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Guadalajara, a través de sus cantinas

PLAN. El ayuntamiento tapatío afirma que estas giras son una manera de impulsar el Centro de la ciudad, y las cantinas son espacios importantes en esa reactivación. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Desde la semana pasada, las cantinas y restaurantes tradicionales de Guadalajara se promueven como parte del atractivo turísticos de la ciudad, a través de recorridos –a pie y en autobús–todos los jueves de abril y mayo.

Martín Almádez, director de Turismo del Ayuntamiento de Guadalajara, aseguró que estas giras son una manera de impulsar el Centro de la ciudad, y las cantinas son espacios importantes en esa reactivación.

“Dentro de la tradición tapatía, las cantinas se han ganado su presencia; es un elemento icónico que permite una recreación más al tapatío”, afirmó.

“El objetivo es buscar estrategias para reactivar el Centro Histórico, porque sigue siendo nuestra plaza comercial más importante, y como se ha visto dañada por tanta obra, buscamos que sea a través de estrategias peatonales la reactivación del Centro. Apoyamos a empresarios, para que no pierdan su negocio y, al mismo tiempo, le damos vida al Centro”, complementó Almádez.

Aunque cada jueves cambiará el recorrido –que inicia a las 17 horas en Plaza Guadalajara–, el primero pasó por algunos de los recintos más tradicionales para los bebedores tapatíos. Éstas son sus historias:

Cantina La Fuente

Sitio tradicional para políticos, funcionarios, periodistas y otros personajes que pululan en el Centro, esta cantina se fundó en 1921 por Florencio López Mariscal en un local por avenida Hidalgo. Se reubicó en 1950, luego de la ampliación del Centro Histórico ordenada por el entonces gobernador Jesús González Gallo, a su sede actual de Pino Suárez 78.

El lugar ha sido visitado por actores famosos como Ignacio López Tarso y Silvia Pinal. Abre de las 12 a las 24 horas, todos los días excepto los domingos.

“Es una de las únicas cantinas que quedan en Guadalajara. Tenemos los mejores precios, un ambiente sano, buena música; de repente te encuentras con cantantes de ópera muy buenos, el coro del estado, los músicos de la Orquesta Filarmónica que vienen a echarse su copita después del ensayo”, contó Jesús Cornique, uno de los dueños actuales de la cantina

La leyenda más conocida de este sitio es la de una bicicleta que adorna el recinto desde hace 60 años. Un cliente llegó a La Fuente y, luego de varios tragos, decidió retirarse… sin su bicicleta. Nunca regresó a reclamarla y ahora este vehículo se exhibe como recuerdo.

Cantina Los Molachos

Más de 60 años de historia respaldan a este sitio, ubicado en la esquina de Juan Manuel y avenida Alcalde. Es un espacio pequeño, pero confortable, donde los clientes pueden pedir su cerveza acompañada de alguna botana y, además, acceder a otros antojitos, mientras ven algún evento deportivo o escuchan las notas de piano de don Silvio, quien ameniza el lugar por las tardes.

“Mi padre fundó este lugar”, recuerda su hijo, José Luis Rodríguez, quien lleva adelante el negocio desde hace 27 años.  El local lleva el nombre de Los Molachos en homenaje al padre, quien detestaba usar placas dentales y prefería que lo vieran sin dientes.

“En el año 1948, mi papá trabajaba en una empresa que se llamaba Embotelladora Victoria (ahora Pepsi Cola), él repartía el refresco en la zona centro, y rentó un lugar en lo que se llamó el Rincón del Diablo, en donde está la fuente de los meones, atrás de Turismo del estado, en lo que ahora es Plaza Tapatía. Estuvo allí siete años”, narró Rodríguez

Aunque Rodríguez nota un declive en la asistencia, tiene la confianza en que giras como las organizadas por el ayuntamiento reactiven los negocios del corazón tapatío.

“Van a encontrar un lugar muy tranquilo, ameno, aunque es una cantina hay un ambiente familiar. Con música bohemia, teles que emiten eventos deportivos (…), botana y alimentos baratos”, invitó.

Restaurante La Rinconada

Antigua casa de abolengo en el Porfiriato y anterior sede de la Secretaría de Educación Jalisco,  ahora opera y trabaja el restaurante-bar La Rinconada, cuyo propietario, Jesús Guerrero, mantiene con vida desde hace 30 años. Se ofrecen principalmente platillos mexicanos, como enchiladas y pozole.

“Tenemos 30 años como restaurante y, lamentablemente, mucha gente no nos conoce como tal”, señaló Guerrero.

“Nuestra gente es, sobre todo, internacional, que viene de países como Estados Unidos, Francia o Italia. Tenemos variedad de comidas, pero nos enfocamos últimamente en ofrecer comida mexicana, metiendo pozoles y enchiladas”, dijo.

Este sitio se ubica en el Rincón del Diablo, por el andador Morelos en dirección a Plaza Tapatía.

Guerrero recuerda que mucha gente famosa, como políticos, artistas y escritores, ha comido en La Rinconada, y asegura que los visitantes, más que los propios tapatíos, son quienes aprecian la arquitectura, la antigüedad y el sabor de este lugar.

“Gente de otros países lo aprecia, y aquí muchos no saben de nuestra existencia”, finalizó.

Restaurante El Pacífico

La Plaza de los Mariachis, fundada casi un siglo atrás, busca reactivar la afluencia de público y su sitio como espacio tradicional para la gente. Uno de los lugares que ha colaborado por preservar la tradición de la plaza es el restaurante El Pacífico, abierto por Alberto Aceves y su esposa Guadalupe, en 1945.

El sitio oferta básicamente mariscos y comida mexicana, como pozole, pescado frito, camarones a la diabla y birria.

“Garantizo que todos mis platillos son exquisitos, tanto los de mariscos como los mexicanos. El pescado y mariscos son extraordinarios, pero cualquier cosa que coman, se irán satisfechos”, aseguró Alberto Aceves Solís, hijo del fundador y encargado del establecimiento.

Aceves recuerda que El Pacífico se instaló en una época distinta, cuando las vías eran asequibles a los vehículos, pero no para la gente.

“Mis padres pusieron este negocio hace 70 años, cuando esto todavía era calle. Por aquí pasaba el tranvía a San Pedro Tlaquepaque y todas las rutas de camiones de norte a sur”, señaló.

El puesto abre todos los días, de las 10 a las 24 horas, y se ubica muy cerca del Templo San Juan de Dios.

 

HJ/I