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Cadáveres, a punto de sobrepasar la morgue

NO AJUSTA. El titular del IJCF menciona que se necesitan 100 millones de pesos adicionales para trabajar. (Foto: Jorge Alberto Mendoza)

Rebosante de cadáveres están los refrigeradores de la morgue.

Hay 135 cuerpos que no han sido reclamados por sus familiares y restos óseos almacenados desde 2010, entre ellos el de un bebé abandonado en una maleta en 2013.

De acuerdo con disposiciones penales de preservación de pruebas de un crimen, las personas fallecidas por hechos violentos deben ser inhumadas y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) aún no ha concluido el proyecto de instauración de un panteón forense o centro de investigaciones periciales en Tequila.

El proyecto se planteó a inicios de 2015 en una comunidad del municipio de Magdalena, pero desde el principio se opusieron los habitantes de ese rancho, pese a que el predio estaba a las afueras de la zona poblada, y el instituto buscó una alternativa en Tequila.

“Ya estamos ahí construyendo el edificio cerca de las nuevas salas de juicios orales y la gente se opone, en Vallarta también ya conseguimos un terreno y hay que ir a disuadir a las personas y que nos acepten”, consideró Luis Octavio Cotero Bernal, titular del IJCF.

Habitantes de las colonias aledañas al terreno destinado para inhumar cadáveres en Tequila también se han mostrado reticentes a aceptar ese espacio, que también tendrá las funciones de centro de investigaciones forenses en cuanto al estudio de la evolución de los cadáveres inhumados y su uso para fines científicos.

El instituto tiene como presupuesto para este año 153 millones de pesos, cuando se necesitan unos 100 millones adicionales, estimó Cotero Bernal.

El panteón forense no es la única carencia, en las delegaciones foráneas, los servicios periciales llegan a tener retrasos tales como citas pendientes del área de psicología hasta el mes de diciembre, según el director.

El personal del IJCF está a merced del estrés laboral debido a situaciones de trauma psicológico constantes y carga de trabajo que rebasa la capacidad de dar respuesta pronta a todos los dictámenes que se le requieren.

“Estoy contratando los servicios de unos profesionales en tratamientos físicos y psíquicos. Vemos muchas cosas aquí, pero no se acostumbra uno a no sentir, a no tener alguna situación, además el gobernador desde septiembre nos dijo a todos que ‘hay que respetar la condición humana de la gente’”, planteó Cotero Bernal.

 

HJ/I