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Para comprender la discapacidad

(Foto: Humberto Muñiz)

Apoyar a los estudiantes con discapacidad es una prueba difícil para las universidades.

Armando Yael Corral Padilla estudia cuarto semestre de la Licenciatura en Tecnologías de la Información en el Sistema Virtual de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Él tiene lesión cerebral leve, lo cual afecta su psicomotricidad, marcha y sistema nervioso. A veces es complicado leer, entonces para Yael sería mejor trabajar con material audiovisual.

“A pesar de que la UdeG virtual es muy abierta, me parece que uno de los grandes retos a trabajar es habilitar diversos materiales audiovisuales, sobre todo para poder hacer más rápido el aprendizaje”, comentó el alumno.

Por ejemplo, le piden un documento en PDF de 10 páginas, pero si el material estuviera en un lenguaje audiovisual, Yael podría acelerar el proceso.

Pronto vendrá otro reto: hacer el servicio social, él quiere realizarlo en el Teletón.

Laura Guadalupe Guzmán Torres tiene 16 años. Ella estudia en la prepa 3 de la UdeG.

Ha tenido muchos problemas con los maestros y a veces con algunos compañeros aunque ella les explica su discapacidad; en realidad tienen un concepto muy distinto sobre una persona ciega.

“No saben cómo calificarte, no saben cómo enseñarte varias cosas o que creen que ser ciega implica que no tengas conocimiento o que no puedas comprender las cosas”, ejemplificó.

En clase, sus compañeros no saben cómo darse a entender sobre alguna exposición o no saben cómo dirigirse a ella. Al principio usaba su bastón, pero ya no lo hace porque tiene muchos amigos y se siente muy integrada.

“No soy una persona conformista; me gusta siempre preguntar mis dudas”, abundó.

Su papá tampoco ve, al igual que un par de primos y tres de sus tíos.

Manuel Padilla Núñez es técnico en música y licenciado en pedagogía musical. Actualmente da clases en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Jalisco (CECYTEJ) en Ixtlahuacán. Está a cargo del taller de música.

Tiene 15 por ciento de visión en un solo ojo, ve colores, formas y contrastes de luz. Acceder a la Universidad fue un proceso difícil. A pesar de que pidió previamente las partituras ampliadas para hacer su examen le aplicaron mal la prueba y lo reprobaron en la Universidad de Guadalajara.

Se quejó en Rectoría y en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero aunque la Universidad reconoció su error, tuvo que esperar un año para hacer el trámite otra vez.

Ahora tiene 10 alumnos. Él nota que sus compañeros docentes tienen un desconocimiento sobre la discapacidad, incluso el director.

“(Estoy) bien incluido ahí socialmente, pero ya en el ámbito laboral como que no me cargan mucha responsabilidad o tratan de proteger, quizá”, lamentó el docente.

 

HJ/I