INICIO > OPINION
A-  | A  | A+

Pobre crecimiento

La Secretaría de Hacienda finalmente ha dado su brazo a torcer: ha aceptado públicamente que el pronóstico de crecimiento económico para este año será menor que el que tuvimos en 2016.

Si el año pasado la economía mexicana creció en su conjunto un 2.3 por ciento, este año la Secretaría maneja una expectativa que rondaría entre 1.5 y 1.7 por ciento.

Sin embargo, dada la evolución de los eventos económicos y financieros que se han desatado desde el mes de Noviembre pasado, hoy parece ese 1.5 por ciento optimista.

¿Por qué le cuesta tanto a la Secretaría de Hacienda y a sus funcionarios aceptar y ajustar públicamente sus pronósticos de crecimiento económico?

Por la razón de que mientras que para el resto de las instituciones que las utilizan es fácil hacer cambios, para Hacienda significa un dolor de cabeza mayor. Esto porque el dato de la perspectiva de crecimiento económico está directamente vinculado a las expectativas de recaudación de impuestos de parte de la Secretaria. Es decir, con base en la expectativa de lo que crecerá la economía mexicana, es que se puede aproximar las cantidades de impuestos pagados y recaudados por la propia actividad económica, ya sea por concepto de IVA, de ISR o de IEPS.

Si la economía crece mucho, la actividad económica aumenta y por consecuencia, el número de operaciones que generan dineros para la federación sube. Mientras que si la economía no crece o crece poco, es de esperar que la recaudación de Hacienda se vea afectada y no pueda cumplir sus metas de recaudación.

Ahí está el dolor de cabeza para los funcionarios de Hacienda: cada vez que tienen que recortar la expectativa de crecimiento económico del año, significa que tendrán problemas para cumplir con su meta fijada de recaudación.  Lo que los deja con un agujero fiscal que deberán ajustar de algún modo.

Si la economía no crece, no recaudan impuestos y por lo tanto, no pueden financiar el gasto público que tienen comprometidos con el resto de las Secretarias, los gobiernos de los Estados y municipios. En concreto, un problema de ajuste de cuentas para todos.

Hacienda sabe que tiene en general, tres alternativas para cubrir dichos faltantes: incrementar impuestos, reducir los gastos o contratar deuda. En el escenario actual, se ve muy complicado que el presidente Peña y su equipo impulsaran una elevación de impuestos. Mucho menos a meses de la importante elección en el Estado de México.

Por otro lado queda la de seguir contratando deuda, lo que tampoco parece probable, dado el severo problema de endeudamiento que ha crecido en los años del gobierno de Peña Nieto y que las mismas calificadoras ya han puesto en focos rojos.

La única alternativa será la de hacer severos recortes al gasto público. De entrada ya sabíamos que tendríamos este año, el mayor recorte al gasto público en el presente sexenio, lo que se agrava con estos datos de crecimiento del país para 2017.

Los recortes y el ajuste serán severos y no queda de otra en estos días. Simplemente recordemos que los planes del gasto público para 2017 estaban soñando con un crecimiento económico del 2.5 por ciento.

Cosa que ya no, ni soñando, pasará.

@Israel_Macias

 

DN/I