“¡Fuera Cardozo!”

Al terminar el primer tiempo se dejó escuchar un grito desesperado. “¡Fuera Cardozo!”.

Era una súplica, exigencia de una afición que desde el torneo pasado no confiaba tanto en José Saturnino, un histórico goleador del futbol mexicano con Toluca, pero que como técnico no ha tenido los números ideales.

Anoche, Cardozo tenía todo en contra. La actitud que había mostrado Chivas en la eliminación que sufrió en Copa MX ante el mismo América en la cancha del Estadio Azteca lo reprobó ante la gente.

Y así entró a la cancha del Akron. Cuando el sonido local mencionó su nombre al final del once titular, se dejó escuchar un estruendoso abucheo proferido por una afición que lo señala como uno de los autores de un equipo temeroso.

La imagen del paraguayo al caer el primer gol de Nicolás Castillo era el reflejo de su sentir. Mascaba aceleradamente un chicle, la boca se le torcía, se pasaba las manos por los cabellos, se volteaba a su banca para mirar a sus asistentes Fernando Huerta y al ex capitán Alberto Coyote en busca de respuestas que ellos tampoco tenían para levantar a un equipo que de nuevo de desangraba en confianza.

Cardozo reclamaba todo al cuerpo arbitral como buscando justificar en ellos el bajo rendimiento de su equipo.

En el segundo tiempo, Cardozo se cruzaba de brazos, iba de un lado a otro en su línea, se metía las manos en los bolsillos, y en las gradas la afición le exigía a sus jugadores poner su fuerza testicular.

Al final, de nuevo se escuchó el clamor: “¡Fuera Cardozo!”, una y otra vez, un grito que creció como el hongo de una bomba atómica.

da/i