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Tras las pequeñas historias de Neruda

ANTOLOGÍA. La publicación realiza un repaso por los libros póstumos de Pablo Neruda y todas sus mundialmente celebradas recopilaciones recientes. (Foto: Especial)

Neruda total, de Eulogio Suárez Quijada, posee una gran particularidad: Si hay un libro que tiene mucha historia y muchas ediciones en diversas naciones como Colombia, Chile y Grecia, es este, y no sólo por su lectura pedagógica y crítica sobre la obra de quien es sin duda uno de los poetas más destacados del siglo 20.

Este Neruda total invita a un viaje que conducirá al lector por “la pequeña historia” de cada uno de sus poemarios, más sus respectivos comentarios y referencias bibliográficas, que se han actualizado a través del tiempo, desde sus iniciales Crepusculario y Veinte poemas de amor y una canción desesperada, pasando por su Residencia en la tierra.

O por el Canto general, hasta llegar a sus libros póstumos y a todas sus mundialmente celebradas recopilaciones recientes, lo que suma la revisión de casi medio centenar de publicaciones del poeta mayor de Chile. Suárez, cercano a Neruda en su etapa final, además de ser profesor, es poeta y como tal, ha sido capaz de escribir este hermoso libro.

Literatura gótica

Reviven grandes personajes

El nacimiento del monstruo. Verano de 1816 en Villa Diodati. El 16 de junio de 1816 se realiza uno de los encuentros definitorios para la novela gótica o de terror: Esa noche, el célebre poeta Lord Byron retó a sus acompañantes Perry B. Shelley, Mary Shelley y John William Polidori a crear una novela que fuera capaz de helar los huesos.

Reunidos en la mansión rentada por Byron, en Villa Diodati, los participantes aceptaron este desafío que, a la postre, daría origen a dos obras trascendentales para la literatura de todos los tiempos: The vampire de Polidori y Frankenstein, de Mary Shelley. No es mucho decir que son pilares de la novela de terror universal, con cientos de ediciones.

Para conmemorar ese encuentro, Myrna Ortega citó a cuatro escritores mexicanos para que revivieran a los personajes reunidos hace dos siglos en Villa Diodati: Rosa Beltrán encarnó a Mary Shelley, Hernán Larara Zavala a Percy B. Shelley, Bernardo Ruiz a W. Polidori y Vicente Quirarte a Byron. De ahí salió este ejemplar que ya es de colección.

Voz imprescindible

Estudio sobre Gonzalo Rojas

La poesía de Gonzalo Rojas, de Hilda R. May, destaca que la obra poética de ese autor (1916-2011), sigilosa y concéntrica, se ha transformado en voz fundamental en la historia de las letras hispanoamericanas. Hay en toda su poética una urdimbre de pensamiento y estética, de historia personal y temblores sociales de los que él fue testigo presencial.

Hay en su palabra una mirada directa al misterio de lo humano; luego se evapora, parece desaparecer, y renace intacta a lo largo de su vida, a través de su obra. Así, voz y silencio perseveran bajo el estricto cuidado del ritmo, en un movimiento incesante, en el que el estallido y la quietud van constituyendo un solo organismo vivo. May conoce esa poética.

En su estudio sobre el poeta, Hilda R. May revela una serie de interesantes sucesos, todos ellos cardinales en la vida del vate, que tienen una estricta relación con su ya reconocido oficio mayor, profundizando al mismo tiempo en su sistema imaginario, aproximándose al núcleo del horizonte vivido entramado al riguroso análisis de los textos presentados.

La sensibilidad de Allard

Adicto al juego

El hijo del jugador, de Sergio Allard. En su segunda novela, el autor, también de destacada trayectoria como abogado, incursiona con solidez y sensibilidad en el complejo mundo psicológico de un adicto al juego, en los efectos de dicha adicción en el propio jugador, en su esposa y la formación de sus hijos. Una extraordinaria radiografía del tema.

Las personalidades de ellos queda de tal forma determinada por la adicción del padre que, en forma sorprendente para el lector de cualquier edad y preferencia en su lectura, ejerce una influencia decisiva años más tarde en la interesante vida del personaje de la novela, marcando un quiebre inesperado en esta narración bien estructurada por Sergio Allard.

El litigante y escritor realizó estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y fue presidente de la Federación de Estudiantes en 1966 y uno de los líderes del movimiento de reforma de dicho plantel en 1967. También fue miembro del Consejo Superior de esa escuela en representación de los estudiantes, de 1965 a 1968.

Un escritor asesino

Cambia las reglas del juego

Novela negra con argentinos, de Luisa Valenzuela. En la trama, un hombre (alrededor de unos 35 años y abundante barba oscura) sale de un departamento, cierra con suavidad la puerta y luego se asegura de que no pueda ser abierta desde fuera. La puerta es de roble con triple cerradura, el picaporte no cede. Sobre la mirilla de bronce puede leerse 10 H.

La acción transcurre un sábado a la madrugada en el Upper West Side de New York. No hay espectadores a la vista. El hombre, llamado Agustín Palant, es argentino, escritor, y acaba de matar a una mujer. Estamos hablando de la comúnmente llamada realidad, no de algo que sucede en el escurridizo y ambiguo terreno de lo que se nombra ficción.

Así comienza esta original y cautivante novela de Luisa Valenzuela, que trueca las reglas del juego y del género y avanza en búsqueda no del quién o el cómo, sino del motivo del crimen. La obra une elementos que generan la ficción y los modos históricos, sexuales y biográficos, que la lectura incorpora mientras todos los acontecimientos están ocurriendo.

 

HJ/I