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Argumentar para vencer

Una de las competencias indispensables para la vida cotidiana y profesional es saber argumentar. Quien no sabe argumentar será convencido en lugar de convencer. Será vencido en lugar de vencer. Sus propuestas científicas, culturales, tecnológicas, políticas o de negocios serán apartadas porque elegirán las que sean convincentes. He llamado competencia a dicha destreza o habilidad porque servirá para competir. Argumentar viene del latín Arguere que significa claridad, de ahí argüir y argentum nombre que recibe la plata por su claridad y mentum que significa instrumento. Argumentar es el instrumento necesario para dejar claridad en lo que pensamos y hacer vencer nuestra creatividad, iniciativa, propuesta, objeción, elogio o defensa a partir de una acción discursiva.

Nuestros hijos y alumnos deben conocer las estrategias para argumentar, tales como investigar, describir, comparar y demostrar, ligando el curso de nuestras palabras con lógica convincente, de ahí el discurso. Para ser persuasivo y conseguir que los otros piensen como nosotros se requieren además de estrategias, algunas habilidades y actitudes que da la oratoria. Debemos enseñar a nuestros hijos y alumnos a observar, percibir y diagnosticar al interlocutor. Después del diagnóstico se deben elegir las tácticas a seguir ya sea dando ejemplos, comparando o haciendo analogías, y mostrando causas y efectos de fenómenos o casos similares.

Al iniciar la argumentación se debe mostrar una actitud de apertura para poder intercambiar las ideas. Alguien que no escucha se volverá petulante y provocará el cierre de la conversación acabando con el objetivo principal que es convencer, enfrentar y transformar la forma de pensar. Toda argumentación debe tener tres características principales: ser verdadera porque la verdad es irrefutable; ser lógica, es decir, que tenga un sentido y para ello hay que citar evidencias, hechos, ejemplos, autores, fechas, lugares, documentos, testimonios, experiencias personales evitando la inexactitud; y, finalmente, que sea razonable es decir justa.

La refutación, que significa desbaratar o diluir la postura del opositor, implica escuchar con respeto sus argumentos. Debe evitar el ataque a la persona y dirigirse hacia la idea central. El uso de un vocabulario amplio y un léxico especializado es indispensable. De ahí lo importante de la inclusión de niños y jóvenes en conversaciones de adultos cultos, preparados y expertos. Hacer que nuestros hijos y alumnos realicen ensayos ayuda a estructurar el pensamiento. Clases de oratoria donde se aprenda a modular la voz, usando el adecuado volumen y tono. El hábito de la lectura es sin lugar a dudas un elemento importante para lograr  la argumentación.

@Saucedodlallata

 

DN/I