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El petate del muerto

En el primer debate entre los contendientes por la presidencia de Estados Unidos, Trump inició su intervención con la frase lapidaria: “Nuestros trabajos están abandonando el país. Se van a México”. Ante la insistencia de que los trabajos de la Ford Motor Company se trasladarán a nuestro país, el presidente ejecutivo de esa empresa automotriz, Mark Shields, salió para desmentir los dichos del candidato de marras, negando categóricamente que los empleos se vayan a otro país.

Por otro lado, ante la acusación del candidato Trump de que los inmigrantes están tomando los trabajos de los ciudadanos estadounidenses y por ello están bajando los ingresos al trabajar por menor paga (en su página de campaña se lee: “Establecer nuevos controles de inmigración para aumentar los salarios y garantizar que los trabajos abiertos se ofrezcan a los trabajadores estadounidenses en primer lugar”), una publicación también desmiente las acusaciones con evidencias contundentes. El libro fue presentado la semana pasada por la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina del vecino país del norte, titulado Las consecuencias económicas y fiscales de la inmigración.

Entre los hallazgos más importantes del estudio se menciona que al medir durante un periodo de 10 años o más el impacto de la inmigración sobre los salarios de los trabajadores nativos, en general es muy bajo. Se afirma que en la medida en que se producen los impactos negativos, lo más probable es que se encuentren entre los inmigrantes anteriores o trabajadores nativos que no han terminado la educación básica, que a menudo son los sustitutos más idóneos de los trabajadores inmigrantes poco calificados.

También afirma que hay poca evidencia de que la inmigración afecte significativamente los niveles generales de empleo de los trabajadores nativos. Al igual que con los impactos de salarios, hay evidencia de que los inmigrantes recientes reducen la tasa de empleo de los inmigrantes anteriores. Además, la investigación demuestra que la inmigración reduce el número de horas trabajadas por los adolescentes nativos (pero no su nivel de empleo).

Que algunas evidencias del flujo de entrada de inmigrantes calificados sugieren que puede haber efectos positivos salariales para algunos subgrupos de trabajadores nativos y otros beneficios para la economía en general.

Y que los hijos de inmigrantes (la segunda generación) se encuentran entre los contribuyentes económicos y fiscales más fuertes de la población de Estados Unidos, lo que contribuye más en impuestos que cualquiera de sus padres o el resto de la población nativa. En definitiva, a largo plazo, los impactos de los inmigrantes en los presupuestos gubernamentales son generalmente positivos a nivel federal.

Dado que más de 40 millones de personas que viven en los Estados Unidos nacieron en otro país, y que casi el mismo número de personas tiene al menos un padre nacido fuera de esta nación y que tanto la primera generación de no nativos junto con la segunda nacida en ese país suman casi 25 por ciento de su población, está claro que el tema migratorio es de suma importancia para sus ciudadanos.

El candidato Trump insiste en asustar con el petate del muerto con información falsa, exagerada o parcial. Sin embargo, las evidencias son categóricas y desmienten una a una sus acusaciones. Esto tal vez selle negativamente su intento por llegar a la Casa Blanca en las próximas elecciones de noviembre.

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