Aprender a programar desde las aulas

¿Los nativos digitales están listos para pasar de la inmediatez del clic en el celular o en la tableta al análisis sobre cómo piensan las computadoras? Ésa fue la pregunta para maestros que participaron en el curso de educación disruptiva en Guadalajara.

La dirección de Cultura del gobierno de Guadalajara y Fundación Telefónica organizaron el encuentro de reflexión para incorporar la tecnología en el aula. El sábado se desarrollaron ejercicios y un taller de programación en el Museo de la Ciudad.

La Escuela de Educación Disruptiva (EED) es un proyecto de Fundación Telefónica que nació a partir de una serie de investigaciones de varios académicos, fundamentalmente de María Acaso, quien escribió el libro The rEDUvolution, que tiene que ver con cómo revolucionar la educación desde dentro.

Utilizan materiales

Este sábado, un grupo de maestros trabajó en La fábrica de ideas, un espacio que diseñó el colectivo La Grapa.

Con materiales como tubos, canicas, cinta de aislar y cinta para empapelar, podían crear reacciones en cadena (que la canica entrara de un lado y canalizarla por otro en un mismo circuito, o que un carrito lanzado con una liga empuje otros objetos).

Plumas, cinta y foami fueron materiales para armar pájaros que volaran en un tubo transparente con un ventilador abajo. Había pequeños ventiladores, interruptores y timbres para activarse con los polos de una pila.

Otro ejercicio consistió en hacer máquinas de escribir con plumines, cinta, madera, plástico y motores.

Así, los maestros aprendieron la importancia del uso de materiales en clase y que no siempre las instrucciones son importantes para hacer que sus alumnos lleguen libremente al conocimiento; por lo que también hay que llevar la frustración al salón.

Todos debemos saber programar

Más que dominar una herramienta o lenguaje de programación es necesario comprender cómo piensan las máquinas y cómo piensa el ser humano.

“Más bien creo que tiene que ver con una forma de pensamiento, tiene que ver con un lenguaje, cómo nos comunicamos con las computadoras. Creo que ese lenguaje sí tendríamos que aprender a hacerlo porque todos usamos las tecnologías”, explicó Ricardo Rubiales, asesor académico de la Escuela de Educación Disruptiva en México.

“Hay chavos que de verdad creen que no tiene sentido ir a la escuela porque todo lo tienen en Google”.

“Es muy común que tú vayas a una preparatoria, primero de prepa, el maestro quiere hablar de energía y los chavos ya sacaron el celular, ya tienen las páginas de Google y quieren empezar a discutir con el maestro o a juzgar y valorar si lo que el maestro dice en clase es la verdad”.

Pero lo que no tienen los jóvenes es la forma de comprobar las fuentes de calidad.

“Lo que sí los chavos no tienen es cómo discernir esa información, qué funciona, qué no funciona, qué es válido, qué no, qué es falso, qué es inexacto. La UNESCO dice que alrededor de 30 por ciento de la información en Internet es inexacta o falsa”.

DN/I