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‘Burnout’ en el deporte

La pregunta es constante con deportistas estrellas. Si tuvieran hijos les permitiría competir en el alto rendimiento, aún recuerdo los ojos abiertos de muchos, la duda en el aire y las respuestas que van desde que haga lo que él quiera, hasta los rotundos no, nunca, por supuesto que no.

Años después he encontrado a muchos de estos deportistas con la admiración de que sus hijos ya están involucrados en los procesos de alto rendimiento. ¿Qué pasó? Sencillamente sus genes y el ambiente en el que se desarrollan los padres pudieron más que aquellos rotundos no, pero sobre todo encontraron la manera de que el deporte sea sano, sin presiones y con la dosis exacta de disciplina y diversión.

En una semana de arranque de series nacionales y una de las competencias más polémicas e importantes del país, la Olimpiada Nacional, valdría recordar que en un mundo de niños talentos del deporte, la recreación es parte esencial del alto rendimiento para no desvirtuar el objetivo.

Para algunos especialistas, las escuelas de iniciación deben recordar la base de recreación, de lo contrario se transforman a cortas edades en un círculo de exigencias y decepciones como sucedió en el caso de los recientes cortes de entrenadores en el sistema estatal en los que muchos deportistas que comenzaron casi bebés, terminaron echando a la basura los años de iniciación deportiva por los cambios internos.

De acuerdo con especialistas del deporte hay un síndrome llamado burnout que habla sobre el proceso paulatino por el cual las personas pierden interés hasta llegar a profundas depresiones cuando son sometidos a largas horas de presión a edades muy cortas.

La práctica deportiva debe estar ligada al disfrute. Los padres que actúan presionando no son conscientes del impacto que producen en la salud de sus hijos bajo un efecto burnout. El síntoma representa afectaciones físicas como insomnio, taquicardia, dolor de espalda, trastornos y malestares gástricos y dolores de cabeza continuos, además de una depresión, reacciones explosivas de ira, intenso mal humor y agitación constante.

Para los especialistas, la solución es fácil: la felicidad del niño está por encima de todo y el motivo por el que hace deporte es porque le gusta, eso es la clave para mantener el entusiasmo, pero sobre todo a menores sanos.

@PatyPenia

JJ/I