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Amor es compartir y competir

Festejamos a San Valentín, sacerdote decapitado el 14 de febrero del año 270 por celebrar bodas de jóvenes enamorados que retaban casándose, al emperador Claudio II quien prohibió los matrimonios en aquella época.

México cambió socialmente en los últimos 50 años. De cada 10 mexicanos mayores de 15 años, 4 están casados, 2 viven en unión libre, 2 divorciados y 2 solteros o viudos. 7 de cada 10 menores de 30 años son solteros. La edad para contraer matrimonio es alrededor de los 35 años. El 50 por ciento de hombres y mujeres mayores de 50 años son divorciados. La duración promedio del matrimonio es de 9 años. 20 por ciento de mujeres han vivido la unión libre. Se permiten los matrimonios homosexuales llamados igualitarios. En la mitad de los hogares, ambos padres trabajan.

Los abuelos se casaban a los 15 años y era simple mantenerse casto o virgen hasta el matrimonio, resistiendo las sensaciones provocadas por el amor; ahora resulta difícil mantenerse inactivo sexualmente cuando la responsabilidad de la unión llega después de los 30 años. La educación sexual, la educación para amar y formar un matrimonio es ahora prioritaria porque es fundamental para la felicidad.

Los cambios sociales iniciaron en Inglaterra con el movimiento de la liberación femenina que pedía el derecho del sufragio y la emancipación para así tener derecho a mismas oportunidades de desarrollo a través del estudio y el trabajo. Desgraciadamente el movimiento evolucionó en un mal entendido feminismo que emigró a América en busca de la igualdad de sexos en detrimento de la misma mujer y de la familia. La competencia de la igualdad de sexos trajo la pérdida del respeto, la protección, la caballerosidad y la familia. El hombre salió ganando ya que ahora puede disfrutar de la liberación sexual fuera del matrimonio por lo que no urge un compromiso y es mejor dividir gastos. La mujer se ve agobiada con tantas tareas: trabajo, labores de hogar, hijos, marido por complacer. No es casualidad que unión libre, divorcio, maternidad en soltería o ausencia de hijos, resulten una aparente mejor opción.

Al dejar de tener el hogar una cabeza debido a la competencia de poder que trae la igualdad, inició la debacle del hogar. Anteriormente se compartían las dificultades del hogar y existía una equivalencia de sexos. Esto significa que hombre y mujer tenían el mismo valor y diferentes funciones ya que en la complementación está la felicidad. Festejemos a San Valentín y al amor sabiendo que el matrimonio se lleva con el cerebro y no únicamente con el corazón.

@Saucedodlallta