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Inicio del ciclo olímpico

Hemos iniciado el ciclo olímpico rumbo a Tokio 2020 y éste se conoce como el tiempo que transcurre entre el fin de unos Juegos Olímpicos y el inicio de los siguientes, en el argot de la teoría del entrenamiento deportivo. Pero al final del año natural aún quedan competencias y compromisos internacionales y con ello ingresos económicos… don dinero manda.

Por ello se afirma que inicio de año natural, inicio de ciclo olímpico. Como parte de este proceso están los eventos de Juegos Centroamericanos y del Caribe en el año 2018 (con sede en Barranquilla, Colombia; en este evento sí somos potencia deportiva) y en el 2019 serán los Juegos Panamericanos en Lima, Perú, paradas técnicas obligadas para todos los deportes que son parte de la llamada familia olímpica en esta parte del mundo. Cada zona geopolítica tiene su organización casi de manera similar.

Obviamente este inicio turbulento del 2017 afecta en mayor o menor grado el proceso de desarrollo de nuestros deportistas (porque este proyecto es para unos pocos) y más para aquellos que dependen casi totalmente del apoyo del Estado, en cualquiera de sus tres niveles. Los grupos/equipos que han desarrollado procesos sustentables e independientes están más alejados de dicha turbulencia.

Será un proceso interesante, ya que surgen nuevos jugadores en todo este esquema, aparecen nuevos viejos líderes del deporte tanto internacional como nacional y no sólo en el status quo deportivo, sino también en el poder mediático y económico. Aparecen nuevos deportes olímpicos y modificación a más de algún deporte para hacerlo más que espectacular, más vendible, y ahí las disciplinas deportivas son eso: muy disciplinadas.

En este ciclo veremos también (pero solo aquí en México y en algunos estados) el cambio político-administrativo en los tres niveles, o sea, es algo así como la canción de la piñata, “dale, dale, dale no pierdas el tino (…) y tu tiempo se acabó”.

Lo que sí no cambiará, indudablemente, será la dinámica de las organizaciones deportivas (federaciones y asociaciones desde funcionarios hasta los jueces). Serán los mismos caciques de siempre, probablemente cambien de cara pero no de ADN, aquel que llevamos en nuestras entrañas y que es el reflejo fiel del sistema político mexicano podrido, caduco y asfixiante, y con esta crisis se aprovecharán para subir costos de todo.

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