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Jalisco iba a ser grande, pero llegó la alternancia

Jalisco pudo ser el granero del país, la sede de las grandes maquiladoras, la capital de la innovación o tener una moderna Línea 3 de Tren Ligero. Pero nos alcanzó la alternancia y con ella las ideas de los políticos en turno, siempre diferentes a las de sus antecesores. Nos tuvimos que reinventar cada seis años y confiar en que cada gobernante poseía la verdad sobre la mejor visión para el estado.

Lo que esos giros de timón dejaron fue a un estado que se rezaga: campesinos avasallados y tierras deterioradas por la moda de los berries y el aguacate; una industria electrónica que ofrece las más precarias condiciones laborales, especialmente a miles de mujeres; proyectos de carreteras truncas; una Ciudad Creativa Digital que quedó reducida a un edificio y muchas irregularidades, y la inversión millonaria en la Línea 3 de Tren Ligero. Todo esto, más una lista de elefantes blancos como los Arcos del Milenio, la Villa Panamericana y los grandes hospitales de especialidades.

A todo lo anterior podríamos sumar grandes proyectos descartados o estancados por fallas, omisiones o abusos de las autoridades hacia ejidatarios o comuneros como las presas Arcediano y Zapotillo, o el desarrollo turístico llamado “Nuevo Cancún”, junto a la laguna de Chalacatepec.

En todos esos proyectos ya hubo millones de pesos de recursos públicos invertidos, sin un beneficio para la población.

Otro punto que tienen en común estos casos, es que en su momento fueron el proyecto más importante o al menos estuvieron en la lista de las prioridades de los respectivos gobernadores. Incluso algunos intentaron amarrarlos con acuerdos transexenales.

Nada más hay que recordar la presentación que se hizo del proyecto de Ciudad Creativa Digital. El ex presidente Felipe Calderón y el ex gobernador Emilio González Márquez lo anunciaron como la inversión que cambiaría radicalmente a Guadalajara, para convertirla en la capital de la innovación.

Eso, sin contar lo que iba a significar en términos sociales: la recuperación del Centro Histórico de Guadalajara, aprovechando la inversión que ya se había hecho en el intento fallido de que la zona del parque Morelos fuera la sede de los Juegos Panamericanos de 2011.

El sexenio no les alcanzó, el Partido Acción Nacional perdió y los gobiernos que encabezaron los priístas Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República y Aristóteles Sandoval Díaz en Jalisco no tuvieron interés en darle continuidad. El proyecto de innovación se redujo de manera importante y quedó en manos de particulares, con un manejo plagado de irregularidades.

La apuesta de los gobiernos priístas para Jalisco fue la Línea 3 de Tren Ligero. La historia ya la conocemos. El costo ya duplicó el presupuesto inicial y no se terminó. Se calcula que al menos faltarían cuatro mil millones de pesos. Pero ahora ya no es la obra prioritaria para los nuevos gobiernos federal y estatal.

En la reunión que tuvo esta semana el gobernador Enrique Alfaro Ramírez con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se tocó el tema, según confirmó el mismo mandatario estatal. Los detalles los dará el presidente en su próxima visita.

Pero el tema parece más complejo, porque en el Presupuesto de 2019 sólo se asignaron mil millones de pesos que, se afirma, prácticamente alcanzarían para pagar adeudos con las constructoras y las correcciones de fallas en la obra. Es decir, se necesitará mucho más para terminarla.

En algunas reuniones con empresarios, le han pedido al gobernador que incluso explore la posibilidad de contratar deuda. Sin embargo, el margen de crédito para Jalisco es de alrededor de siete mil millones de pesos. Se antoja complicado que el actual gobierno destine la mitad de esa opción en enmendarle la plana a su antecesor.

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JJ/I