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Los claroscuros del primer año

(Fotos: Alfonso Hernández, Mónika Neufeld, Jorge Alberto Mendoza, Humberto Muñiz, Grisel Pajarito)

La mayoría de los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara se decidió por la alternancia en las elecciones de 2015. Esto colocó a Movimiento Ciudadano (MC) en un escenario que ni siquiera ellos habían imaginado, al ganar la capital del estado, Zapopan, Tlaquepaque y repetir en Tlajomulco. Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) conservó Tonalá.

A un año de iniciadas las actuales administraciones municipales, el desgaste de ejercer el gobierno, la dificultad o la incapacidad para cumplir algunas promesas, así como los conflictos que heredaron, distancian a los alcaldes de las expectativas que generaron.

Optimista

Mientras ciudadanos, regidores de oposición y representantes de la sociedad civil organizada no ven avances importantes en el primer año de la actual administración de Guadalajara, el alcalde Enrique Alfaro Ramírez aseguró que se tuvieron “muchos logros”.

“Vamos muy bien, vamos en el ritmo que tenemos planeado. Estoy seguro de que el segundo año será todavía de más logros”, destacó.

A pesar de reconocer que no está satisfecho con el trabajo realizado en seguridad, y de no haber destinado recursos importantes para atender otro de los principales reclamos de la gente, las calles en mal estado, el presidente municipal tapatío aseguró que se han dado resultados; entre éstos, haber saneado financieramente a la ciudad, al reducir la deuda en más de 20 por ciento.

Además, iniciar el proceso para restablecer el estado de derecho en Guadalajara; conseguir un presupuesto importante para infraestructura de más de mil millones de pesos, que se destinará principalmente para pavimentación; renovar concesiones que eran una “carga terrible” para el gobierno; avanzar en el ordenamiento urbano y construir un modelo de ciudad y lograr una visión de largo plazo para Guadalajara.

Otro de los avances, aseguró el alcalde, es haber construido el modelo de promoción cultural más grande a nivel municipal en el país y haber desarrollado programas sociales como la entrega de uniformes y becas para preparatorianos.

Dar estos primeros pasos no habría sido fácil, ya que de acuerdo con Alfaro Ramírez, recibió la administración en el momento más difícil de Guadalajara en los ámbitos político, social y económico, “una administración reventada y una ciudad en una situación muy delicada”.

Políticamente también le ha resultado un año complicado. Guadalajara, destacó, está en el centro del debate político y es en torno a éste donde se ha construido no sólo la agenda pública, sino también la agenda mediática.

Diálogo

Para el alcalde tapatío, su gobierno no ha tenido desencuentros con alguien en particular; “al contrario, hemos tratado de tender puentes y de mandar un mensaje de apertura para construir una ciudad que sea de todos”. Aseguró que en estos momentos no tiene adversarios; “no los identifico, cuando menos”.

La relación con su equipo cercano la consideró como buena, de mucho trabajo y entendimiento. Con los regidores, comentó, tiene una comunicación fluida, una relación de respeto, de tolerancia y de diálogo.

Con el gobernador del estado, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, la relación ha sido buena y de diálogo; sin embargo, reconoció que han tenido diferencias en algunos temas, pero con voluntad para construir acuerdos. Sobre su relación con la comunidad, indicó que es en la calle donde mejor se siente. “Cuando estoy en las colonias con la gente, cuando puedo estar en contacto directo con los ciudadanos es en donde sé que vamos bien y que las cosas están caminando”.

Para el segundo año, los retos más grandes de la administración serán atender la agenda de seguridad, “que es multifactorial, en la que estamos trabajando muy duro”. En términos de magnitud y de tamaño de inversión, rehabilitar las calles de la ciudad “es el desafío más grande que hoy tiene Guadalajara”.

No hay cambio

Tanto el coordinador de los regidores panistas en Guadalajara, Alfonso Petersen Farah, como la regidora priísta María de los Ángeles Arredondo, consideraron que el primer año no ha generado el cambio pregonado.

La tricolor señaló que el alcalde está más preocupado por una proyección personal hacia 2018 que por dar resultados; “lo que él dijo de haber tomado en cuenta a la ciudadanía es mentira”.

Criticó que se ha tenido una política recaudatoria, un trato inhumano a comerciantes, fracasos en seguridad y favoritismo a los amigos en materia de adjudicaciones; “deja mucho que desear, que no quiera engañar a la ciudadanía”.

