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Osos polares en las ciudades

El título parecería más adecuado para un cuento de ficción, pero no lo es. Es más bien otra evidencia de los efectos desestabilizadores que los proyectos de desarrollo están teniendo sobre los hábitats de muchas especies. La imagen resulta impactante. Muestra una veintena de osos polares hurgando en busca de comida en un basurero al aire libre de una población del Ártico ruso. La nota periodística informa que más de 50 osos incursionaron en la aldea de Beluchia Guba, en el archipiélago de Nueva Zembla, y que de menos 10 de ellos recorrieron las calles e ingresaron a varias fincas (www.jornada.com.mx/2019/03/06/sociedad/032n2soc#).

¿Cómo se explica que los osos polares hayan decidido emprender camino hacia el poblado abandonando su hábitat natural con los riegos que ellos implica? La explicación se encuentra en los proyectos de desarrollo (¿dónde hemos escuchado esta maldita palabra?) que el gobierno de Rusia está implementando en esta región del sistema del mundo -extracción de energéticos fósiles e intereses militares estratégicos- y que han provocado un congelamiento tardío del mar y ello ha impedido que los osos puedan cazar para alimentarse. Y, por tanto, el hambre los obligó a buscar alimento en esta población.

Desafortunadamente este tipo de imágenes e información serán cada vez más frecuentes en tanto que en todo el mundo los procesos de acumulación de capital se hacen a través de la sobreexplotación y destrucción de la naturaleza que terminan alterando el equilibrio naturaleza. Y en este caso, como se afirma, el congelamiento de los mares se retrasa haciendo imposible que se complete el ciclo alimenticio natural de esta especie que es el símbolo de Rusia.

Podríamos pensar que el archipiélago ruso nos queda geográficamente muy lejos. Pero insistir en ello es igual a desconocer que el planeta es un todo orgánico perfectamente articulado. De manera que el daño que se hace a kilómetros de distancia de nosotros en algún momento puede alcanzarnos. Nosotros en México, desde luego, no tenemos osos polares, pero igual muchas de nuestras especies no humanas están sufriendo situaciones similares. Y la razón es la misma: los proyectos de desarrollo, progreso y civilizatorios. Es decir, por el avance, por la ampliación de las industrias extractivas, así como por la construcción y ampliación de carreteras.

Llevamos ya varias décadas señalando estos procesos y proyectos de muerte. Y nada ha cambiado sustancialmente más allá de haber acuñado a partir de 1972 el discurso del desarrollo sustentable. Pero de la manera más contradictoria, a partir de entonces la destrucción ha sido mayor. Por ejemplo, ahora sabemos que en los últimos 60 años en México se ha extraído más mineral de las entrañas de la tierra que durante los tres siglos de la colonia con sus consabidos efectos ambientales, porque también sabemos que la minería es una de las industrias más contaminantes.

A pesar de todo lo que se dice, los gobiernos han promovido y aplicado al pie de la letra el principio central del canon antropocéntrico que dice que en este mundo la especie humana (en realidad no toda) es la única que interesa y, por tanto, todas las demás especies y lo que haya en el mundo puede ser utilizado y destruido, si así lo consideran necesario, para mantener su confort y enriquecimiento económico.

Ver esta imagen de los osos polares buscando comida en los basureros me recordó algunas pláticas o testimonios de cómo, después de los incendios en el Bosque La Primavera, es común que en las poblaciones aledañas al bosque, e incluso en los pueblos de la Barranca del Río Santiago, se vean especies huyendo del fuego y en busca de refugio y alimento que no siempre encuentran.

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da/i