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AMLO y la gira del morbo

La primera visita que realizará Andrés Manuel López Obrador a Jalisco como presidente de la República está llena de morbo, como nunca había sucedido en una gira presidencial. Y vaya que existen razones para eso, pues nunca habían coincidido dos ejecutivos –uno federal y otro estatal– tan diferentes, pero al mismo tiempo muy parecidos, como tampoco habían despachado en Palacio Nacional y en Casa Jalisco dos gobernantes que primero fueron aliados y posteriormente férreos adversarios.

El morbo por la visita de López Obrador mañana es generado por diversas razones que vale enumerar:

Primero, por confirmar si ante la amarga experiencia de los gobernadores de oposición que han sido víctimas de los abucheos de los asistentes el gobernador Enrique Alfaro asistirá a los dos eventos que encabezará Andrés Manuel, aunque ya adelantó que sí lo hará; segundo, por atestiguar cómo será la actitud que el gobernador asuma ante el presidente y viceversa; tercero, por saber si Alfaro Ramírez será objeto, como los demás gobernadores en visitas previas del presidente, de abucheos y rechiflas de los morenistas asistentes; cuarto, por saber si Enrique Alfaro enfrentará a sus abucheadores y bajo qué estrategia, como ya lo hicieron varios mandatarios estatales; quinto, si el presidente López Obrador será también objeto de abucheos y rechiflas por posibles simpatizantes del alfarismo, y sexto, por conocer qué anuncios hará López Obrador sobre las obras que desde la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres recriminó Alfaro como incumplimiento del gobierno federal para este año, como la línea 4 del Tren Ligero, la ampliación de la carretera a Vallarta, la Presa El Purgatorio y el saneamiento del río Santiago.

Lo anterior, sólo por mencionar algunos motivos que generan ese morbo, pero sin duda que también se estará a la espera del discurso, y el tono del mismo, del presidente López Obrador, luego de que en Chihuahua, cuyo gobernador –Javier Corral– encabeza a nivel nacional el grupo integrado para hacer contrapeso al presidente de la República, declaró que “merecen más respeto los opositores que los abyectos”, tras subrayar que el mandatario chihuahuense estaba en su derecho de disentir.

Ya veremos que de todo lo anterior se llevará los mejores espacios en los medios de comunicación, aunque a decir verdad el presidente López Obrador deberá dejar evidencia de que su propósito de apoyar a Jalisco con la ejecución de varios obras prioritarias se reflejará en los hechos y no simplemente en un discurso que ahí mismo, ya sea en Encarnación de Díaz o en la Plaza de la República, en Guadalajara, se lo puede llevar el viento. Vamos, ante la incertidumbre sobre si la relación entre Alfaro y AMLO ya se restableció y mejoró, necesitamos pruebas contundentes que así nos lo hagan ver.

La conclusión de la Línea 3 del Tren Ligero deberá ser marcada por López Obrador como una prioridad a cumplir en este año, más que estar a la espera de que venga y prometa la realización de la línea 4, lo cual ya sucederá, si hay tiempo, cuando esté operando la que Enrique Peña Nieto dejó inconclusa y de lo que Aristóteles Sandoval se deslindó.

Por supuesto que el mayor morbo está en comprobar si habrá o no abucheómetro y cómo lo enfrentará Alfaro Ramírez, porque ya en redes sociales se convoca a un magno abucheo al gobernador por el alto índice de inseguridad en el estado, aunque también ha trascendido que se organiza un posible abucheo al propio presidente de la República.

Alfaro ya dijo que no le teme a ser abucheado y que acompañará a López Obrador en su gira, aunque no precisó si acudirá a los dos eventos, en La Chona, por la mañana, y en Guadalajara, por la tarde.

Así, pues, podemos llamarle a esta primera visita de AMLO a Jalisco la gira del morbo.

ES TODO, nos leeremos ENTRE SEMANA.

JJ/I