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La México vibra con Castella

El coleta francés sale a hombros de una de las plazas más imponentes del mundo. (Foto: Especial)

La segunda corrida de temporada en la Plaza de Toros México no resultó como el cartel prometía. Con nombres que daban ilusión para una tarde de triunfo rotundo, sólo dos de ellos lograron cautivar a la afición capitalina, con dos faenas llenas calidad, maestría y toques artísticos, a cargo del francés Sebastián Castella y el peruano Andrés Roca Rey.

El coleta galo puso a vibrar a la afición capitalina en el segundo toro de su lote. Pechó, eso sí, con los dos mejores toros de la tarde, pero fue en el último de su cuenta que Castella encontró el triunfo, firmando una faena llena de quietud, temple, valor y mucha calidad, con tandas por ambas manos que fuerte se le jalearon.

Desde capote pintó verónicas templadas de buena ejecución, gustando en todo momento y poniendo ese sello que sólo él puede imprimir. Con muleta por diestra y al natural, el francés se gustó y recreó en tandas de mucha conexión, para rematar su faena con estocada entera en sitio que le valió, con fuerte petición, los dos trofeos.

Con su primero estuvo también en plan grande con una faena izquierdista, logran cuajar naturales de buena factura que arrancaron los primeros olés de la tarde, pero la espada acabó con el triunfo, pues remató de entera caída y trasera, teniendo que echar mano de la espada corta en varias ocasiones.

Andrés Roca Rey regresó al coso capitalino. Fue el tercero en el cartel y sólo pudo destacar con el primero de su lote, toro al que le fincó tandas de calidad con muleta, con ese sello particular del sudamericano que encendió a la afición mexiquense. Por ambas manos y con ese toque especial de creatividad, Andrés gustó a la afición, para rematar de entera en sitio que le valió una oreja, la única para él en esta tarde.

Con su segundo, el toro más complicado de la tarde, el peruano anduvo insistente y tesonero, pero el toro exigió poder y mando, y a pesar de ello, Andrés regaló destellos gracias a su valor, pero no fueron suficientes para lograr una faena ligada, y tras intentar estar con el toro, tuvo que despacharlo, entre algunas protestas dispersas, de pinchazo y entera más un golpe de descabello.

Por su parte, el queretano Octavio García El Payo regaló buenos momentos con el que saludó a la afición. Con capote y muleta, en ambos tercios tuvo detalles de calidad, en especial con la muleta, con la que consiguió naturales de mucha transmisión que arrancaron los olés de los aficionados.

Dejó ver el buen momento que atraviesa en su carrera, y que ha ido dando muestra en las diferentes plazas donde ha actuado en el cierre de año y el inicio de éste. No pudo concretar en amabas faenas dados sus fallos con la espada, pero dejó, eso sí, una grato sabor de boca que la afición supo reconocerle.

 

DN/I