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Pablo Hermoso y Adame tocan pelo

El español Pablo Hermoso de Mendoza vuelve a salir entre aplausos de La Nuevo Progreso. (Foto: Alfonso Hernández)

Cerró la temporada en la Nuevo Progreso. Dos orejas fue la cuenta total para decir adiós a la feria de aniversario, a cargo de Joselito Adame y el centauro español Pablo Hermoso de Mendoza, quienes lograron tocar pelo en su primero y segundo, respectivamente.

Toros de Los Encinos, bien presentados y con kilos de más que terminaron por pesar en las lidias, en su mayoría cayéndose, diversos en juego, pero sin destacar ninguno. Buena crianza, buen trapío, pero faltos de calidad y transmisión.

El rejoneador español Hermoso de Mendoza gustó una vez más a la afición tapatía. Lució con cabalgaduras de mucha calidad, haciendo gala del poder que ejerce con sus caballos y de los movimientos únicos que sólo él sabe imprimir. Salió avante con dos actuaciones sobresalientes, perdiendo un trofeo en su primero por fallas con el rejón de muerte, lo que le causó protestas del público.

Con su segundo estuvo en el mismo tenor. Cuajó una faena de calidad, lucida y con aires de maestro, rematando con pinchazo y rejón en sitio que le valió, merecidamente, una oreja.

En lo que respecta a Joselito Adame, tuvo una fría actuación, con poca transmisión, pero en su primero tuvo el empeño suficiente para estar por encima de su toro, un astado de pocas posibilidades al que pudo exprimir, más no consolidar su faena. Mató de senda estocada que le valió una oreja de peso.

Con su segundo anduvo sin ton ni son; no trasmitió, no trascendió dadas las nulas condiciones de un astado que no se prestó para la lidia. Acabó por pincharlo y echar mano del descabello.

Para Octavio García El Payo fue una tarde sin orejas. Destacó en su primer enemigo, al que logró sacarle tandas por la diestra de mucho sentimiento que calaron fuerte en la afición; temple, quietud y hondura, eso fue lo que ofreció el toro menos malo de la tarde, con el que, de no haber sido por su error con la espada, pudo haber ganado una oreja.

El Payo no logró trascender con el que cerró plaza, pues pechó con un toro soso que imposibilitó el triunfo. Abrevió y despachó a su segundo con fallos con la espada para salir entre palmas por su notable voluntad.

Así acabó la temporada tapatía. Con un cierre falto de emoción, pero con actitudes que ofrecieron un ambiente cálido y una plaza con tres cuartos de entrada.

A esperar

A partir de hoy, la Nuevo Progreso cierra sus puertas al espectáculo taurino. habrá que esperar algunos meses para que reinicie la nueva temporada que se espera para octubre.

 

DN/I