Petersen Farah subrayó que tras conocer el primer informe le quedó claro que el alcalde continúa con el mismo discurso y las buenas intenciones que anunciaba en campaña, pues habla de puras cosas de futuro, “cosas que nada más están en la ilusión, pero no están en la realidad”.

Con relación al rezago de 30 años que ha señalado Alfaro, el regidor panista subrayó que el presidente municipal tendría que sumar su primer año. “Si él insiste en su discurso de hablar de 30 años de rezago, pues creo que lo que tiene que hacer es incluir su primer año, porque estoy seguro que el 31, por decirlo de alguna manera, ha sido uno de los peores años en términos de infraestructura y mantenimiento general de la ciudad”.

Reconoció que en este primer año se ha dado seguimiento a algunos proyectos importantes, pero no se ha generado algo diferente; “la ciudad se encuentra como siempre”.

Para el presidente del Parlamento de Colonias, Alejandro Cárdenas Ochoa, la actual administración ha sido muy gris, “incongruente con lo que había planteado en su campaña. Ni es una administración ciudadana ni escucha a la gente. Es una administración autoritaria”.

Las principales fallas, aseguró, son en servicios públicos, pavimentación y planeación urbana. Prueba de ello sería la actuación del gobierno frente a las torres irregulares; “es buscar cómo legalizar lo ilegal (…) No hay proyectos de urbanización para las zonas y no se podrían hacer ni buscar proyectos de urbanización con esa miseria (el cobro de compensaciones e indemnizaciones a los desarrolladores)”.

Pablo Lemus, amigo de todos

Pablo Lemus Navarro llegó como sangre nueva a la política local. Ya había tenido cargos que le implicaban una imagen institucional, gestionar con las partes y dar resultados ante el gremio empresarial, pero nunca en un puesto de elección popular por el que los ciudadanos pudieran exigirle.

Para gobernar Zapopan, Lemus se hizo acompañar de personas cercanas a su círculo desde que era el rostro de Coparmex, de manera que empresarios y figuras del ámbito se integraron en su equipo de primer contacto.

Pero aún quedaban muchas áreas dentro de la administración local que debía cubrir, tales como Obras Públicas, Medio Ambiente y Comunicación, para las que recibió recomendaciones del equipo de Enrique Alfaro y MC. Fueron estas voces a las que escuchó para finalmente completar su gabinete.

A pesar de que defendió la capacidad y la integridad moral de todos los miembros de su equipo en un primer momento, terminó por hacer ajustes en áreas como Comunicación Estratégica y Mantenimiento Vehicular, ante acusaciones de nepotismo, así como en Servicios Médicos y Comude, en este último caso para “cambiar de estrategia”.

Desde la salida de estos elementos, el alcalde se ha negado a hacer nuevos cambios en su gabinete por considerar que el resto de los funcionarios hace bien su trabajo, a pesar de que hay peticiones de la oposición de cesar a quien está al frente de la Dirección de Servicios Públicos, Hugo Salazar Silva, por estar muy por debajo de las necesidades del municipio, según el regidor Salvador Rizo, del PRI, y también de retirar a la directora de Protección Animal, Lizzet González, por la muerte de un lince a cargo de su personal. Esta última es una demanda de animalistas de Zapopan.

“Vamos a continuar con el mismo equipo, probablemente en algunas subdirecciones haya cambios normales o reubicación de personal, pero estamos confiados en el mismo equipo. Tenemos una rotación de personal normal, porque encuentran una mejor oportunidad de trabajo en alguna otra parte. A mi equipo lo califico muy bien”, dijo el alcalde en entrevista.

Hacia afuera, el primer edil zapopano ha mantenido un discurso conciliador, de atender a todas las partes, de escucharlas y llegar a consensos, aunque esto haya rozado límites con algunos grupos de la sociedad a los que ya ha cerrado las puertas, como los animalistas que piden la renuncia de Lizzet González y el Comité Salvabosque del Nixticuil, que exige la cancelación del desarrollo inmobiliario Bosque Encantado.

Con los regidores, Lemus Navarro califica como tensa la primera parte de su gobierno, pero que después comenzó a encontrar puntos de coincidencias con los grupos del PRI, PAN y PVEM, que considera como un avance. En las sesiones de pleno, el alcalde es respetuoso y escucha las críticas de la oposición prometiendo atender sus puntos de vista, pero luego los regidores se quejan de que no cumple los acuerdos.

