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Al drenaje, agua de manantiales

(Foto: Alfonso Hernández)

Al año, al menos un millón 870 mil 800 litros de agua se van directo al caño.

Pese al estiaje, el desabasto y los problemas de falta de agua que recientemente sufrieron vecinos de al menos 50 colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), la omisión, irresponsabilidad y el afán de lucro de las autoridades responsables impiden que el agua tenga un buen aprovechamiento.

El agua de uno de los veneros de la zona de Atemajac, mejor conocido como El Chorrito, ubicado en el Parque Manuel Ayón, brota todo el año, pero no se aprovecha, salvo que los vecinos decidan lo contrario y en la medida de su posibilidades.

Aunque el líquido que sale de otros veneros localizados en la zona está concesionado y otros son utilizados o entubados por el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), en el caso de El Chorrito nadie se hace responsable.

El académico e investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG) José Arturo Gleason dijo a NTR que este venero es parte del manantial de Los Colomitos.

El Chorrito, como le conocen los vecinos de la colonia Fábrica de Atemajac, ya no es ni la mitad de lo que era antes.

Citó el trabajo realizado en 1998 por el difunto académico Ignacio Vargas Sánchez, en el que documentaron la existencia de 30 veneros en la zona, lo que entonces se traducía a 530 litros de agua por segundo.

A principios de abril, en un recorrido por la zona, NTR documentó que cada minuto se tiran 1.3 litros de agua, únicamente cuantificando lo que emana de El Chorrito.

Dos semanas después, Gleason constató que la gente de la zona logró acumular 20 litros de agua en 15 minutos, lo que representa, dijo, que al día se tiran mil 872 litros de agua.

El ingeniero, quien también encabeza el Instituto de Investigaciones Tecnológicas del Agua, dijo que la falta de aprovechamiento del agua y la sequedad de los mantos freáticos “se origina en la combinación de ignorancia, soberbia, corrupción de parte de los funcionarios que desde hace 40 ó 60 años han estado metidos en este tema del agua”.

Por su parte, el catedrático de la UdeG Manuel Gómez Reyna expresó: “Todo mundo sabe que estamos llenos de agua”; criticó a las autoridades al señalar que estos veneros subterráneos no están estudiados y simplemente cuando la autoridad los encuentra no sabe qué hacer con ellos.

Explicó que en la zona de Atemajac “toda esa agua es parte de lo que genera la cuenca del Valle Hundido, en avenida Vallarta y Periférico, donde está el Estadio Chivas, y esa zona de filtración corre por avenida Patria, antes avenida Patria era río”.

Al referirse tanto a El Chorrito como a otros veneros por la misma área, lamentó que a lo largo de la historia en el estado de Jalisco ha habido “desperdicio, incapacidad, error en el manejo de los valles… toda esta agua, si se acuerda, lugares donde ha habido agua… se va al drenaje”.

Lamentó que a las autoridades no les ha interesado “conocer, medir ni controlar el flujo y mucho menos la cantidad de agua que hay en los mantos freáticos en el estado, porque sus intereses han estado en hacer negocio”.

Indicó que no debería hacerse “ninguna obra sin antes realizar un diagnóstico e instalar sistema de monitoreo, para saber qué cantidad de agua hay en los mantos freáticos de Jalisco, de dónde surgen, hacia dónde van… es necesario saber cuánta agua hay en el suelo, en la superficie y en el ambiente, son datos generales, reveladores pero insuficientes para alcanzar voluntad política y las políticas públicas para conocer la problemática, el riesgo y las posibles soluciones”.

Señaló que autoridades responsables de abastecer de agua potable a Jalisco “han estado durante todos estos años más interesados en hacer negocio con la instalación de colectores y ampliación que en tomar medidas definitivas que  contribuyan al aprovechamiento del líquido”.

En la barranca

El superintendente de Operación del Siapa, Alejandro Gutiérrez Moreno, dijo a NTR que cuando vemos correr agua y desemboca en la barranca, no se puede hablar de desperdicio.

“No se está desperdiciando, sino que en un marco de referencia ambiental ayuda a conservar el equilibrio de los corredores ambientales, donde hay flora y fauna, no se trata de aprovechar a ultranza porque secas aguas abajo”.

“Es contra natura, contra medio ambiente y contra la legislación ambiental”, puntualizó.

El académico Gleason coincidió con los riesgos que recientemente publicó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el informe en el que establece que de continuar con la tendencia de despilfarro de agua, en 15 años 30 por ciento de la población sufrirá desabasto.

Cuánto le queda de agua Guadalajara, no sabemos, lo que no se mide no se controla y tampoco se puede proyectar.

Botón de muestra

Algunas de las viviendas del condominio Ojo de Agua, ubicado en la colonia Fábrica de Atemajac, están prácticamente construidas al ras de las piletas de otros de los veneros de Los Colomitos, cuyas aguas -en su mayoría, según dijo el académico-, también van a dar al caño.

Cabe señalar que la Ley de Aguas Nacionales establece que debe haber al menos 10 metros de distancia entre un cuerpo de agua y una construcción.

Al referirse al interés de construir vivienda sin observar las leyes ni las prioridades, dijo: “Tengo claro que cuando se justificó la construcción de las casas de Ojo de Agua se le consultó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a la Comisión Estatal del Agua (CEA) si cumplían con las disposiciones de construcción cuando estaban a lado de un venero, y ellos dijeron que sí”, puntualizó Gleason.

 “Aquí hubo solapamiento de la autoridad de los tres órdenes”; argumentó que en el gobierno municipal de Emilio González Márquez se autorizaron esas construcciones de fraccionamientos y aunque la gente se reveló, no pasó nada.

Señaló que incluso en la administración de Alfonso Petersen Farah, ante la queja de los vecinos, dijo que “no se podía hacer nada, que si la gente tenía dinero que expropiara los predios, porque el Municipio no tenía dinero y así se lavó las manos”.

Gleason recordó que tiempo después conoció los documentos a través de los cuales la Comisión Nacional del Agua y la estatal autorizaron la construcción “y así se invadió el predio”.

“Desconozco quién tiene la concesión de los veneros, pero quien la tiene debería cuidarlos y evidentemente no lo hace porque el agua como estamos viendo se va directo al caño”, criticó.

Desperdicio

De los 10 vasos de agua que entran a la red de Jalisco por distribución, tres o cuatro no llegan: ahí hay desperdicio.

El académico señaló que “tiramos aproximadamente el agua que surge de 30 puntos, 30 veneros, lo que representa quizá alrededor de 500 litros por segundo o mil litros por segundo, eso es desequilibrio; tiramos el equivalente a un metro cúbico por segundo de los tres que la autoridad ha dicho que necesitamos”.

“No se mide, todo son aproximaciones, no hay sistema que nos permita dar con puntualidad los datos”, criticó.

Lamentó que desde hace más de 10 años se sabe que los acuíferos que proveen de agua a Guadalajara van a la baja, pero la autoridad no ha hecho nada para remediarlo: se sigue desperdiciando el agua y generando desequilibrio.

La autoridad no ha entendido que tiene que poner remedio por humanidad, finalizó.

 

HJ/I