No, Norberto. Mientes

El lunes se firmó en Colombia el acuerdo de paz con las FARC después de 50 años de conflicto. Ese día, los ojos del mundo se posaron en el país que contaba con la guerrilla más antigua de Latinoamérica. Entre lágrimas de alegría y aplausos, Colombia le dio al mundo motivos de celebración.

Lamentable es que México no pueda ser noticia en ese sentido y que en la misma semana algunos de sus habitantes dieran muestra del enorme reto que tenemos en educación, a propósito de las marchas convocadas  por los sectores más conservadores de la Iglesia católica “en defensa de la familia” en distintas ciudades del país.

Vamos por partes. Primero. Los humanos somos seres sociales. Natural sería andar desnudos por la vida. El devenir del humano desde que utilizó el fuego y las armas para cazar animales es un acumulado de prácticas modificadas a través del tiempo. Toda práctica cultural es humana, toda ley la promulgamos nosotros y toda institución es, por tanto, invención nuestra. Simple: no hay institución familiar natural porque no existe institución natural, punto.

Segundo. Lo que es imperdonable es la diseminación de información errónea con dolo. La mentira es pecado según las leyes en la Iglesia católica. No existe ninguna evidencia científica para sustentar los argumentos publicados en el semanario Desde la Fe, que sentencia que “un niño tiene más posibilidades de sufrir abusos sexuales de un padre homosexual”. Así que mientes, Norberto. Lo absurdo y peligroso de lo que has decidido nombrar como “ideología de género” –cualquier cosa que eso signifique–  y que pone en peligro a sus hijos y a sus familias es de principio a fin una mentira. 

Lo inquietante es que existan personas dentro de la Iglesia que ni siquiera puedan explicar por qué acudieron a esta marcha. Busqué entrevistas a personas que participaron. No encontré un solo testimonio que pueda articular un argumento más o menos congruente ni bien informado. Norberto Rivera, cardenal católico, cuyas credenciales de doctor en la materia no le conocíamos, declaró que “el ano no está preparado para la penetración ya que está diseñado sólo para expeler y no para recibir”.

Ojalá, Norberto, te interesaras por temas que de verdad le hacen daño a tu país. Ojalá, Norberto, hicieras algún gesto, aunque sea simbólico, por seguir el ejemplo de orgullo y civismo que esta semana concretó un país que estaba tan devastado por la violencia como el nuestro lo está ahora.

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