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Nuevos líderes para nuevos tiempos

Donald Trump con su proyecto de empezar deportando 3 millones de mexicanos (la misma cantidad que ha sido deportada por Barak Obama a la fecha) y su intención de revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, así como su idea de elevar los aranceles a las importaciones mexicanas y de confiscar las remesas de los mexicanos significa un regreso al peor de los nacionalismos y de los proteccionismos. Y si ese es el signo de los tiempos, los mexicanos no podemos quedarnos con los brazos cruzados.

Nuestro problema son los líderes económicos y políticos que tenemos. Unos líderes que modelaron la economía mexicana para integrarla a la estadounidense. ¿Qué van a hacer ahora cuando Trump corte de tajo esas ligas que crearon? ¿Con qué nuevo modelo de desarrollo van a salir sin esa dependencia que estuvieron alimentando durante los últimos 30 años por lo menos? ¿Qué van a hacer con toda la sumisión que prefirieron tener antes que continuar con la dignidad que daba a México la Doctrina Estrada? No saben qué hacer y por eso necesitamos nuevos líderes. Líderes que sí defiendan los intereses nacionales, que no sigan entregando los recursos de la nación al extranjero, los recursos del petróleo, del gas, de las minas, de las tierras a cambio de un proceso de integración que nada deja a los 60 millones de pobres y a los 70 millones de mexicanos que viven de la economía informal.

Estos líderes ya no nos sirven. Necesitamos verdaderos patriotas que se la jueguen por el país. Los líderes que tenemos han estado entregando al país y llevándose una tajada para ellos mismos. Necesitamos líderes que sepan modelar un proyecto económico diferente, más independiente y más integrado con otras regiones. ¿Por qué no volver a América Latina?

Una de las decisiones más imperdonables cometidas por los actuales líderes políticos ha sido habernos alejado de América Latina región de la que siempre hemos sido y seremos parte. La música, las películas y toda la cultura mexicana eran adoradas en Latinoamérica. México era considerado el hermano mayor, el que defendía las causas justas latinoamericanas frente a la arbitrariedad del imperio, invasiones y dictaduras; el que era ejemplo de solidaridad para los refugiados españoles y latinoamericanos que escapaban de las dictaduras; el que era ejemplo de desarrollo, progreso y estabilidad; el que tenía el sistema educativo más desarrollado y al que acudían miles de latinoamericanos a estudiar gratuitamente; el que era ejemplo de cooperación y de ayuda internacional para con nuestros hermanos latinoamericanos. Y todo eso se perdió cuando los actuales líderes llegaron al poder.

* Profesor del CUCEA de la Universidad de Guadalajara.