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Desigualdad, una creación del Estado

Consecuencia. La pobreza en la que vive el país es el resultado de las políticas públicas, considera el académico Gerardo Esquivel. (Foto: Cuartoscuro)

La desigualdad en México es consecuencia de, entre otras razones, un Estado mexicano que protege el interés de unos pocos acaudalados, temas históricos de exclusión y poder que permean a la fecha, políticas neoliberales perjudiciales a los pobres, y sistemas, como el capitalismo y el catolicismo, que solapan las desigualdades.

A éstas y otras conclusiones llegaron los participantes del panel México: el abismo de la desigualdad, celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

"La desigualdad en la que hoy vivimos en México, no es una desigualdad natural, es una desigualdad que se ha ido acentuando con políticas públicas que tienden a beneficiar a unos cuantos", criticó Gerardo Esquivel, director del Centro de Estudios Económicos del Colegio de México.

El investigador citó la encuesta de Oxfam, donde se registra una desigualdad extrema en México. Diez por ciento de la población con más dinero ostenta 60 por ciento del ingreso total del país y dos terceras partes de su riqueza. Uno por ciento más rico de México ostenta alrededor de 20 por ciento de la producción nacional. Cerca de 145 mil personas, entre más de 120 millones de mexicanos, son propietarias de 43 por ciento de la riqueza nacional. Los 4 millonarios más poderosos de México (Carlos Slim, Alberto Bailleres, Germán Larrea y Ricardo Salinas Pliego) acaparan 9 por ciento del PIB del país.

Esquivel aseguró que el gobierno mexicano ha contribuido con regímenes fiscales beneficiosos y pocos impuestos a los más ricos. La extracción de oro de las minas fue superior en los últimos 10 años que en toda la Colonia, y benefició a tres de los cuatro magnates más ricos de México porque el gobierno no cobró impuestos por las concesiones de extracción de minerales. Los gravámenes por dividendos y renta a los millonarios son bajos, y el impuesto al consumo sólo afecta a las clases populares, lo que desnuda al régimen fiscal nacional, denunció Esquivel.

Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), hizo hincapié en que la exclusión y el poder son temas históricos que han logrado el actual desequilibrio del ingreso y afectaciones a grupos vulnerables. Criticó las políticas sociales que sólo generan beneficiarios a los que se les dan cosas y pidió acceso universal a los derechos para los más pobres.

Según datos del Coneval, hay desequilibrios en pobreza entre la población común y grupos marginados como los indígenas y discapacitados. Los hombres y mujeres no indígenas entre 21 y 55 años tienen índices de pobreza de 38 y 46 por ciento, respectivamente. En este rubro, las personas con discapacidad tienen 54 por ciento de pobreza. En pobreza extrema, los indígenas tienen porcentajes de 32 por ciento, frente a 6.3 por ciento de población masculina no indígena y 9.6 por ciento de población femenina.

Para Rolando Cordera, profesor emérito de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la desigualdad en México "es una explosión de relaciones de poder, cruzadas con racismo y discriminación, y por una estructura económica mal formada y mal conducida, por lo menos en los últimos 30 años".

Pobreza y violencia, instrumentos de control

La violencia es un método para controlar a la gente y mantenerla ocupada, denunció el obispo Raúl Vera López, de la Diócesis de Saltillo, quién aseguró que el gobierno no busca a las personas desaparecidas como parte de esa estrategia de control.

"El gobierno no mueve un dedo (por las víctimas) porque es parte del control de la población, la gente tiene que vivir espantada, ocupada buscando a su gente".

Como participante en la mesa México: el abismo de la desigualdad, Vera López culpó a cuatro agentes por provocar lo que llama "un empobrecimiento deliberado y previsto".

Las culpables para el sacerdote son las empresas transnacionales, que aprovechan la subasta del país realizada por la administración de Enrique Peña Nieto; los estados de origen de estas empresas, con operadores transnacionales que promueven acuerdos como el Transpacífico; las organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; y finalmente, el Estado mexicano que, según Vera, desvía su poder en beneficio del capital internacional y las organizaciones criminales.

Para el presbítero Alejandro Solalinde, del albergue Hermanos en el Camino, tanto el capitalismo como la Iglesia católica son las dos estructuras excluyentes que generan la desigualdad, y son inoculados a las personas desde su nacimiento para que esas estructuras parezcan normales. El actual modelo del catolicismo, denunció, promueve también desigualdad de género, machismo, y patrones culturales y mentales que avalan el modelo actual e inequitativo de vida.

El sacerdote pidió a la Iglesia reformas para incluir a la mujer en la estructura eclesiástica, y adoptar al Cristo de los evangelios como modelo de vida.

"El gobierno no mueve un dedo (por las víctimas) porque es parte del control de la población, la gente tiene que vivir espantada, ocupada buscando a su gente"
Raúl Vera, obispo de Saltillo

1 por ciento de la gente más rica de México ostenta 20 por ciento de la producción nacional

EH/I