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La crisis, una oportunidad

AHORRO. Si se dejara de regar, entre otras actividades, se podrían recuperar entre 3 mil y 4 mil litros por segundo. (Foto: Grisel Pajarito)

En el enorme volumen de agua pendiente, se ocultan problemas de gestión integral del líquido que jamás han sido resueltos y podrían bajar considerablemente la demanda.

Por ejemplo, 4 de cada 10 litros de agua de primera calidad en los domicilios, es decir, potabilizada para el contacto y consumo directo de las personas, se deriva a usos que con aguas grises o tratadas podría satisfacerse: si se dejara de usar agua potable en excusados, irrigación de áreas verdes, lavado de autos, enfriamiento en procesos industriales, se podrían recuperar entre 3 mil y 4 mil litros por segundo, de acuerdo al informe preliminar del Programa de Medidas Preventivas y de Mitigación de la Sequía, que ordenó elaborar el consejo de cuenca del río Santiago. Ese volumen a recuperar es superior al déficit reportado.

En Guadalajara, apunta el texto, “el déficit de agua que padecen las ciudades durante una sequía no debe ser enfrentado sólo con aumento en la extracción de agua subterránea o superficial, sobre todo cuando ya los acuíferos están sobreexplotados; sino que por el contrario, se deben adoptar primeramente estrategias de control y reducción de la demanda. Entre las principales medidas están la reducción de pérdidas y el incremento de la eficiencia en el manejo del agua”.

Entre estas medidas de gestión, se busca usar el agua de primera calidad exclusivamente para el contacto directo con las personas o con procesos de insumos de consumo humano, y no para otro tipo de procesos. Incrementar el reciclaje, tratar aguas y generar un mercado local de agua reusada. De 8 mil 500 litros por segundo de aguas negras y grises de la ciudad, menos de 500 litros se reutilizan. Además, de 315 millones de metros cúbicos (m³) que se extrajeron en 2018 de las fuentes de abastecimiento, sólo una cantidad poco mayor a los 220 millones de m³ llegaron a los usuarios.

Esto significa que antes de buscar agua de otras fuentes, se requiere una alta inversión de adaptación de infraestructura, tanto principal como domiciliaria, pero dado el beneficio, se paga en el corto plazo.

“Los impactos de la sequía son no estructurales -advierte un documento del Programa Nacional Contra la Sequía (Pronacose)- y se extienden sobre un área geográfica más grande que los daños y perjuicios que son resultado de otros desastres naturales. La sequía rara vez produce daño estructural. Por estos motivos, la cuantificación de impactos y la provisión de apoyos son tareas mucho más difíciles para la sequía que para otros desastres naturales (…) el término gestión en la sequía implica que la intervención humana puede reducir la vulnerabilidad e impactos”.

“Para tener éxito en este esfuerzo, muchas disciplinas deben trabajar juntas en el estudio y seguimiento de las complejas cuestiones asociadas con el descubrimiento, respuesta y preparación para afrontar los inevitables eventos futuros. La gestión de desastres, de la cual la gestión de la sequía es un subconjunto, requiere que los científicos y tomadores de decisiones se enfoquen tanto en la porción de la protección, así como en la de recuperación/rehabilitación del ciclo del agua”.

Esta es la tarea central de la gestión del agua en Guadalajara.

“El déficit de agua que padecen las ciudades durante una sequía no debe ser enfrentado sólo con aumento en la extracción de agua subterránea o superficial”
Extracto del Programa de Medidas Preventivas y de Mitigación de la Sequía

da/i