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Familiares buscan refugio en la iglesia

CONFIANZA. La iglesia apoya espiritual y psicológicamente ante el temor al crimen organizado. (Foto: Grisel Pajarito)

La falta de confianza hacia las autoridades y el miedo a represalias ha provocado que la iglesia sea el primer contacto que buscan familiares de personas desaparecidas para hablar de su situación, sobre todo en zonas en las que el crimen organizado tiene fuerte presencia y la denuncia no es opción.

En zonas como la Ciénega, Norte o colindantes con Michoacán la presencia de grupos del crimen organizado han infundado temor entre la ciudadanía, principalmente entre familiares de personas que sin tener relación con estos grupos desaparecen y su búsqueda se torna complicada. Así, los familiares de los desaparecidos buscan refugio y paz en la iglesia antes que pensar en la denuncia.

“La gente acude más con el sacerdote para buscar una palabra de consuelo, una voz de esperanza, somos un paño de lágrimas porque somos es el primer contacto en muchas ocasiones. Sabemos que hay partes como La Barca donde hay muchos desaparecidos, muchas fosas clandestinas en los sembradíos o en las zonas colindantes con Michoacán, hay muchos muertos y desaparecidos además de robo de gasolina; también los hay en Tonalá, y si los habitantes de La Barca lo hablan, peligra su vida”, señaló el padre Luis Javier Muñoz Murguía.

El coordinador de la Pastoral de Derechos Humanos del Arzobispado de Guadalajara, explicó que para enfrentar la situación la iglesia ha buscado alternativas y acompañamiento y ha fijado una postura en torno al tema para que los fieles se acerquen a la iglesia y ésta difunda el nombre de su familiar en las más de 600 parroquias del estado.

Con esta postura, además de pretender acompañar a las víctimas, la iglesia busca que las autoridades dejen de ser omisas.

Para que los sacerdotes brinden acompañamiento adecuado, la pastoral social creó un diplomado en derechos humanos, para adoptar la doctrina de la dignidad humana desde la visión de la iglesia, además de que se ha acercado con agrupaciones enfocadas a víctimas de desaparición.

El acompañamiento que dará la iglesia a las familias de desaparecidos será de apoyo espiritual y psicológico así como de difusión de los casos en las parroquias.

 

HJ/I