia del estado no sólo se manifestaron a través de su incapacidad de realizar perfiles genéticos a la totalidad de cuerpos no identificados que se han acumulado en morgues y panteones, sino en niveles tan básicos sobre mantener estadísticas consistentes sobre el tema.

“De acuerdo a información proporcionada por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) mediante solicitudes de acceso a la información, del primero de enero de 2006 al 31 de octubre de 2018, en Jalisco se incineraron mil 560 cuerpos de personas no identificadas, a esto se suma la cremación de una osamenta y 32 restos óseos, sin tener claridad de a cuántas personas corresponden. En otro oficio de 2017, el instituto señaló que, de 2006 a 2015, en Jalisco se incineraron mil 571 cuerpos y, en una respuesta de 2015 para el mismo periodo, se señaló que se incineraron mil 581 cuerpos”, explicó Anna Karolina Chimiak, coordinadora del Área de Incidencia del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), al presentar ayer en la Ciudad de México el informe denominado Incineraciones de cuerpos no identificados. Crímenes sin castigo.

DESFILE DE DATOS

Pero el baile de cifras continua. En 2017, el entonces fiscal de Derechos Humanos, Dante Haro Reyes, aseveró a medios locales que, en el periodo comprendido entre 1997 y 2015, en el IJCF se incineraron 553 cuerpos no identificados.

A pesar de que, según la versión oficial, desde 2015 se detuvo la incineración de cuerpos no identificados debido a la entrada en funciones del sistema penal acusatorio, el tema no está cerrado. Ejemplo de ello es que, según documentó el Cepad, durante 2018 las cenizas de 140 personas fueron entregadas a sus supuestos familiares. Se desconoce de cuántos de estos restos se tomaron los perfiles genéticos correspondientes.

“El grado de impunidad nos ha llevado a que no haya una carpeta de investigación en la que se investigue quién ordenó la cremación de cuerpos sin habérseles practicado métodos de identificación científica técnica. Y, desde luego, esta investigación no puede recaer en la autoridad local”, consideró César Pérez Verónica, director ejecutivo del Cepad.

Por ello, la organización buscará entregar el informe realizado a Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con la intención de que instancias internacionales propongan al Estado mexicano mecanismos de investigación sobre los hechos. 

 

Periodo de análisis

Del 1 de enero de 2006 al 31 de octubre de 2018, en Jalisco se incineraron mil 560 cuerpos de personas no identificadas, según el IJCF

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FRASE

“Las incineraciones nos niegan la posibilidad, la esperanza que albergamos de poder recuperar aunque sea un pedacito suyo para poder descansar, para poder tener paz”
María del Refugio, madre de joven desaparecido

JJ/I