Violación y aborto

¿Es válido obligar a una niña embarazada a consecuencia de una violación a continuar con el embarazo? ¿Es correcto atentar contra la dignidad de una persona obligándola a que se convierta en el medio para que otra exista? ¿Debe una niña seguir adelante con un embarazo fruto de la violación de su padre, padrastro o uno de sus hermanos?

Estas preguntas vienen al caso debido a que legisladoras federales del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Encuentro Social (PES) han estado presionando para que deje de aplicarse la Norma Oficial Mexicana 046 (NOM 046), a la que ya me he referido anteriormente, la cual establece que en todos los hospitales públicos se debe permitir el acceso a un aborto inmediato en las mejores condiciones de higiene y atención médica a cualquier mujer menor de edad que asegure, bajo protesta de decir verdad, que su embarazo es fruto de una violación, sin necesidad de otro trámite.

De entrada esa medida es muy oportuna, pues esperar a que una autoridad de procuración de justicia emita un documento que le otorgue el permiso para interrumpir su embarazo implica en nuestro país un retraso enorme, mismo que puede poner en peligro a una niña en esas circunstancias, tanto por los riesgos inherentes a un embarazo durante la minoría de edad como por lo riesgoso que puede resultar para una niña interrumpir su embarazo en etapas avanzadas del mismo.

Las diputadas argumentan que la NOM 046 es machista, porque deja en la impunidad al violador, pues no habría que cumplir con el requisito de denunciar para poder tener acceso al aborto en condiciones seguras. Lo que esas diputadas no toman en cuenta es que la justicia en nuestro país es muy lenta y en general carece de perspectiva de género, por lo que a las mujeres violadas se les suele tratar como si fueran ellas las culpables de provocar a un pobre macho incapaz de contenerse a sí mismo, lo cual es una falacia. Si así se trata a mujeres adultas, ¿qué les hace pensar que será de manera diferente en el caso de las niñas?

Otro argumento utilizado en contra de la NOM 046 es que muchas niñas mentirán para tener acceso al aborto, y de esa manera poder seguir adelante en su vida sin hacerse responsables de sus actos. De entrada esto deja entrever el mismo prejuicio que comenté más arriba: una niña buena no se pone en situaciones que la puedan llevar a tener un embarazo no deseado, por lo tanto, si es niña y está embarazada es mala, y su castigo es continuar con su embarazo y hacerse cargo de su retoño.

La cuestión aquí es que la mayor proporción de las violaciones a niñas es cometida por parientes cercanos, por lo que las diputadas del PAN y del PES parecen querer agregarles al sufrimiento y trauma de haber sido violadas por quien debería brindarles protección, el peso de tener que enfrentarlo en un proceso judicial, con toda la carga afectiva y traumática que ello conlleva, y que no asegura que se les hará justicia.

En el fondo parece que a esas diputadas y a quienes las respaldan se les olvida que los derechos no son absolutos, y por eso deben ponderarse en función de cada circunstancia concreta. Con su oposición a la NOM 046, esas diputadas pretenden defender el derecho a la vida desde la concepción, pero en realidad están protegiendo la maldad de los machos que consideran que tienen el derecho a engendrar su descendencia con quien quieran, sin importarles si esa mujer está de acuerdo o no.

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