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Numeralia electoral

El próximo domingo 7 de junio los mexicanos saldremos a ejercer nuestro derecho constitucional al sufragio. Sin embargo, las elecciones estarán marcadas por diversas situaciones novedosas en su organización; por amenazas en varios estados del país ante la negativa de los miembros de la CNTE a “autorizar” que los comicios se realicen en “sus” estados; de la participación por primera vez de las candidaturas ciudadanas; de decisiones controversiales del tribunal electoral (candidatura del payaso Lagrimita y las multas al PVEM); asesinato de candidatos; la selección mexicana de futbol, entre otras.

Producto de la reforma electoral, será la primera prueba de fuego para el Instituto Nacional Electoral (antes IFE) que organizará tanto las elecciones para diputados federales como las locales en 17 estados; y la segunda será la novedosa casilla única, donde el ciudadano podrá ejercer su voto en un mismo lugar (en los casos donde habrá elecciones locales), atendido por una sola mesa directiva de casilla.

En esta ocasión se disputarán en el país un total de 2 mil 159 cargos de elección popular: 500 diputados y nueve gubernaturas, en 17 estados se contenderá por 641 diputaciones locales, 993 alcaldías y las 16 jefaturas delegacionales del Distrito Federal. Pero eso no es todo, pues habrá 5 mil 333 candidatos a diputado (más otra cantidad similar por sus suplentes); habrá también 22 candidatos independientes (más suplentes), sin contar con todos los precandidatos que participaron en las contiendas internas.

El día de la jornada electoral habrá un ejército de ciudadanos, capacitadores y observadores electorales. Para ello, primero se insacularon 10.8 millones de ciudadanos que fueron visitados e invitados a participar en la organización de la jornada electoral. De ellos, un millón 210 mil aceptaron ser funcionarios de casilla y luego tomaron la capacitación y recibieron su nombramiento. Pero en realidad, el INE capacitó a 2 millones 985 mil ciudadanos, lo cual representa un 131 por ciento más de ciudadanos aptos para ser funcionarios de casilla de los requeridos. Por otro lado, se registraron un total de 15 mil 569 ciudadanos para fungir como observadores electorales en todo el país.

El listado nominal contiene a 83 millones 563 mil 190 ciudadanos, de los cuales, lo más seguro y de acuerdo con los pronósticos, sólo acudirá a votar entre 40 y 50 por ciento. Generalmente, en las elecciones presidenciales el abstencionismo es menor que en las intermedias de diputados federal, cuando la participación es a la baja. El porcentaje de abstencionismo más alto fue en la elección de 2003, cuando 58.3 por ciento de los electores no acudió a las urnas. Curiosamente, el menor abstencionismo fue durante el pasado proceso de 2012 con 37.6 por ciento (aunque nada comparado con 22.3 por ciento de 1994).

El 7 de junio será un día en que millones de mexicanos estaremos enfocados en la jornada electoral. No hay otro día (al menos cada tres años) en que tantos ciudadanos estén participando en una sola actividad en el país. Mucho se ha escrito y comentado en torno a no acudir a votar o anular su voto, por razones muy elaboradas o románticas, pero un voto nulo es un voto que no cuenta.

Después de las elecciones, tendremos tres años para ejercer nuestro derecho a protestar, exigir y demandar a quienes resulten elegidos que cumplan sus promesas de campaña, sean transparentes, rindan cuentas puntuales, gobiernen de manera eficiente, propicien la consulta pública y la participación ciudadana. El sufragio es muy importante para desperdiciarlo.

 

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