INICIO > ARTE
A-  | A  | A+

Eterno aprendiz de actor

(Foto: Especial)

Los proyectos en los que se ha insertado el actor tapatío Gerardo Hernández son muy distintos entre ellos. Cada uno pareciera un reto diferente que emprende desde la humildad de que cada papel tiene algo qué enseñarle como ser humano y como actor.

Desde obras de teatro dirigidas a las jóvenes audiencias y hasta el cabaret, hoy el actor busca también que los mensajes en el escenario sean coherentes en el día a día, con la gente que le rodea y la sociedad a la que pertenece.

NTR. ¿Cómo te enamoraste del teatro?

Gerardo Hernández (GH). Recuerdo mucho cuando era niño y comenzaba a jugar. Tenía toda una colección de Playmobil y me gustaba crear mis propias historias. Mis hermanos y yo nos inventábamos historias, poníamos conflictos extraños. Eso me gustaba, jugábamos días enteros hasta que agotábamos la misma historia, o nos aburríamos y planeábamos otras. Ahí me empezó a llamar mucho la atención contar otras historias, construir mi propio lenguaje, mi propia manera. Siempre me gustó el escenario, quería ser cantante. Estaba enamorado de todo eso.

 

NTR. ¿Cómo supiste que sería a lo que te dedicarías?

GH. Recuerdo que en la escuela nos pedían hacer trabajos en materias para demostrar ciertos puntos y yo siempre les proponía a mis compañeros hacer videohome, ya en la prepa me tocó estar en el taller de teatro con la maestra Olga Valencia y Javier Serrano, los primeros que me hablaron de que esta actividad podía realizarse de manera profesional. Poco después, ahí mismo en la prepa, me enteré de que existía la licenciatura y ni siquiera tuve que pensarlo dos veces, quise pertenecer a ese mundo.

NTR. ¿Cuál consideras que fue un momento decisivo para dar el siguiente paso en tu carrera?

GH. Para mí no ha sido una cosa abrupta, ha sido un proceso de maduración, como persona y como actor. Todos los personajes que he hecho han sido importantes para mí, los quiero mucho y todos los proyectos en los que he estado me han enseñado cosas fundamentales de lo que hoy soy. Quizá fue importante enfrentarme con un director profesional por primera vez durante mi proyecto de titulación, cuando Guillermo Covarrubias nos dirigió, el rompimiento de tu burbuja, tu asomo al mundo real. Ahí obtuve uno de los más grandes aprendizajes que me he llevado: que no hay una sola manera de hacer esto y ningún personaje es igual al otro, no hay fórmulas, aunque hay metodologías para analizar los textos y trabajar tu cuerpo hay cosas que no funcionan para ciertos personajes y ciertos géneros. Sobre la marcha se aprenden muchas cosas.

NTR. ¿Qué es importante para ti en un proyecto en el que decidas estar?

GH. Desde la escuela soñaba con A la deriva teatro. Susana Romo y Fausto Ramírez son profesionales que admiro mucho. Esta compañía es fundamental para mí porque me enseñó lo importante que es tener claridad para diseñar proyectos dirigidos a un público específico. Esto me ha enseñado a tomar decisiones en función de las características del personaje y el público al que se dirige. Hoy estoy tratando de no tomar personajes que, por ejemplo, violenten a las mujeres, porque a mí no me interesa repetir estos personajes en la ficción, sino avanzar en otra dirección.

NTR. ¿Qué es lo que más disfrutas de esta tarea?

GH. Lo que tú dices durante una hora para el público es verdad, eso me parece muy potente. La sensación es variable dependiendo de si conectas o no con el público. Siempre tenemos que abogar por la calidad de las funciones y del espectáculo en general. Esto lo fui descubriendo al romper esa burbuja de la escuela, recuerdo cómo para mí el fenómeno escénico era algo natural, muy utópico. El mundo no es así, hay muchos factores que pueden jugar en tu contra, pero eso es algo que fui aprendiendo.

NTR. ¿Qué es lo que te hace seguir en este camino de por sí complejo?

GH. Creo que no sé hacer otra cosa que disfrute tanto como actuar. He probado la dirección y la producción, pero no me hacen tan feliz. Estar ahí y entender cómo evoluciona el mundo y cómo evoluciona la escena y las teatralidades. Me considero un eterno aprendiz de actor, me gusta mucho leer, estudiar, viajar, ver obras de teatro todo el tiempo y en todas partes, ver mucho cine. Quizá soy una persona insegura y nunca me siento satisfecho, siempre tengo que seguir trabajando para sentir que mejoro y no porque quiera competir con nadie, sino porque me parece importante seguir formándome. Para mí el actor siempre tiene que volver a la escuela.

NTR. ¿Qué papeles te ves haciendo en el futuro?

GH. Soy un soñador. Ahora quiero intentar hacer una obra de realismo, pero no dejar las jóvenes audiencias, también quiero hacer cine. Evidentemente he marcado mi camino, pero yo ahora mismo no me considero un actor con un solo camino, no hay algo en donde me quiera quedar para cerrar las puertas a otras cosas. Me falta mucho por probar, por ver, por hacer y por eso mismo mi carrera se ha visto ramificada, he probado muchos géneros, muchas maneras de hacer teatro y con gente muy distinta, tal vez ese será mi sello, hacer un poco de todo, no que sea bueno para todo, pero con el interés tan grande que me despiertan tantas cosas cada vez.

“Me considero un eterno aprendiz de actor, me gusta mucho leer, estudiar, viajar, ver obras de teatro todo el tiempo y en todas partes, ver mucho cine”

“Ahora mismo no me considero un actor con un solo camino, no hay algo en donde me quiera quedar para cerrar las puertas a otras cosas. Me falta mucho por probar, por ver, por hacer”

“Esta compañía /A la deriva) es fundamental para mí porque me enseñó lo importante que es tener claridad para diseñar proyectos dirigidos a un público específico”
Gerardo Hernández, actor

da/i