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¿Cómo se conforma una orquesta?

(Foto: Alfonso Hernández)

Con ayuda del director de orquesta Guillermo Salvador, con más de 30 años de trayectoria, NTR realizó una pequeña guía para que el lector conozca la manera en que se dividen las secciones de instrumentos de un conjunto, el número ideal de integrantes, las funciones de algunos músicos, el director y quien diseña la programación.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara existen tres orquestas, la Filarmónica de Jalisco (OFJ) que tiene como sede el Teatro Degollado; la Sinfónica Juvenil de Zapopan (OSJZ), que regularmente se presenta en dicho municipio, y la Sinfónica Juvenil de Zapopan (OSIJUG), que se diferencia por presentar programas modernos.

Para Guillermo Salvador, quien ha sido director titular de las dos primeras agrupaciones, “nuestro país ha crecido de manera importante sinfónicamente hablando”, y es que considera que “no hay orquestas buenas o malas, hay directores buenos y malos, finalmente los que hacen sonar a las orquestas son los directores, las orquestas no suenan solas”.

¿Hay diferencias?

El término orquesta filarmónica y orquesta sinfónica, explicó Guillermo Salvador, “artística y musicalmente hablando, no hay ninguna diferencia”.

Desde el repertorio que interpretan, el número de miembros en la orquesta, así como la calidad con la que deben trabajar son los mismos.

Sin embargo, hay quienes señalan algunas diferencias, ahondó Guillermo Salvador, sobre todo en los sistemas administrativos (filarmónica suele llamarse a la que cuenta con un patronato que la auspicia más allá del gobierno), pero para él, eso está en segundo plano.

¿Dónde va cada instrumento?

Al llegar a un concierto lo primero que se ve son los violines y los chelos al frente del grupo de intérpretes, hacía atrás se van sumando otros tantos que pueden ser más grandes y hasta de otros materiales.

Paso a paso, le decimos cómo se conforma una orquesta, y puede apoyarse con el gráfico para entender mejor.

Existen tres grandes familias de instrumentos: la de cuerdas, compuesta por violines (primeros y segundos), violas, violonchelos y contrabajos; la segunda es de alientos, dividida en los de madera y los de metal, y finalmente las percusiones, que van al fondo.

“La familia de las cuerdas es la más grande de todas las secciones de una orquesta”, explicó Guillermo Salvador, la razón de que existan los violines primeros y segundos es porque “sencillamente llevan voces diferentes, no tienen que ver ni con la capacidad ni con la calidad de los instrumentistas ni mucho menos”. Aclaró que incluso a veces tienen “líneas melódicas diferentes o pueden ser las mismas”.

Las cuerdas altas, es decir los violines o violas, deben duplicar a los chelos y los bajos deben ser el doble de primeros violines que de contrabajos, señaló el director de orquesta, como “bastante adecuado”.

Así, lo ideal para una sección de cuerdas podría ser 16 violines primeros, 14 violines segundos, 12 violas, 10 chelos, ocho contrabajos y tener a 60 músicos en las cuerdas y el resto distribuirlos en aliento y percusiones, para finalmente tener alrededor de 80 intérpretes en una orquesta.

En la sección de cuerdas de madera, instrumentos como las flautas, flautines, clarinetes y fagots han estado por dos de cada uno desde el siglo 18, pero la dotación de ellos puede crecer hasta de 19 ó 20.

Lo convencional, ahondó Guillermo Salvador, es tener ocho, pero podría crecer 16, ya que no hay un ideal, sino que depende “de la obra que se interprete”.

Las cuerdas “la puedes crecer o decrecer en función de cuestiones extramusicales, en el caso de alientos no se puede cambiar porque el compositor a veces creó la pieza para tres flautas y tienes que cubrirlo”, precisó.

Por otra parte, los metales son en general cinco cornos, tres trompetas, tres trombones y una tuba, aunque también depende de los requisitos que tenga el compositor para que se interprete su obra.

