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El primer coletazo del sistema ruta-empresa

Durante la semana pasada el Comité Técnico de Valoración Tarifaria de Jalisco emitió una recomendación para aumentar la tarifa del transporte público en Guadalajara de 7 a 9 pesos con 20 centavos. Un aumento de más de 30 por ciento parece realmente insensible ante las condiciones económicas que enfrenta el país. Pero, ¿a qué se debe esta propuesta?

Durante los últimos años la discusión de los problemas de movilidad ha ganado relevancia en la agenda pública. Se piensa que resolviendo los problemas de movilidad se van a solucionar otros tantos problemas en efecto dominó, principalmente los medioambientales y de justicia social. Uno de los sitios predilectos para resolver los problemas de movilidad ha sido el transporte público.

Después de años de intenso debate, nuestro consenso al respecto se puede resumir de la siguiente manera: los problemas de movilidad son generados por el exceso de automóviles particulares; los tapatíos optan por usar su automóvil porque el servicio de transporte público es muy malo; si mejoramos el servicio del transporte público los tapatíos optarán por dejar su auto y tomar el transporte público; la forma de mejorar el transporte público es transitar del modelo hombre-camión hacia el modelo ruta-empresa.

El modelo hombre-camión es un esquema en el que cada camión es una empresa en sí misma. Un empresario compra un camión y contrata un chofer, se coordina con otros dueños y, entre todos, prestan el servicio de una ruta. Este modelo tuvo su nacimiento en la década de los 70, cuando el gobierno del estado enfrentaba una severa crisis económica y pidió ayuda a la población para prestar el servicio del transporte público.

¿Por qué no se ha podido mejorar el sistema de transporte público bajo el esquema hombre-camión? Hasta ahora se piensa que la razón es que este sistema es ingobernable. Porque, bajo este esquema, el gobierno no ha podido lograr que los dueños y choferes de los camiones se apeguen a la regulación que les han intentado imponer. Porque no necesitan al gobierno para prestar el servicio y realizar su negocio. Porque se mandan solos.

¿La solución? Acabar con el sistema hombre-camión y transitar hacia el sistema ruta-empresa. El esquema ruta-empresa implica que los dueños de camiones de cada ruta se constituyan legalmente en una sola empresa, con un solo cuerpo directivo capaz de tomar todas las decisiones sobre todas las unidades de la ruta. La apuesta es que las empresas de transporte público bajo este esquema serán más gobernables. Así, en lugar de negociar con muchos dueños, el gobierno del estado sólo tendrá que negociar con una junta directiva, que a su vez bajará las instrucciones a las unidades de la ruta-empresa.

¿Pero cuál es el costo de este nuevo esquema de gobernar el transporte? El precio es que la nueva junta directiva de cada ruta-empresa ganará poder de negociación. La propuesta de aumentar la tarifa del transporte público 30 por ciento es el primer coletazo de este nuevo poder de negociación.

Los nuevos empresarios del transporte público, que agruparán a cientos de camiones y choferes, ahora tienen dos nuevas facultades. Por un lado, tienen el poder de llamar a un paro y estrangular el sistema circulatorio de la ciudad con muy poco esfuerzo de coordinación. Pero, por otro lado, también son el fiel de la balanza en implementar las soluciones largamente anheladas. Tener la llave que al mismo tiempo puede solucionar o paralizar la ciudad, les da poder.

@davlogar