“Hay una forma distinta de ver algunas cosas en el municipio; sin duda alguna, en la fracción de regidores del PRI, del PAN, del Verde y dentro de Movimiento Ciudadano también hay distintas visiones, pero eso no quiere decir que tengamos que tener una mala relación entre nosotros. Al contrario, quiero agradecerles que hemos encontrado en nuestras coincidencias una forma de tener una relación políticamente adecuada, estamos trabajando sin mayores sobresaltos”, dijo Pablo Lemus.

De hecho, tanto con los regidores como con los ciudadanos suele mostrar apertura y voluntad para resolver temas; incluso se permite bromas para entrar en un tono de menores formalismos, aunque ello no signifique el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en sus encuentros.

Con quien mantiene esta tónica es incluso con el gobernador, a quien ha llamado un aliado para Zapopan e incluso ha aceptado un viaje a California en conjunto para buscar inversionistas fuertes para el municipio. Si bien suele tener un canal de cortesía con el mandatario priísta, ha recurrido a hacerle precisiones en los medios, pues lo ha acusado de atribuirse logros que, según Lemus, son de Zapopan, no del gobierno estatal.

En espera de mejoras

Arrepentimiento, burlas, reclamos y hasta amenazas se leen en la página oficial de Facebook del presidente municipal de Tlajomulco de Zúñiga, Alberto Uribe Camacho; sin embargo, para él no son parte de los puntos a considerar para su gobierno e incluso para una reelección, la cual plantea como una estrategia para cumplir con las mejoras que prometió en el municipio.

El alcalde aseguró en entrevista que en lo que resta de su administración se lograrán los cambios, las buenas relaciones políticas y la cercanía con sus gobernantes, pues este primer año no puede evaluar todavía su gobierno.

Sus metas, dijo, van dirigidas a salud, educación, medio ambiente, servicios públicos, construcción de comunidad, así como el cambio de actitud de servidores públicos para lograr un Tlajomulco más competitivo. Además, confía en la supuesta solidez con la que llegó; asegura que 50 por ciento de la votación fue para él.

“Buscamos ser la referencia. Estoy compitiendo con los 10 mejores municipios del país. Trabajo en lo bueno, en mejorar y evidentemente estoy consciente de adónde quiero llevar al municipio y mi obsesión es hacer una referencia nacional en buenas prácticas y no voy a descansar hasta no hacerlo. Por esa única razón me podría reelegir, para terminar la visión y el proyecto completo”, enfatizó.

A sus metas se suma una lista de cuentas pendientes que sus antecesores naranjas le dejaron con el municipio, aunque el propio Uribe Camacho diga que recibió de Enrique Alfaro Ramírez e Ismael del Toro una administración en orden que le permitirá ser la referencia.

La inseguridad es el principal problema, incluidos los cadáveres que dejan en brechas de esta demarcación, que sus compañeros de Movimiento Ciudadano (MC) no solucionaron y que ya lo llevaron a hacer un cambio de titular en la comisaría municipal; la infraestructura vial es su segunda prioridad.

Cuando el primer edil de Tlajomulco habló de sus relaciones políticas con el gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, regidores y ciudadanos, las describió como buenas y prácticamente color rosa, pero no fue lo mismo para la que mantiene con servidores públicos.

“Bien, porque al final soy muy respetuoso. Para mí ellos, los regidores, no tienen colores. La relación con el gobernador es buena, de mucho tiempo; no estoy necesariamente de acuerdo con los resultados que llevamos implementados en Tlajomulco, pero tengo una relación de muchísimo respeto. La gente está viendo que le estamos echando ganas, sabe que soy alguien con honorabilidad y que quiero dejar un municipio mejor”, aseguró.

Aunado al tema, aseguró que no tiene enemigos, a pesar que en la lucha por la presidencia municipal tuvo al perredista Gerardo Quirino Velázquez como contrincante. Afirmó que tampoco existen desencuentros políticos, aun después de sus señalamientos en la segunda Cumbre de Cambio Climático de las Américas.

