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Frente al cáncer, celebran a la vida

CONMEMORAN. Los niños con cáncer y aquellos que ya libraron la batalla gozan de una convivencia en el CUCS en la que hubo regalos, talleres.

En el pasado, aunque se vivió y sintió con todo, hoy es sólo un recuerdo en blanco y negro que desprende sonrisas y lágrimas, pero que también enciende la chispa para disfrutar a tope cada momento.

Lety Casillas presume su delgada pierna izquierda, esa que en 1998 le hizo vivir una batalla que dejó dolor, pero también amor, superación y la alegría de ganarle a un fiel aliado de la muerte: el cáncer.

Aunque su voz se quiebra al recordar las jornadas de dolor que representaban las quimioterapias, también hay risas, sobre todo cuando confiesa que su motivación para ir al hospital era el cariño que sentía por sus doctores, pues fueron su “primer amor”.

“Mis doctores fueron mis primeros amores, odiaba las quimios, odiaba los piquetes, pero me gustaba ir al hospital porque estaba enamorada de los doctores”, confiesa mientras sus ojos se clavan en Fernando Sánchez Zubieta, jefe del Servicio de Hematoncología del Hospital Civil Juan I. Menchaca.

Por su complexión menuda y chaparrita cualquiera pensaría que Lety tiene 15 años, pero no, es todo una mujer con una licenciatura en Psicología y madre de dos pequeños. Hace 17 años venció el cáncer.

Recuerda que el tratamiento, cuyo costo va de los 60 mil pesos a los 2 millones de pesos, era doloroso aunque necesario. Desea que la ciencia médica evolucione y haya otras formas de curar este mal y de garantizar que la sonrisa de todos los niños que lo padecen nunca se apague, ya que el cáncer es la primera causa de muerte infantil en México.

Lety es sincera y buscando con la mirada a sus enfermeras revela que en el área de cáncer infantil le decían “licenciada” porque no se dejaba, es más, ponía límites para que le encontraran las venas.

Ayer, en el auditorio Roberto Mediola Orta, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), se congregaron más de 200 personas que han librado el cáncer y otras que están en tratamiento.

Rita es una de ellas. No quiere hablar mucho, pues sabe qué romperá en llanto al recordar los ocho años que estuvo en tratamiento, pues aunque hizo amigos, se le fue su infancia en el hospital.

Tenía 8 años cuando los médicos le diagnosticaron un tumor del tamaño de una naranja en sus ovarios. Era muy pequeña para saber qué pasaba, pero sus padres no dejaban de llorar. De inmediato fue remitida al piso 7 del Juan I. Menchaca donde la sometieron a una operación y después a las duras quimioterapias.

Los tumores sólidos son de las causas de cáncer infantil más frecuentes en Jalisco; de los mil 839 nuevos casos reportados en 2016, 990 fueron de este tipo y el resto son leucemias.

Lety y Rita forman parte de la tasa de sobrevivencia del hospital, la más alta en México, que es de 70 por ciento; sin embargo, hay otros en los que la palabra cáncer sí es sinónimo de muerte.

Sánchez Zubieta no está contento con los números. Él no quiere que ninguno de sus niños se muera, por lo que lucha junto con su equipo de médicos, enfermeras y químicos para alcanzar tasas de sobrevivencia superiores a 90 por ciento, como en Estados Unidos y Canadá.

“Cuando un hijo pierde a sus papás, se dice que es huérfano; cuando se pierde al esposo o esposa se dicen que son viudos, pero cuando un papá pierde a su hijo no tiene nombre y no lo hay porque no es natural”, afirma.

El médico fue sincero y aprovechó la presencia del titular del Seguro Popular en Jalisco, Celso Montiel Hernández, para pedirle apoyo y comprar un acelerador lineal que ayude a la detección y tratamiento.

Sánchez Zubieta espera que el apoyo llegue y que su piso crezca con nueve camas más, pues por el momento está sobresaturado, para que junto con esos héroes de bata blanca puedan transformar las lágrimas de dolor y desesperación en lágrimas de felicidad y esperanza.

Cifras:

El Piso 7 en números

En 28 años…

8,130 pacientes atendidos

5,212 curados

1,455 libres de enfermedad con control menor de 5 años

396 niños activos en quimioterapia

865 niños abandonaron su tratamiento y vigilancia

128 trasplantes de médula ósea realizados del 2003 a 2016

 

HJ/I