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Denuncia inacción en caso de desaparición

DETALLES. María Alejandra tiene 32 años y, como seña particular, tiene un tatuaje de letras orientales en el tobillo derecho. (Foto: Especial)

“¿De verdad cree que sigue viva?”, fue la respuesta que recibió Hugo Núñez por parte de un agente investigador adscrito a la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, tras cuestionar la falta de acciones para detener al supuesto responsable de la privación ilegal de la libertad de su hija, María Alejandra Núñez González.

Esta es sólo una muestra de la indiferencia mostrada por las autoridades encargadas de la procuración de justicia a la que se ha tenido que enfrentar Hugo desde el 30 de enero.

Esa noche, María Alejandra arribó en su camioneta a su domicilio ubicado en la colonia Colonial Tlaquepaque, en el municipio del mismo nombre, cuando hombres armados se la llevaron a la fuerza. Desde entonces se desconoce su paradero.

“Cuando se llevaron a mi hija, la estaba esperando un coche negro. Ella se percató de que se bajaron del vehículo dos sujetos armados y, cuando se dio cuenta que iban por ella, le dijo a mi nieta ‘¡bájate! ¡Ya valió esto!’. Dejaron bajar a la niña de la camioneta y, en lo que tocó a la puerta y en lo que tardamos en salir, ya no estaba ni la camioneta, ni el carro negro ni otro carro que venía con ellos”, narra su padre.

De forma inmediata Hugo Núñez acudió a denunciar los hechos y, aunque en teoría las indagatorias siguen su curso, la familia de María Alejandra no ha visto avances concretos.  

Hugo logró conseguir videos de cámaras de seguridad que registraron la huida de los vehículos y los entregó a las autoridades; sin embargo, bajo el pretexto de la oscuridad reinante, pues los hechos sucedieron alrededor de las 23 horas, le aseguraron que estos no aportaban ningún indicio.

Otras omisiones en las que han incurrido las autoridades incluyen varias dilaciones para entrevistar a un testigo ocular, así como no haber acudido a un domicilio de una colonia tapatía desde donde, según las sábanas de llamadas obtenidas del celular de María Alejandra, se utilizó el aparato en días posteriores a su privación de la libertad.

Además, en menos de un mes, tres policías investigadores y dos ministerios públicos han tomado el caso, con sus consecuentes atrasos al reiniciar de cero las indagatorias.

“No han hecho nada. Se la han llevado con puros oficios y escritos. Si la piensan encontrar detrás de un escritorio, pues va a estar canijo. Hay seis agentes para todas las mujeres desaparecidas”, lamenta Hugo.

No obstante, en una de sus constantes visitas a la fiscalía, Hugo fue informado de una probable causa de la privación ilegal de la libertad de María Alejandra: días antes de los hechos, su hija acudió a la fiscalía para declarar como testigo en el caso de la desaparición de una amiga, de nombre Siadoni. Ella había sido la última persona con quien se contactó.

Los investigadores le aseguraron que era prácticamente un hecho que la pareja de Siadoni era responsable del crimen cometido en contra de su hija. Le informaron que tienen localizado al hombre y que cuenta con varias órdenes de aprehensión por diversos delitos; no obstante, éstas no han sido ejecutadas, por lo que Hugo ha llegado a inferir que el hombre goza de protección de las autoridades.

“Yo no sé qué estará pasando. La verdad hay algo muy raro ahí (…) Si saben quién fue, por qué no lo agarran”, cuestiona.

Ante la serie de irregularidades, Hugo Núñez exige al gobierno del estado que realice acciones efectivas para localizar a su hija.

María Alejandra tiene 32 años, el cabello teñido de rubio y, como seña particular, un tatuaje de letras orientales en su tobillo derecho.

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FRASE

“Se la han llevado con puros oficios y escritos. Si la piensan encontrar detrás de un escritorio, pues va a estar canijo. Hay seis agentes para todas las mujeres desaparecidas”
Hugo Núñez, padre de María Alejandra

JJ/I