“No, no tengo mayores enemigos que no sean los que están robando en las calles. La ineficiencia, la corrupción, ésos son mis enemigos, y los que no apuestan por la educación. ¿Mis desencuentros políticos, familiares, personales (ríe)? No, la verdad es que con nadie. No es el desencuentro con una persona, es con una acción, un hecho, una visión. Un desencuentro con todo lo de Infonavit, con toda la política de la vivienda. Tienes encuentros y desencuentros, es de manera natural. Lo grave es que todo lo dejes pasar y no digas lo que piensas”, lamentó el alcalde.

Oposición

Para los regidores de oposición –PAN, PRI y PRD–, Uribe Camacho acertó en el primer año, pero aún faltan mejoras.

“Encontramos un primer año con acuerdos, buena actitud, siendo una oposición crítica, pero responsable. Hay muchos temas que se han avanzado; ecología, hemos creado la fiscalía ambiental, y obviamente hay mucho qué hacer. Un tema que nos preocupa demasiado es la seguridad pública. Necesitamos meter mano dura, exigir”, comentó el priísta Luis Javier Gómez Rodríguez.

“Si tuviera que hacer una evaluación, creo que salimos librados, en plural fuimos partícipes; algunas fueron propuestas de un servidor. Este primer año se ha resumido en el consenso de las fuerzas públicas dejando un lado los intereses particulares. Desde luego que ha habido algunos rezagos, pero es una administración con activos y pasivos, más activos”, señaló el panista-perredista Gerardo Quirino Velázquez.

Además, el regidor Salvador Gómez de Dios enfatizó: “Ha habido cosas buenas del presidente y también cosas que nos han faltado por atender. Aún falta camino, quedan dos años de mucho trabajo”.

El primer año también ha representado para Alberto Uribe un distanciamiento del presidente municipal de Guadalajara y líder moral de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro. Quienes los conocen, afirman que ha habido descuido del alcalde tapatío de la relación con su homólogo de Tlajomulco, a pesar de que este último formaba parte de su círculo cercano.

Esta distancia ha sido aprovechada por sus adversarios políticos para hablar de posibles rupturas y hasta para dejar entrever cierto coqueteo de Uribe Camacho con el Revolucionario Institucional.

Lejano y sin servicios

En el discurso, Tonalá ha dejado de ser el patio trasero de la zona metropolitana. Pero la realidad es otra.

Los tonaltecas carecen de una prestación eficiente de servicios públicos, como recolección de basura, alumbrado, pavimentación y seguridad.

“Acepto que el talón de Aquiles son tres rubros, eran cuatro problemas fuertes que teníamos hace un año en Tonalá: seguridad, alumbrado público, basura y bacheo; en seguridad se mejoró, pero los otros tres rubros son los que no hemos podido resolver”, reconoció el alcalde Sergio Chávez Dávalos.

El desarrollo urbano desmedido provocó la construcción de varios fraccionamientos en el municipio que, muchos, no han sido entregados oficialmente a la autoridad, lo que deja en indefensión a los ciudadanos, pues el ayuntamiento no está obligado a darles servicio.

Pese a que el alcalde aseguró que cada mes paga de manera puntual los más de 5 millones de pesos a la empresa Caabsa Eagle, que tiene concesionado el servicio de recolección de basura, ésta hace lo que quiere con el argumento de que Tonalá le debe 40 millones de pesos.

Chávez Dávalos ha tenido que ir a pelearse a la Ciudad de México para exigir que la empresa preste el servicio como corresponde; no obstante, los habitantes de Tonalá padecen la recolección irregular.

En cuestión de alumbrado, el presidente municipal ha pasado, dicho por él mismo, las peores vergüenzas, ya que al inicio de la administración todos los edificios públicos se quedaron sin energía eléctrica debido a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortó el servicio por falta de pago.

“Me daba vergüenza que la ciudadanía veía las plantas de luz o que tenía que salirme de la oficina a las diez de la noche, porque tenían que apagar la planta, o tenía que alumbrarme con el celular para terminar de firmar lo que estaba haciendo”, lamentó.

El adeudo era tanto del municipio como de MexiLED, empresa a la que la pasada administración le concesionó la sustitución a tecnología LED de las 23 mil lámparas que hay en Tonalá.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no ha reconocido a la empresa como concesionaria, lo que provocó la suspensión del servicio en los edificios públicos y que la sustitución de luminarias esté detenida.

