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La gran niebla

Una mañana los londinenses amanecieron sumergidos en una densa niebla que cubrió la capital de Inglaterra por cuatro días. Relatos de la época describen lo que se vivió. El transporte estaba desquiciado o suspendido, el humo invadió el interior de casas y edificios, dificultando así el tránsito, incluso en los pasillos de los hospitales.

Fueron víctimas de la incertidumbre. La gran niebla de 1952 dejó un saldo estimado de 12 mil decesos. En su tiempo se desconocía, pero ahora se tiene la certeza de que la catástrofe ambiental se debió a varios factores. Se ha documentado que durante cada día de ese episodio se liberaron en la atmósfera mil toneladas de partículas de humo, 2 mil toneladas de dióxido de carbono, 140 toneladas de ácido, 14 toneladas de compuestos de fluorina; en otras palabras, se respiraba veneno puro.

Ahora, 65 años más tarde, la ciudadanía internacional camina de nuevo sobre la incertidumbre. A diferencia de la niebla de 1952, la de hoy, de acuerdo con un informe publicado por el Foro Económico Mundial que abordaba los grandes retos de los próximos años, está compuesta por desigualdad económica, populismo y los crecientes peligros medioambientales. 

Textualmente el informe Riesgos Globales 2017 advierte que “la combinación de desigualdad económica y polarización política amenaza con amplificar los riesgos globales, erosionando la solidaridad social sobre la que descansa la legitimidad de nuestros sistemas políticos y económicos”. En simple, las certezas se han acabado.

Con la democracia en crisis y el colapso de la confianza en los líderes, 2017 constituye un gran reto para la ciudadanía. Ante gobiernos incapaces e instituciones frágiles, los responsables de disipar esta gran niebla somos nosotros mismos y para ello requerimos de la política.

Con tantas piezas sueltas, es preciso aproximar el concepto de política. Zygmunt Bauman nos ofrece una definición muy simple y concisa: la habilidad de decidir qué cosas tienen que hacerse. Por lo tanto, para tomar una decisión plural que considere la interdependencia global se requiere que el individuo se involucre en su comunidad.

Una herramienta a nuestro alcance es el lenguaje. Manifestar nuestras necesidades mediante el dialogo, aquel que requiere escuchar distintos puntos de vista, salir a la calle, compartir inquietudes y esbozar soluciones. En definitiva un like o un tweet son medidas insuficientes para caminar en la niebla.

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GT