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Crisis en la cultura humano-cristiana

En la actualidad, según historiadores y sociólogos que analizan los fenómenos de fe y cultura, se está implantando en la sociedad mexicana, fruto de la globalización, lo que se denomina ideología de género, que se apoya en tres factores: una sociedad positiva, una sociedad transparente y una sociedad flotante.

Desde la perspectiva, hay un primer factor que se debe asegurar para que la sociedad sea positiva. Se requiere eliminar dos conceptos de la cultura humana y cristiana, como son el concepto de verdad y el concepto de bien.

Se establece que no hay verdad ni hay bien; es decir, el bien y el mal son un prejuicio. La verdad y la mentira también son prejuicios que generan conflictos y para crear una sociedad positiva se debe eliminar el conflicto. En este razonamiento, el conflicto lo generan el bien y el mal, por eso es necesario que no haya ni el bien ni el mal, que no existan.

Un segundo factor es que la sociedad sea transparente, es decir, que todo mundo sepa lo que todo mundo hace; para ello se necesita que la sociedad se vuelve permisiva, es decir, que todo esté permitido; si todo está permitido, ya no hay ninguna dificultad. Es su derecho de autodeterminación a hacer lo que se desee.

El tercer factor es lo que se llama flotabilidad social. Es importante que el hombre y la sociedad floten, porque eso les da dinamismo, lo contrario a la flotabilidad es el arraigo; cuando usted se arraiga no puede moverse porque está arraigado, pero en términos sociales al desarraigo se oponen ciertos factores que son determinantes. Para un hombre lo que lo arraiga es el matrimonio, pero el hombre debe desarraigarse, y tiene como opciones no casarse o casarse, pero que esa relación no lo arraigue, que sea para un tiempo determinado o lo que aguante, pero sin que haya la tendencia a arraigarse. Pero si usted ya se casó, lo que debe hacer es no tener hijos, porque eso lo arraiga más. Si usted tiene un hijo, tiene 18 años de arraigo. El arraigo obstaculiza la dinámica del mundo global, el cual necesita movimiento, flotabilidad.

Aún la naturaleza no debe arraigar a una persona, no debe coartar su libertad; el ser humano debe ser lo que decida ser, independientemente de lo que la naturaleza le marque. En Canadá, el año pasado, se dio una controversia legal entre un padre de familia que quiso registrar a su hijo sin especificar su género; desea esperar a que él crezca y decida qué género debe tener, no se sabe si va a ganar el papá o va a ganar el Estado. En Francia argumentan que lo ideal sería que no se registren géneros, sino que esperen hasta los 8 años, ya que el niño pueda decidir si quiere ser niño o niña.

Es decir, ni la naturaleza debe de arraigar a una persona porque le quita movilidad, le quita dinamismo. Entonces la globalización de la perspectiva de género como un proyecto mundial empieza a manifestarse como una realidad. No se debe interpretar como algo accidental, sino como parte de un sistema cultural en esta nueva civilización global.

En este contexto de globalización de la perspectiva de género, el 23 de octubre de 2018 el diputado Porfirio Muñoz Ledo presentó una iniciativa que adiciona y reforma diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En términos prácticos el contenido de la iniciativa tiene el enfoque de la ideología de género, busca eliminar las referencias a la familia y al matrimonio en la Constitución, y establecer claramente el matrimonio homosexual en la misma.

Punto central de la iniciativa es impulsar jurídicamente el concepto del derecho al libre desarrollo de la personalidad y la autonomía reproductiva en la Constitución. Elimina la expresión derecho a la vida en la Constitución y abre la puerta para la legalización del aborto en todo el país.

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JJ/I