En este tema, Chávez Dávalos ha lanzado algunos cuestionamientos, pero no ha retirado la concesión a la empresa buscando llegar a acuerdos.

Los pavimentos en Tonalá son de los más dañados en la metrópoli y en este primer año de gobierno se han hecho algunas acciones para repararlos de fondo, aunque sólo en algunas colonias, como Loma Dorada y Jalisco.

No obstante, para Florentino Márquez García, regidor de Movimiento Ciudadano, estas acciones se han hecho con dinero ajeno, pues el recurso viene del gobierno del estado o de la Federación, y en lugares donde no se necesita.

“Sí, lo llevan a Loma Dorada, pero en calles que están en buen estado, llegamos y vemos que el lugar es transitable, que no se necesita, y hay otras donde no se puede ni avanzar”, acotó.

Debido a estas deficiencias en los servicios y al desorden administrativo que le dejó su antecesor, el también priísta Jorge Arana, con quien ha tenido algunos desencuentros, Chávez Dávalos se la ha pasado en la Ciudad de México gestionando apoyos y recursos.

Esto, admitió, lo ha vuelto un presidente municipal distante y alejado de los ciudadanos.

“Acepto que no he tenido la cercanía como la he tenido toda mi vida con la comunidad, porque este año me la he pasado tomando decisiones desde palacio. Es parte de mis propósitos en este segundo tercio, tener más contacto con la ciudadanía”.

Aunque consideró que su trato con la oposición es cordial, de respeto, de debate y acuerdos, Márquez García opinó lo contrario.

“No ha habido comunicación, no se han logrado acuerdos reales, ha sido un presidente ausente, no se sabe si está o no está, pedimos hablar con él y hasta 15 días después nos da entrevista”.

Para el regidor panista Jorge Vizcarra Mayorga es plausible el esfuerzo que se ha hecho para mitigar los problemas que se enfrentan, pero los ciudadanos no lo perciben; “el termómetro social es que la gente se sigue viendo más marginada, con menores oportunidades”.

Esto, dijo, impide que se vean obras y acciones en seguridad, como equipar a la dependencia.

“No hay una mejora en la imagen, la gente sigue viendo basura, no ve alumbrado, se siente insegura”, apuntó Vizcarra Mayorga.

Con el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz, el alcalde dijo tener una relación de mucha comunicación y sinceridad a la hora de pedir y dar los apoyos.

Chávez Dávalos llegó a Tonalá y destapó todas las irregularidades que hubo al final de la gestión de su correligionario, como bases irregulares para beneficiar a amigos.

En este tenor, el primer edil fue claro al reconocer que a su llegada muchos amigos dejaron de serlo, pues le pidieron favores.

“Llegué aplaudido y con grandes expectativas. Hoy, a un año, no sé cuánto capital político me queda, no sé si traía 10 y ahorita me queda 5 ó me queda 8, porque ahorita muchos amigos de campaña me ofrecían hacer cosas para beneficios personales y no acepté”.

Políticamente, la zona norte del municipio ha sido difícil porque no sólo hay bastiones fuertes del PRI, sino de otros partidos.

Sin dar nombres, Chávez Dávalos reconoció que sus principales adversarios son tonaltecas que quieren que las cosas sigan igual en el municipio: beneficiando a unos pocos y dejando de lado las necesidades de la población.

Un año lleno de conflictos

Dicen que después de la tormenta viene la calma, pero no fue así para la presidente municipal de Tlaquepaque, María Elena Limón García.

Tras la elección, cuando su triunfo estuvo en vilo debido al recuento que se hizo por la diferencia tan cerrada con su más cercano competidor, el priísta Luis Armando Córdova Díaz, el primer año de gobierno de la única alcaldesa de la zona metropolitana estuvo lleno de conflictos políticos.

De todos era sabido que el principal enemigo al que se enfrentaría Limón García era al cacicazgo que había imperado en Tlaquepaque desde años atrás, ejercido por Alfredo El Güero Barba; pero también, a decir de muchos, le ha ganado el poder.

Lejos de los conflictos que tuvo con los empleados al inicio de su gestión por los ya tradicionales despidos de cambio de administración, Limón García no ha logrado encontrar el equipo perfecto que acompañe su gobierno.

Este primer año ha estado marcado de cambios al interior del gabinete, más allá de las acciones de gobierno en beneficio de los ciudadanos, como obras y programas sociales, que si bien sí los ha habido, se han visto opacados por otros escándalos.

