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Educar para la paz y el desarrollo

En diciembre de 2018, el presidente Andrés Manuel Obrador envió a la Cámara de Diputados una iniciativa de Ley para reformar los artículos 3º, 31 y 73 de la Constitución de la República; un proyecto de reforma en materia educativa que fue resultado de una amplia consulta realizada durante agosto-septiembre de ese año, en distintas ciudades del país, con la participación de los maestros y diversos actores sociales.

Presentado el proyecto de Iniciativa de Ley, las comisiones unidas de Educación y Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados de la 64 Legislatura convocaron a una nueva consulta con dos modalidades: registro en línea de ponencias y participación en foro bajo la modalidad de audiencia pública. En las audiencias se escucharán las opiniones de maestros, sindicalistas, diputadas y diputados locales, especialistas, sociedad civil, organismos internacionales, padres y madres de familia y autoridades educativas.

En la exposición de motivos de la iniciativa se argumenta que “la educación es la llave de la transformación que requiere el País” y que para recuperar la paz es necesario lograr acuerdos políticos para que los planes y proyectos del gobierno federal incidan en la recuperación de la tranquilidad. En ese sentido, el texto de la propuesta que adiciona el artículo tercero constitucional señala al magisterio como agente primordial de transformación social; que la educación debe promover valores y propiciar el conocimiento de la historia, la geografía, la cultura y lenguas originarias de nuestro país, así como la activación física, deporte, las artes y las diversas manifestaciones culturales.

El texto propuesto agrega el concepto “cultura de paz” y plantea fomentar el civismo en la educación que imparta el Estado; señala, además, un nuevo principio, que la educación será equitativa aplicando una política incluyente, adecuada a la diversidad cultural y étnica, a fin de combatir desigualdades sociales, de género y regionales.

Si bien en el texto del actual artículo Tercero constitucional ya se esbozaba en su contenido la cultura de paz, ahora será una disposición expresa. Para ello habría que señalar que desde el ideario de UNESCO, cultura de paz plantea la condición del desarrollo social como factor fundamental para avanzar en todos los aspectos de la vida que hagan posible el bienestar de la población, basado en los siguientes principios:

El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; el respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras; el respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; y la adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones.

Al aprobarse a nivel constitucional el precepto de cultura de paz o de educar para la paz, la formación en las escuelas públicas en todos los niveles educativos deberá retomar esos principios y desarrollarlos en sus planes y programas educativos a través de la formación disciplinar y como saberes transversales; deberán orientarse políticas públicas y programas específicos que contribuyan a que la transformación social hacia formas de convivencia pacífica sea posible.

Educar para La Paz debe significar que los niños y las niñas mexicanos se reconozcan como iguales y se respeten, que se destierre la violencia escolar y que los espacios de educación superior sean lugares libres de acoso y hostigamiento. Debe traducirse en fomentar nuevas formas de convivencia social a través de la recuperación de espacios públicos en todas las comunidades del país, debe propiciar que se desarrollen programas para lograr que el arte, la cultura, el deporte sean un medio para la inclusión y transformación social al fomentar el respeto a la dignidad, el valor de cada persona y el bienestar de la colectividad.

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