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Esperan oración memorable

(Foto: AP)

Los migrantes son parte fundamental en la visita del papa Francisco a México y prueba de ello es que inicia en Chiapas y cierra en Ciudad Juárez.

Dylan Corbett, director del Instituto Fronterizo Esperanza y voluntario en la misa que el papa oficiará en Ciudad Juárez, consideró que el sumo pontífice está destacando la dignidad del migrante.

“Su visita a Chiapas es una señal de la cercanía con la comunidad migrante, está empezando en una frontera, para solidarizarse con la comunidad migrante en el sur de México (…) y termina como empezó, otra vez en la frontera, pero con Estados Unidos”, destacó.

Por ello, en su último día en México se está preparando algo especial, un momento que Corbett calificó como único, donde se unirá la comunidad migrante de México y de Estados Unidos.

“El santo padre, antes de irse de México, va a celebrar una misa en Ciudad Juárez y va a ser justo del otro lado de la frontera, pero antes de celebrar esa misa, lo que va a hacer es que se va a acercar a la frontera, se va a acercar al río, se va a poner de rodillas y va a hacer una oración para conmemorar a todos esos migrantes que murieron en su viaje para un futuro mejor para sus familias”, detalló.

En ese momento, pero del otro lado, en El Paso, habrá una comunidad de migrantes orando simultáneamente con el papa.

“Vamos a estar como 300 ó 400 personas, el señor obispo de El Paso quería que los migrantes y obreros, víctimas de violencia, estuvieran ahí para recibir al santo padre cuando se acercan al río, van a estar ahí justo en ese momento para demostrar que somos una comunidad”.

“Ellos van a ser los VIP de Francisco, las personas VIP de Francisco, las que van recibirlo, migrantes que viven en nuestra comunidad, refugiados, personas que han pedido asilo, familias migrantes, niños migrantes, ellos van a ser los que van a recibir al santo padre de este lado del río, cuando se acerque el santo padre al río”.

Para eso hay una estrecha comunicación con la diócesis en México y la de El Paso, para hacer de ese momento algo memorable y que siembre en la comunidad migrante el granito de fe y esperanza que necesita para seguir luchando.

Corbett reiteró que esa visita es importante para la comunidad migrante, no sólo la que vive en la frontera, sino para las familias que se quedan en los pueblos, algunas llorando por el que murió al intentar cruzar y otras recibiendo dinero como parte del trabajo que hacen en Estados Unidos, pero ambas derramando lágrimas por la ausencia.

“El santo padre ha hablado tanto de que tenemos que esforzarnos para acoger a los migrantes, para apoyarlos, para recibirlos, para ayudarlos e incorporarlos en nuestras comunidades y también ha pedido a las naciones, a los gobiernos internacionales, a los líderes de todo el mundo hacer un cambio estructural, porque la estructura actual no es capaz de resolver las necesidades de los migrantes”.

Recordó que en sus primeros viajes que hizo el papa Francisco luego de su elección como máximo jerarca de la Iglesia católica fue a La Perugia, una isla donde han muerto miles de migrantes en busca de un futuro mejor en Europa.

“Su primer viaje como papa fue ahí, un lugar de muerte, de migración fue donde denunció lo que llamó la globalización de la indiferencia hacia el migrante, él se ha definido como migrante cuando fue a Estados Unidos porque quiere un cambio de verdad, este es un papa de los migrantes”.

Pero eso no es todo, destacó, sino que también viene a apoyar a las familias que han sido víctimas de la violencia y la corrupción que ha dejado el narcotráfico en México, por ello su visita a Michoacán, un estado altamente golpeado por esta situación y un exportador de migrantes.

Corbett destacó que para prepararse para la visita del sumo pontífice organizaron congresos donde se trataron estos problemas sociales y en los que participaron familias migrantes, obreros y personas víctimas de la violencia que se vive en México y en el mundo.