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Tras los enfrentamientos, obras siguen en El Deán


Después de la tala de árboles y la confrontación entre autoridades tapatías, especialistas y vecinos, el Parque El Deán por ahora es un espacio con un gran cráter de tierra, con más de cinco máquinas excavadoras en operación y con alrededor de 18 trabajadores que continúan los trabajos de la ampliación de un vaso regulador.

En un recorrido realizado por NTR, se observó que donde estaba el cementerio de árboles, hace un par de semanas, ya sólo hay tierra. Además, por ahora, el desagüe ha sido tapado con una especie de malla.

Al menos nueve bardas de piedra y cemento se han construido con tres mezcladoras y es probable que esta semana se concluyan dos más. Todas están en línea recta y tienen una separación de un metro, aproximadamente, una de otra.

En el costado derecho de la obra, cerca al área de juegos infantiles, las excavaciones no cesan y están contenidas con malla. Aquí operan dos máquinas excavadoras y dos tráileres que se llevan la tierra.

El panorama luce desolado en el parque y hasta el momento no se nota una estructura o forma de lo que construirá. En la zona no hay más información del proyecto.

Mientras transcurren los trabajos hay espectadores y niños que juegan en el espacio disponible y sin restringir, pero para estos últimos El Deán ya es un parque pelón.

“Está todo pelón, ya no hay árboles y no me gusta; era más bonito cuando había muchos (árboles) porque también había más ardillas y sombrita”, comentó Hugo.

“Se ve más o menos, púes también tumban bardas y árboles, (y) dicen que nos van a quitar más parte del parque”, lamentó Gabriela.

 Además se quejaron porque los trabajadores los regañan si bajan al área de construcción o a la denominada lagunita, que en realidad es un charco.

“No, no me gusta porque nos quitaron muchos árboles y también nos quitan oxígeno, yo tengo mucho jugando aquí. Si nos bajamos nos regañan los trabajadores que porque es una obra y no podemos estar abajo, ahorita el agua huele bien feo, en la parte del fondo hay muchos pescados muertos”, aseguró Valeria, menor que acude al parque a jugar.  

El Parque El Deán sólo conserva algunos árboles que rodean el área de trabajo del vaso regulador y una zona de juegos infantiles.

“Yo vengo aquí para ver cómo trabajan los que nos arrebataron árboles y que según para hacer un vaso que nos ayude con las inundaciones. Se siente feo ver que ya no está el parque como antes, aunque sucio y todo, pero lleno de vida; había muchas ardillas y ya tampoco se ven, ni tantos pájaros y volteas abajo y ves todo bien solo, sin agua ni árboles”, señaló Juan Carlos Mendoza.

 

HJ/I