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Regidores silencio cómplice

¿Sabe usted dónde están los regidores metropolitanos del PRI? Lo más seguro es que únicamente los encuentre en la nómina, porque desde su derrota del pasado julio han desaparecido del espectro público y prácticamente se convirtieron en aval de las decisiones de sus respectivos alcaldes, pues como oposición simplemente no existen.

Las cabezas de los grupos edilicios priístas en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y Tlajomulco no existen públicamente, han desaparecido de los medios de comunicación y su voz crítica no se escucha en los recintos del ayuntamiento –antes cabildos–, a menos de que consideren que quienes los derrotaron en los comicios están haciendo bien las cosas y no ameritan un señalamiento, una llamada de atención y, mucho menos, una crítica.

Por ejemplo, no obstante que el gobierno federal considera a Guadalajara, Tlaquepaque y Tlajomulco como los municipios más inseguros de la zona metropolitana y con altos índices de homicidios, en el caso del primero no se ha alzado la voz de quien fuera fiscal general del estado en el gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval y hoy regidor, Eduardo Almaguer Ramírez, quien evadió presidir la Comisión de Seguridad y se la cedió a su compañera y secretaria general del PRI, Verónica Flores.

Por cierto, Almaguer Ramírez fue designado recientemente coordinador de los regidores priístas en Jalisco. La duda es si el ex candidato a la alcaldía será ejemplo de silencio para sus compañeros ediles en el resto del estado ante los alcaldes de sus respectivos municipios o cuáles fueron los méritos para darle esa responsabilidad, a menos de que haya sido solamente porque fue el aspirante a la alcaldía de la capital.

Pero en Zapopan tampoco se ha escuchado la voz de Abel Salgado, como tampoco en Tlaquepaque la de Alfredo Barba, en Tonalá la de Oswaldo Bañales o en Tlajomulco la de Antonio Sánchez. Porque incluso en sus cuentas en redes sociales, por ejemplo Twitter, no tiene ni una veintena de tuits –van de dos, siete, 15 ó 18– en lo que va del año y ninguno contiene postura crítica alguna hacia el gobierno del que son oposición. El más crítico es Bañales con dos tuits sobre la inseguridad en Tonalá, los demás han escrito felicitaciones o dan cuenta de dónde andan, además de reuits sobre asuntos intrascendentes.

Vamos, ni siquiera se refieren a su labor como funcionarios públicos ni a los problemas de su municipio. O sea que sus cuentas en redes sociales no las utilizan como un medio de comunicación para establecer diálogo con sus conciudadanos ni para informar de su actividad.

Para los regidores priístas en la zona metropolitana parece que en sus respectivos municipios no hay problemas de los cuáles preocuparse. O al menos públicamente no hacen referencia alguna a ellos. ¿O será, acaso, que los medios de comunicación no dan eco a sus posturas? ¿O será que no generan mayor interés para ser tomados en cuenta por estos medios de comunicación?

Pero quizás sólo sigan la línea que indirectamente les marcan desde la dirigencia estatal del PRI que tampoco da señales de vida como partido de oposición, quizás porque pronto lo veremos haciendo alianza con el alfarismo como el CEN la ha hecho con el lopezobradorismo en San Lázaro y busca hacerlo en Baja California en la contienda por la gubernatura.

Claro, los regidores priístas tienen como consuelo que sus demás compañeros ediles de Morena, del PAN y de otros partidos tampoco son oposición al interior del ayuntamiento. Quizás los que de alguna manera se salven son los morenistas en Zapopan, que en más de una ocasión han irritado al alcalde. Pero también podríamos decir que morenistas y panistas mantienen una carrera parejera con los priístas por demostrar quiénes son los regidores de oposición, que no son, o no saben ser, de oposición.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I