“Es importante que haya balance específico en las cuerdas, pero en el caso del metal, no”, añadió.

En la última familia de instrumentos que va precisamente al fondo del acomodo de los integrantes, están las percusiones que en general es una persona quien se encarga de los timbales, aunque hay composiciones que requieren de hasta tres o cuatro, incluso 10, como en el caso de una obra de Silvestre Revueltas.

En esa misma sección también está el arpa, que desde el siglo 19 o principios del 20 comenzó a ser frecuente, así también el piano o un tipo de teclado.

¿Por qué se mueve el director?

El director de una orquesta, quien está al frente de la agrupación con una batuta que mueve para marcar la entrada, salida y entonación de los instrumentos durante una pieza musical, es quien hace la sonar.

La función principal, ahondó Guillermo Salvador, es “crear una idea interpretativa”, para que así “la música que se objeta pueda fluir y proyectarse hacia el público”, por lo que técnicamente “hace que la orquesta suene” porque también es un instrumento compuesto por seres humanos.

Además de dirigir, es recomendable que también quien lleve la batuta sea director artístico, porque diseñará la programación de temporadas de conciertos de acuerdo hacía dónde quiere llevar a la agrupación.

Al terminar una pieza musical, el director baja del pódium y saluda brevemente a un músico, que es el primer violín y también se le llama concertino, quien es “el que representa a toda la orquesta, es la persona en que, desde el punto de vista protocolario, recae la agrupación”, explicó Guillermo Salvador, de ahí que el saludarlo es una manera de saludar a toda la orquesta y felicitarla, si es que el público está complacido y aplaude.  “Es una actitud de carácter protocolario”, señaló Salvador.

El concertino también tiene tareas específicas: saber liderar a los violines y estar en consenso con el resto de secciones de cuerdas para la distribución de las arcadas.

El acomodo de los músicos no es según la calidad con la que toquen, porque sino su sonido sería discorde, además, “todos los músicos tienen que ser buenos, muy buenos, ya es muy relativo hablar de quién es el mejor”, explicó el director. “Es difícil tocar cerca del director o a la distancia, no es tan fácil, es bastante difícil”.

Reglas no escritas

Como dice el dicho, mientras el público siga aplaudiendo, se seguirá tocando. En el caso de un concierto de orquesta, el director baja del pódium y saldrá del escenario, pero si los asistentes continúan aplaudiendo, volverá a salir porque simplemente es una forma de agradecer, no porque deba cumplirse cierto número de entradas y salidas al lugar.

Otra de las dudas frecuentes de asistir al teatro a escuchar una orquesta es si se puede aplaudir al finalizar un movimiento de las piezas o al terminar toda la obra, incluso si es mejor cuando llegue el intermedio o el cierre de la presentación.

Para Guillermo Salvador, “no pasa nada”, ya que si  a un músico eso “lo desconcentra, pues es su trabajo volverlo a recuperar”. Agregó también que “mientras guardes el debido respeto durante la interpretación de la obra y al terminar el movimiento si te emocionó y aplaudes no pasa absolutamente nada”, ya que “estamos en vivo”.

El maestro

Guillermo Salvador es originario de la Ciudad de México, estudió las licenciaturas de Música y Economía. Ha sido director de orquesta titular entre ellas de la Filarmónica de Jalisco y Sinfónica de Zapopan, pero también huésped en agrupaciones de Estados Unidos, Sudamérica y Europa. Actualmente tiene 35 años como director profesional.

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  • Orquesta Filarmónica de Berlín
  • Orquesta Sinfónica de Viena
  • Orquesta Real de Concertgebouw
  • Orquesta Sinfónica de Londres
  • Orquesta Filarmónica de Nueva York

Tres familias de instrumentos:

  • Cuerdas: violines (Primeros y Segundos), violas, violoncelos y contrabajos
  • Alientos: alientos-madera y alientos-metal
  • Percusiones

Colaboración especial de Mirian Pulido