Quinto Patio

Mientras el director general del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal), Iván Argüelles Sánchez, informó de la denuncia “contra quien resulte responsable” por daños al patrimonio del organismo, la representante de la Federación Democrática de Trabajadores de Jalisco (Fedetjal), Martha Elia Naranjo Sánchez, fue contundente al exigir que “se castigue a los responsables, como debe ser, con nombre y apellido”. Para empezar, enlistó al ex presidente del Consejo de Administración Francisco Ayón; al ex director de Finanzas Hugo Michel y al titular de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, Juan Pelayo.

Acusó a los tres del desfalco por los 603 millones de pesos en bonos inyectados a la empresa española Abengoa, que se redujeron a 4 pinches pesitos; (¡ups!, perdón, después iremos al confesionario con un cura no pederasta). Bueno, Naranjo Sánchez adelantó que preparan una manifestación porque los recursos eran de los trabajadores y quieren responsables.

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Mientras tanto, en más del Ipejal, el área de comunicación social del gobierno del estado aclaró que Juan Partida Mora, secretario de la hacienda pública de Jalisco, no participó en la decisión de comprar certificados bursátiles de Abengoa, pues la primera sesión de consejo del funcionario fue el 27 de noviembre de 2015, la última compra de certificados ocurrió el 12, y la empresa incumplió su compromiso de pago sobre los certificados el 26. Que las compras de instrumentos financieros son realizadas y autorizadas por el Comité de Inversiones, del que Partida Mora no formaba parte.

El Consejo Directivo no fue informado de la compra y por tanto no la autorizó, y en 2015 tampoco supo que Abengoa había entrado en suspensión de pagos. Sólo hasta 2016, cuando entró en concurso mercantil, funcionarios del Ipejal informaron al consejo. Desde entonces éste siguió el proceso de negociación con la empresa, la que originalmente propuso un programa de pagos para salir del concurso mercantil que no resultaba en pérdidas para Ipejal, pero lo incumplió en 2018 tras haber hecho dos pagos. Para estas fechas, Partida Mora ya no era consejero. Total, señalan que no tuvo responsabilidad ni directa ni indirecta en la compra de certificados de Abengoa.

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Que está muerto… pero sigue vivo. Sí, es la paradoja del Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM), ese que los diputados extinguieron a petición del gobernador Enrique Alfaro, pero que al no tener reglamento sobre la figura que lo sustituiría, todavía existe, sin contar la respiración artificial que le dio el mandatario al asegurar que modificará la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para que la Secretaría de Igualdad Sustantiva se dedique de manera exclusiva a atender la agenda de género.

Pero si esto le parece algo enredoso, añadamos que la presidente de lo que sea que todavía existe, María Elena García, convocó para hoy a una sesión de la Junta de Gobierno para aprobar temas muy importantes como los estados financieros de 2018, el presupuesto de 2019 y las acciones a implementar con motivo de las alertas de violencia estatal y federal. Conclusión: el IJM es un zombi.

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Los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo consideran que se prendió una luz de esperanza, tras 14 años de pelea jurídica para frenar la Presa El Zapotillo. Ayer se reunieron en la Secretaría de Gobernación con autoridades federales, ante las que presentaron todos los documentos que tienen del proyecto. Como respuesta, el coordinador de asesores de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, les aseguró que no hay una decisión tomada, pero que AMLO mantiene su compromiso de no inundar los poblados.

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Las que ayer andaban no contentas, sino súper contentas fueron la diputada priísta Mariana Fernández y la secretaria de Planeación y Participación Ciudadana, Margarita Sierra, porque lograron consensuar con la sociedad, en una semana, la nueva ley de participación ciudadana. Ayer presentaron el documento final con reforma constitucional en Oficialía de Partes y Sierra bailaba, literalmente, de emoción. Hasta bromeaba que ya no era la Maga Mayor, sino la Mesera Mayor, porque andaba de mesa en mesa en relación a los consensos que debe buscar para limar asperezas. Habrá que mironear-revisar para ver cómo queda el documento final y si al ponerlo en marcha funciona como dicen. ¿Ok?

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JJ/I