Desde antes de rendir protesta ya se había dado un movimiento significativo políticamente, pues Juan Íñiguez, quien había sido su brazo derecho toda la campaña y quien se esperaba fuera el contralor, dejó el equipo.

Otro cambio que marcó una división entre Limón García y el proyecto del alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, fue la salida de Esteban Garaiz Izarra como jefe del Gabinete de Tlaquepaque.

El entonces funcionario salió al no contar con el respaldo de la alcaldesa para hacer las reformas a la ley orgánica que le dieran el sustento legal a su cargo y atribuciones.

“Le deseo mucha suerte; no he hecho seguimiento en este momento. Lo único que puedo decir, como todo mundo lo sabe, es que me retiré con oportunidad cuando vi que no había voluntad política de ser transparentes”, afirmó Garaiz Izarra al preguntarle sobre su opinión del primer año de gobierno.

La mayoría de los movimientos se han hecho en silencio y son contados los que salen a la luz, tal es el caso de Jorge Montoya Orozco, quien estaba al frente de Educación, pero salió con el pretexto de malos resultados. La realidad es que el titular de la Secretaría de Educación Jalisco, Francisco Ayón López, pidió su cabeza a cambio de recursos.

Los movimientos al interior han sido muchos y, para la oposición, esto ha significado una deficiencia en la prestación de servicios y en la atención a los ciudadanos.

“Hay una constante rotación del equipo que integra el gabinete y eso afecta los servicios (…) la obra pública deja mucho que desear”, comentó Córdova Díaz, quien es el coordinador de la fracción edilicia del PRI.

Limón García ha gobernado sin tomar mucho en cuenta la opinión de sus allegados y pareciera que todo aquél que piensa diferente es marginado o despedido.

Esto ocurrió con el síndico Juan David García Camarena, a quien le quitó responsabilidades jurídicas como una forma de intimidarlo y obligarlo a pedir licencia, pues su cargo, al ser de elección popular, es irrenunciable.

En los primeros meses de gobierno se dieron más de un centenar de cambios en la estructura de gobierno; Limón García sólo se ha limitado a señalar que salen porque no están comprometidos con la gente.

No obstante, la alcaldesa minimizó los movimientos; incluso señaló que durante todo su gobierno se ha dado un solo cambio y fue en la titularidad de Servicios Públicos.

“En todos los gobiernos hay cambios, hay ajustes, la política se mueve, esos cambios que ha habido son más la leyenda, más el rumor que la realidad; los directores generales son los mismos, excepto una”, afirmó tajante.

Aunque Limón García consideró que el trato con la oposición es de respeto, ha habido desencuentros tanto con el PRI como con el PAN, ya que los ediles de ambas fracciones se sienten ignorados.

Ante los reflectores, se da el respeto y la atención, pero una vez que éstos se apagan, empieza el mal trato al no invitarlos a las actividades que encabeza, desatender sus peticiones en las comisiones, retrasar la puesta en marcha de programas propuestos por ellos y que fueron avalados por el pleno, entre otros.

“Ha faltado más diálogo, sobre todo prever situaciones con anticipación, contratos o adquisiciones que se pasan los términos y a quemarropa se suben a cabildo sin los consensos”, afirmó la coordinadora de la fracción edilicia del PAN, Carmen Lucía Pérez Camarena.

La presidente municipal reconoció que tiene adversarios políticos, aunque no dio nombres, que están en contra de que una mujer tome las riendas de un gobierno.

“Hay misoginia en algunos actores políticos, algunos hombres que no entienden que las mujeres podemos hacer trabajo de hombres, y ésa es la mayor dificultad que he tenido”, enfatizó.

No obstante, aseguró que con la confianza de la gente seguirá gobernando con una visión ciudadana, tratando de erradicar los problemas que aquejan a los ciudadanos. Después de todo, llegó ahí con su voto y no por el respaldo de otros actores, como Alfaro Ramírez, quienes le apostaron a su candidatura como parte del proyecto político con miras a 2018.

“Llego con la voluntad de la gente, fue la que me trajo aquí, la que me puso en este lugar. Estoy bien, con más experiencia que hace un año, con más ganas de trabajar y con la confianza de que este año que entra va a estar mejor que este año que ya se me fue”, apuntó.

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