INICIO > ARTE
A-  | A  | A+

Gonzalo Suárez: querer tanto a Julio

(Foto: Cortesía UdeG/ Abraham Aréchiga)

El escritor y cineasta español Gonzalo Suárez fue ayer uno de los invitados más importantes de las actividades del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Impartió para sus lectores una conferencia magistral en el Paraninfo Enrique Díaz de León como parte de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar. Y sobre el autor de Rayuela, su amigo, comenzó la conversación.

Las películas de Hitchcock, sobre las que Cortázar dijo que el silencio dilata al tiempo, refiriéndose al suspenso, y su vaticinio de que algún día lograrían que la sangre nos salpique las butacas, fueron parte de esa memoria oral que Suárez compartió con los presentes que se rieron y suspiraron con las anécdotas de estos dos amigos a través de un texto.

Además relató fragmentos de un cuento que Cortázar le dedicó a él y a su esposa, Queremos tanto a Glenda, que le dio la pauta para el texto que leyó en la Cátedra: Queremos tanto a Julio.

De él, dijo, aprendió que la ficción siempre camina en sentido inverso a la realidad y que a veces la alcanza. “Puede que la realidad sea una cuesta arriba que bajamos o una cuesta abajo que subimos y viceversa… aunque  con la edad las cuestas abajo se vuelven cuestas arriba sin poder evitar las caídas cuesta abajo”.

Esta intervención la cerró con una metáfora a la que recurrió constantemente durante los más de 40 minutos, la de pintar ventanas falsas en los edificios del centro de las grandes ciudades, edificios en los que no vive nadie.

“La última vez que nos vimos fue en la Plaza de la Encarnación cerca de casa, estábamos frente a otras ventanas pintadas en otras fachadas… en mi película Epílogo les hice un homenaje, senté a los actores ante las mismas ventanas pintadas y les hice preguntarse quién viviría adentro”.

Para cerrar utilizó la historia de una anécdota que, dijo, puede ser que nunca haya sucedido, en la que recogió a un vagabundo en la carretera, uno que olía muy mal. “Pero Dios premió mi acto de caridad y convirtió al vagabundo en una bella princesa. Ella y yo pasamos la noche en un motel. Al amanecer, me desperté en brazos del maloliente vagabundo. Y comprendí que Dios nos premia con los sueños y nos castiga con la realidad”.

Iván Trujillo Bolio fue el moderador de la charla y describió a Suárez como un cineasta que escribe y un escritor que juega con las imágenes. A Suárez le horroriza preguntarse si se pueden compaginar las dos cosas. Pero dijo que la literatura le ha acompañado desde el pasillo de su casa en tiempos de posguerra cuando su padre le daba clase y él entraba en su biblioteca indiscriminadamente y con avidez a leer libros prematuramente que luego le llevarían al cine. “Es maravilloso leer cuando no entiendes nada porque vas ejercitando la imaginación cuando no sabes de lo que va”, dijo.

Para saber

Además de esta charla Suárez presentó anoche su nuevo filme, un experimento cinematográfico llamado El sueño de la Malinche Malinche, resultado de una pasión por la historia de México y que solamente se ha mostrado en El Museo del Prado en España hace dos semanas

___________________

FRASE

“Comprendí que Dios nos premia con los sueños y nos castiga con la realidad”
Gonzalo Suárez, escritor y director de cine

LA CONQUISTA COMO UN CUENTO CRUEL

“Pero nunca había pensado en llegar a hacer cine, no me lo había planteado, había sido un espectador de cine normal pero no tenía idea”.

El experimento surgió cuando llevó uno de sus textos a la pantalla. “He de confesar que había algo sexual en ella, la sensación de que lo que es una ficción escrita podía materializarse en la pantalla, era como liberarse, proyectarse fuera de sí me impresionó cuando hice el primer corto”.

Además de esta charla Suárez presentó anoche su nuevo filme, un experimento cinematográfico llamado El sueño de la Malinche Malinche, resultado de una pasión por la historia de México y que solamente se ha mostrado en El Museo del Prado en España hace dos semanas.

“Es un ensayo que empezó grabando voces de actores y después animándome a hacer la banda sonora sin saber a dónde pararía aquello”, dijo. “No pretende ser un relato de lo que ya sabemos de a lo que ya tenemos acceso y conocemos, el caso de la Conquista española, sino de las otras conquistas no se han contado… me interesaba la figura de Malinche y la función de la palabra en una conquista y lo que hice es una fábula a partir del conocimiento de lo que fue y cómo fue a través de cómo lo contaron. Pienso que en muchos sentidos es un cuento cruel para niños o para los niños que todavía somos”.

JJ/I