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Cien días, inseguridad y anuncios

Someter a un gobernante a una evaluación a los cien días de que comenzó su gestión puede sonar arbitrario. Sin embargo, hace tiempo se ha vuelto una costumbre que sea el primer plazo para medir. A los últimos gobernadores se les ha revisado justo en ese periodo y el actual mandatario Enrique Alfaro no es la excepción.

El Diario NTR Guadalajara hizo una consulta con diferentes actores sociales, políticos, académicos y económicos sobre cómo han visto el arranque del gobierno encabezado por Enrique Alfaro. Los datos que arrojan las respuestas son relevantes, con una visión más o menos parecida.

Es muy difícil negar que la seguridad sigue siendo el tema pendiente más importante para este gobierno y, claro, la herencia más compleja que le dejaron sus antecesores.

Podemos aceptar que la mayor parte del problema sobre la inseguridad en Jalisco no es atribuible al gobierno de Enrique Alfaro. Lo que sí es su responsabilidad es que hasta el momento no hemos notado una estrategia que marque una diferencia con respecto a lo que se hizo antes y no funcionó.

Hasta ahora, quizá lo único que hay diferente es la llegada de militares y elementos de la Policía Federal a patrullar las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Pero eso es un trabajo del gobierno federal y, además, todavía no sabemos si fue una buena idea.

Otro tema que sale en las coincidencias de cuestionamientos a la actual administración es la desaparición del Instituto Jalisciense de las Mujeres. Todos están de acuerdo en que lo malo fue el procedimiento y solamente algunos sobre la desaparición en sí. Lo cierto es que ha sido hasta el momento el tema que más desgastó al gobernador, quien, obligado a rectificar, lejos de aceptar los errores que se cometieron sigue apostando a la confrontación.

Enfrentarse a quienes piensan diferente a él o a quienes tienen visiones distintas sobre lo que debe hacerse ha sido también una característica del gobierno de Enrique Alfaro. Es claro que al gobernador no le gusta que difieran de lo que piensa. Incluso, al poner sobre la mesa su proyecto de la llamada refundación, que dijo incluye un pacto social, ha sido enfático en que quienes no estén de acuerdo con él es porque quieren que las cosas no cambien.

Otro factor que ha afectado al gobierno de Enrique Alfaro y que antes había sido su fortaleza, es la pérdida de liderazgo hacia su equipo. De frente a él todos sus colaboradores dicen sí y le aplauden, pero apenas se voltea y muchos de ellos ven por sus intereses personales o de grupo, o bien, piensan como ha sucedido con otros partidos políticos y otros gobiernos, en las disputas internas de cara a la próxima elección. Es decir, para muchos de los integrantes de su equipo el proyecto de refundación de Enrique Alfaro no es la prioridad.

En la lista de aspectos positivos del gobierno de Enrique Alfaro lo que encontramos son principalmente anuncios. De hecho la refundación se basa en la creación de una nueva constitución, que ya admitió el gobernador podría llevar varios años.

En el tema del transporte público, otro de los grandes pendientes, se retoma el reordenamiento de rutas, la conclusión de la Línea 3, el prepago, el peribús y la promesa de revisión permanente al funcionamiento. Muy parecido a lo que escuchamos en los últimos tres arranques de sexenio.

También ha habido compromisos para el campo, para sectores vulnerables, en educación, en salud. Los pendientes heredados son demasiados y, como lo afirma el gobernador, en casi todos recibió desorden. Cien días son nada para evaluarlo, pero el tiempo corre y la exigencia de resultados, tendrá que acostumbrarse Enrique Alfaro, será permanente.

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JJ/I