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Crisis en educación, conflicto deportivo

La Olimpiada Nacional (ON) es un evento de carácter nacional que tiene muchos matices. Bien podría ser un evento de vanguardia o simplemente un evento para tener la posibilidad de llevarse más de algún funcionario fuertes cantidades de dinero a su bolsillo, ya no hablemos del entrenador que le gusta cobrar por todo y no todos.

La ON es un evento organizado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) en coordinación con los estados sedes y esta institución depende de la Secretaria de Educación Pública. O sea, finalmente su órgano regulador y de control es una institución de carácter educativo.

Esto implica que dicho evento de carácter nacional, que existe desde 1996, debería de ser acreedor a todo tipo de estudios y controles por parte del Estado. Entre otros tenemos la transparencia y rendición de cuentas, los estudios meticulosos y el seguimiento científico de los deportistas, pero sobre todo la eficiencia y calidad de este tipo de eventos.

Pero da la impresión que en estos 21 años sólo ha sido un evento que ha servido para ir a chacotear, de picnic, divertir a los jóvenes participantes, alimentar el ego de algunos padres de familia (y funcionarios) y, claro, poner la enjundia de los participantes y esos resultados son evidentes.

Porque nadie nos puede decir en cifras el número de participantes, su impacto económico (por rubro o especialidad deportiva), cuántos deportistas de ahí han salido a los escenarios mundiales, su eficiencia en medallas olímpicas (por deporte, por estado, por equipo, por entrenador). Vamos pues, ha sido un evento chido y divertido (dixit los jóvenes deportistas).

Al final en este evento todos ganan, desde los viejos y mañosos directivos de las federaciones hasta el más humilde entrenador. Y eso sí, todo evento recrea. Pero parece que todo ello llegó a su punto de clímax y de crisis. Veremos cómo es su reinvención si es que tienen la capacidad de hacerla, aunque tenemos nuestras dudas.

Pero el conflicto educativo y la crisis nacional sin duda alguna afectan y seguirá alterando las fuerzas en el ámbito deportivo, donde cada parte da su luchita y donde finalmente sólo un par de estados son los que pelean por el statu quo, ya que la ON es una fantasía y no es el reflejo del deporte del país.

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