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El teatro como deporte

(Foto: Mónika Neufeld)

Aunque se quedó con ganas de ser futbolista, Teófilo Guerrero no llegó a la dramaturgia por coincidencia, sino bien consciente de que tampoco quería estar sobre el escenario en un papel principal.

Antes del teatro tuvo sus dudas y combinó las artes plásticas con el cine y teatro, técnicas que también aprendió y en las cuales ha incursionado en algún momento de su trayectoria profesional. 

Su primer acercamiento con el arte dramático fue con dos montajes que vio de la compañía de la Universidad de Guadalajara, después adaptó un cuento para el taller que cursaba como preparatoriano y desde entonces supo que le gustaba escribir historias.

El autor de Estación Juárez, Dramatis sanguis, entre otras, se siente cómodo en la comedia del arte como actor, ya que es un género en el que se improvisa y hay libertad. Como funcionario sería un desastre, confesó, pero desconfía de aquellos que no han pisado un escenario antes.

En la segunda mitad del año Teófilo Guerrero estrenará una nueva obra llamada La esperanza es una llaga negra, con dos actrices en escena.

NTR. ¿Te arrepientes de no haber sido deportista?

Teófilo Guerrero (TG). Sí, todo el tiempo veo fútbol, soy fanático de las Chivas y me gustaría estar ahí en el campo. De hecho es una de mis frustraciones no haber pisado nunca el pasto del estadio, aunque sea de visita, es una de mis grandes frustraciones no haber sido futbolista, pero el tiempo que estuve en la escuela de fútbol fue terrible, no pasaba del piso, por la estatura y por el peso, y todo el mundo me pegaba.

NTR. ¿Se han perdido algunos géneros teatrales, han evolucionado o por qué los clásicos se retoman poco?

TG. Sí tengo que decir que aquí en Jalisco somos muy reacios a los clásicos, también en México, se han dejado un poco de lado, pero en Europa hoy en día los redescubren un poco y ha sido una maravillo. A mí me tocó ver una Fuenteovejuna en teatro en Zacatecas, que era a través del teatro físico. Creo que confundimos un poco la modernidad con las formas o choca con las formas clásicas y no, ese ha sido un gran error, porque las formas clásicas finalmente han gestado, tienen los elementos que tiene el teatro actual, nada más es cuestión de redescubrirlos y darle los giros adecuados, y claro vamos a tener muy buenos montajes, Inglaterra no deja de montar a Shakespeare, Francia no deja de montar a Moliere y México ha dejado de montar a Juan Ruiz de Alarcón, o a Calderón y Sor Juana, tenemos que retomar eso.

NTR. ¿Crees que eso tiene que ver con las nuevas formas de educar a los actores o artistas?

TG. En buena parte sí. Creo que nos han dado historiografía teatral, pero no nos han dado una historia del teatro en la que nosotros podamos observarlo desde cómo se desarrollan sus elementos, no una historiografía, sino una consideración histórica de aparición de esos elementos, el estudio de contexto, el por qué el teatro clásico tenía esta forma y no otra, creo que estoy más en la idea de un filósofo francés que es Michel Foucault que en historia, y  más en historia del teatro, tendríamos que buscar dónde están las rupturas, dónde están las discontinuidades, dónde está el punto en que el teatro dejó de ser una cosa para ser otra, y si lo leyéramos desde ahí sería maravilloso, porque entonces podríamos recuperar muchísimas cosas. De hecho la dramatización no es más que voltear hacia el pasado proyectándonos hacia el futuro y más en este momento. Este año se cumplen 400 años de la muerte de Shakespeare e Inglaterra está volcada en Shakespeare, y han hecho revisiones y revisiones, es su gran autor nacional y es una lástima que en México no ocurra con Juan Ruíz de Alarcón, por ejemplo, que no se revaloren sus piezas que son una maravilla, era el gran rival de Lope de Vega en España, creo que tenemos que volver a él.

NTR. Con los años que tienes y tu trayectoria como dramaturgo, ¿cómo está Guadalajara realmente en el teatro?

TG. No está tan mal, porque he estado como en los dos escenarios, en lugares donde el público es muy poco, mínimo y en lugares como Montreal, que es una ciudad pequeña, tiene arriba de 10 teatros y todos están llenos, pero creo que es más bien una cuestión de poder analizar lo que sucede y con base en el diagnóstico trabajar. Eso me gusta mucho de esta generación, yo que hablo del pasado, que me tocó vivir más bien todos los 90 en el teatro, sí veo que esta generación tiene mucha inquietud en investigar, en analizar qué sucede con los públicos, con muchísimas cosas del fenómeno del teatro, desde arriba como lo que se hace afuera de los teatros, sí me parece una generación muy inquieta y sí creo que eso puede ser la punta de lanza para brincar a otro nivel, cada vez que se hacen encuentros, congresos aquí mismo, les insisto mucho en el ejemplo de Montreal, del consejo del teatro quebequense, porque es un espacio de discusión, reflexión, empuje, difusión, a la vez y que requiere mucho esfuerzo. Las anteriores generaciones a esta tenían como ciertos prejuicios, estaban demasiadas prejuiciadas y eso nos atoró muchísimo tiempo. 

NTR. Y en cuanto a temáticas que se abordan en el escenario…

TG. Creo que tenemos ahí un problema, lo platicamos mucho Jorge Fábregas y yo, que no leemos nuestro contexto, estamos peleados con leer nuestro contexto. Guadalajara en cuestión artística y más en teatro es demasiado pendiente de las tendencias, de repente llega el boom del postdrama, de la escena expandida y vivimos una especie de colonialismo cultural, temático y no salimos a leer la realidad, creo que eso tiene que ver con el público, a lo mejor con que no se reconocen, tan sencillo como eso, no les hablamos de lo que está sucediendo en Talpita, en Tlaquepaque o en Tonalá. 

NTR. ¿Y por qué no se hace, a los dramaturgos no les interesa?

TG. Creo que es falta de confianza, también lo hablo mucho con Fábregas, de cómo no hay confianza en los dramaturgos, hay una especie de desfase entre la dramaturgia y la dirección, pero también creo que tanto él como Felipe Curiel y el mismo Juan Jo Rubio, ya empezamos a sacar los temas de Guadalajara a la escena, hemos visto que funciona, nada menos que Viaje de tres (de Fábregas), pero de repente tenemos esta especie de desconfianza que no permite que Guadalajara o que el teatro de aquí cuente las historias de la ciudad o de Jalisco.

NTR. Cada vez hay más espacios en la ciudad y vienen otros tantos, ¿crees que ahora hay más oportunidad para la comunidad teatral para que se pueda subir al escenario?

TG. Hay dos dimensiones, sí es más fácil porque hay más herramientas, muchos más recursos pero también es difícil producir porque ya los modelos de producción son más profesionales, antes existía el director que además era productor, escenógrafo, maquillista, taquillero, ahora hay especialización, ya no se puede uno arriesgar un montaje con este modelo y quien lo esté haciendo tiene que revisar su modelo de producción porque no va a funcionar, ya la dinámica social, cultural, artística del teatro en Guadalajara exige otra cosa y no tarda en permear a los municipios, los municipios ya empiezan a hacer cosas interesantes y creo que en ese sentido puede ser más fácil si uno sabe utilizar las herramientas.

Preguntas rápidas

Origen: Guadalajara, Jalisco

Ciudad favorita: Montreal, Canadá

Comida: italiana y argentina

Hobbie: leer poesía y ensayo

Dramaturgo: Samuel Beckett

Música: tango

 

HJ/I